Cultura
Ver día anteriorSábado 17 de marzo de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Culmina tributo a Tomaz Pandur en el centenario Teatro de la Ciudad Esperanza Iris

Pérdida y poema sobre lo no dicho
 
Periódico La Jornada
Sábado 17 de marzo de 2018, p. 3

Desde la búsqueda de la verdad y la belleza se rindió homenaje a Tomaz Pandur (1963-2016), dramaturgo y director esloveno, en un viaje interior llamado Sym-phony of sorrowful songs (Sinfonía de canciones tristes).

Durante dos noches lo inexpresable con palabras tomó el centenario Teatro de la Ciudad Esperanza Iris desde la inmortalidad del arte, en un tributo al visionario de la escena a cargo del Ballet de la Ópera de Liubliana.

La inmersión individual, en el ballet, en el teatro, es la única forma de encontrar la verdad, que también es la belleza, dijo Livija Pandur, en conferencia efectuada en este foro ubicado en el Centro Histórico. Es la travesía de la obra, en un mundo en el que estamos rodeados por tantas cosas feas, el teatro es el único espacio donde podemos encontrar belleza.

La estética de los cuerpos, lo visual, es quizá la más importante, describió. La parte filosófica también es relevante. Estoy segura de que el teatro debe ser eso: luz, montaje, vestuario, movimiento, incluso olor, todo es un arte completo.

Sinfonía de Henryk Górecki

La Sinfonía No. 3, de Henryk Górecki, escrita en 1976, destaca en la obra escenificada por el Ballet de la Ópera de Liubliana, con coreografía de Ronald Savkovic y dramaturgia de Livija Pandur, que alude a la pérdida.

Tierras solitarias de desesperación y angustia articulan las notas para soprano y orquesta del compositor polaco, referente de la corriente contemporánea del neotonalismo.

Sin embargo, los 14 bailarines que llegaron desde Eslovenia construyen una historia diferente, sobre los destellos de la vida y la muerte, con la estética inspiradora del cineasta Andrei Tarkovski en siete episodios escénicos de danza contemporánea.

“Esta fantástica sinfonía es un primer nivel de la inspiración, la música es una verdadera pieza

de arte, una expresión profunda con el tema principal de la pérdida”, definió Livija. La segunda inspiración es Tarkovski y sus películas que fascinaban a Tomaz Pandur.

Sólo un viaje es posible: el viaje interior, es la cita del director ruso que rondó a Livija Pandur al momento de la creación, esculpida en colaboración con Savkovic, en un poema de lo no dicho, de la búsqueda de la belleza absoluta, imposible de verbalizar, pero que se manifiesta a través del lenguaje del teatro, así presenta la compañía esa sinfonía.

Foto
Escenas de la coreografía Sinfonía de las lamentaciones interpretada por el Ballet de la Ópera de Liubliana. Después de dos funciones en Ciudad de México, hoy y mañana domingo se montará en el Conjunto de las Artes Escénicas de Zapopan, JaliscoFoto cortesía del Sistema de Teatros
de la CDMX

La pieza la estrenaron el director teatral y el coreógrafo en 2010, en Berlín. Después del fallecimiento de Pandur, en 2017 la compañía la retomó y presentó en Eslovenia. México es el país donde se inicia una gira mundial y las presentaciones se inscriben en el Festival del Centro Histórico de Ciudad de México.

Un paisaje del tiempo, del círculo de lo imaginativo, inexplicable e imposible de tocar del ser, la vida y la muerte, la historia íntima de la pérdida y la pregunta por la verdad como un viajero que divisa más allá del tiempo y el espacio es el mapa que desde la mente creó Pandur, quién falleció a los 53 años, mientras ensayaba una versión del Rey Lear, de William Shakespeare, el 12 de abril de 2016.

Es duro hablar de él en tiempo pasado, compartió su hermana Livija, con quien trabajó más de 40 años. Definido como teatro del tercer milenio, Tomaz Pandur buscaba provocar los sentidos del espectador.

Todo está conectado, dijo Livija al saber que el Teatro de la Ciudad celebra su centenario. Tomaz trabajaba en una obra inspirada en Cien años de soledad, de García Márquez, además de Cien minutos con la que debutó la compañía fundada por ambos en 2002.

Sanja Neskovic, bailarina y directora del ballet esloveno, recordó que en 1989 visitó el país con el montaje de Sherezade, de Pandur, que le dio reconocimiento mundial.

Dijo que como compañía, queremos mantener su visión estética, palabras con las que coincidió Savkovic, quien recordó que la intención desde el estreno en Berlín fue crear escenas de melancolía y soledad; ahora los bailarines suben al escenario con alegría, con la pasión y el amor que se impuso desde el principio.

El Ballet de la Ópera de Liubliana escenificará la obra hoy y mañana domingo en el Conjunto de las Artes Escénicas de Zapopan, Jalisco.