Sociedad y Justicia
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Es cada vez más frecuente por aumento de divorcios y separaciones, alerta sicóloga

Alienación parental, pérdida devastadora para las familias

Los hijos ven destruida la convivencia cotidiana con uno de los padres o sus hermanos y hasta el lugar que habitan

Las afecciones emocionales pueden llegar a ideas suicidas y brotes sicóticos

 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de abril de 2018, p. 32

Cuando una pareja se disuelve, los hijos suelen quedar atrapados en medio de una lucha por definir quién se hará cargo de ellos, y en esa contienda tanto los padres como las madres suelen utilizar recursos no siempre legítimos, como tratar de predisponer a los menores en contra del otro progenitor, atizando un odio que suele dejar marca para siempre.

Patricia Castillejo ha vivido esta situación desde hace cinco años, cuando decidió dar por terminada la relación que tenía con su esposo y padre de sus dos hijos debido a la violencia que él ejercía sobre ella.

Unos cuantos días después de haberse ido del domicilio de ambos, junto con sus hijos, y notificarle a su ex pareja que había iniciado un juicio en su contra –narra la mujer en entrevista con La Jornada–, él le pidió que le dejara ver a los niños.

Ella accedió, sin saber que en ese momento se iniciaba un pleito legal que persiste hasta hoy. El hombre no aceptó regresarle a los menores, amenazó con no dejárselos ver si ella no volvía con él y comenzó a decir a los niños que su madre los había dejado porque no los quería.

“En una audiencia, ellos llegaron con mucho miedo y me decían ‘muérete, tú nos abandonaste, no nos quieres’. Pasé nueve meses sin poder verlos, y cuando les hicieron estudios sicológicos, se determinó que había falta de apego hacia mí”, cuenta Castillejo.

La situación se volvió todavía más complicada tres años después, cuando el padre de ambos menores se los llevó a otro estado, donde estuvieron viviendo sin domicilio fijo y sin acudir a la escuela, atemorizados con la idea de que iba a llegar la mamá loca a llevárselos por la fuerza.

A consecuencia de este conflicto con el padre de los niños, mis hijos tienen un daño irreversible y un odio total hacia mí. En cinco años los he visto 20 veces y tienen rencor y violencia muy grandes, que pueden llegar a la depresión o al suicidio.

Consecuencias

De acuerdo con Margarita Montes de Oca, especialista en diagnósticos y manejo de pruebas sicológicas, la manipulación de los hijos por alguno de los padres en un conflicto de pareja –calificada por algunos grupos como alienación parental, aunque otros no están de acuerdo con el término– es una pérdida devastadora para todos los involucrados.

Los menores ven destruida la convivencia cotidiana con uno de los dos padres, con sus hermanos o con la familia del padre no custodio, además de perder en muchas ocasiones el lugar donde viven y el ritmo de su vida cotidiana.

Aunque no hay estudios confiables para saber la magnitud de estos conflictos, la experta en sicología forense y educación superior estima que el aumento en la tasa de divorcios y separaciones ha hecho que estos conflictos sean cada vez más frecuentes.

En consulta, Montes de Oca ha documentado que esta clase de disfunción familiar hace que los niños presenten ansiedad, angustia, falta de control de esfínteres, terrores nocturnos, incapacidad para socializar, sentimientos de culpa y problemas de aprovechamiento escolar. En el peor de los casos puede desembocar en el surgimiento de ideas suicidas y brotes sicóticos.

Aunque este fenómeno perjudica tanto a las madres como a los padres, los varones lo padecen con más frecuencia, debido a que ellas suelen recibir en mayor medida la guardia y custodia de los hijos, porque se asume que las mujeres tenemos tiempo para criarlos, aunque en muchas ocasiones quienes lo hacen son los abuelos o los tíos.

Para Montes de Oca, “la idea de las ‘madres abnegadas’ que nacen con aureola o con capacidad innata para la maternidad es un mito”, pero los peritajes mediante los que se decide con quién van a permanecer los menores no toman en cuenta este factor y por tanto no cumplen con su deber de ayudar al juez a impartir justicia de manera adecuada.

La falta de capacitación de juzgadores, peritos y sicólogos –además de la gran carga de trabajo en las procuradurías– es uno de los factores que más propicia el surgimiento de estos conflictos familiares, que se resuelven de maneras muy diversas, porque dependen del criterio y la personalidad de cada juez, a falta de un protocolo unificado.

Un nuevo grupo vulnerable

Ante dicho escenario, 25 colectivos de padres y madres afectados por la alienación parental lanzaron un manifiesto de la familia en conflicto judicial, en el que solicitan ser considerados un grupo vulnerable y exponen cinco peticiones, explicó el abogado Alberto Trueba.

Las exigencias de los grupos son proclamar la convivencia familiar como derecho humano reconocido en la Constitución, señalar la convivencia como la primera medida cautelar en estos casos, crear un programa de convivencia en escuelas en favor del padre no custodio, promover la figura de un representante de los menores en juicios familiares de alto conflicto y generar un programa de revinculación para familias con más de un año en conflicto judicial.

La familia se rompe, se disuelve como núcleo y eso impacta a toda la sociedad. Hay un síndrome de padres destruidos, porque pierdes tu trabajo, tus amistades y hasta tu dignidad. Pedimos que se nos declare un grupo vulnerable y que haya sensibilidad en los tribunales, porque no somos un expediente más, enfatizó.