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El funeral del literato se efectuará en la Universidad Bard College, informa su biógrafo

Philip Roth es un gigante y un virtuoso, definen escritores

Preparan homenaje en el edificio principal de la Biblioteca de Nueva York, en Manhattan

La vida, en toda su impureza descarada, articuló la narrativa del mordaz retratista de la sociedad estadunidense

Nadie como él, ni hoy ni nunca, opina el autor Gary Shteyngart

 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de mayo de 2018, p. 3

El funeral del escritor estadunidense Philip Roth (Newark, New Jersey, 1933), fallecido el martes a los 85 años, se efectuará la próxima semana.

Será una ceremonia íntima en el cementerio de la Universidad Bard College, donde impartió un curso sobre su obra, informó su biógrafo Blake Bailey.

También, para rendirle tributo final, se planea un acto en septiembre en el edificio principal de la Biblioteca de Nueva York, en Manhattan, añadió Bailey.

La vida, en toda su impureza descarada es el eje de su narrativa. Autor emblemático de la literatura contemporánea, mordaz retratista de la sociedad estadunidense y mencionado cada año como uno de los candidatos del Nobel de Literatura es despedido en todo el mundo, calificado de gigante y virtuoso por sus colegas al día siguiente de su muerte. La lucha con la escritura ha terminado, plasmó en el momento de su retiro en un trozo de papel amarillo que pegó en su computadora.

La noche del martes comenzó a expandirse la noticia de su fallecimiento, en un hospital de Nueva York, debido a una insuficiencia cardiaca congestiva, de acuerdo con su agente Andrew Wyle.

Un ateo que juró lealtad a la imaginación terrenal, se identificó como escritor estadunidense, no judío, pero a menudo la experiencia de ambas era una misma. Mientras sus predecesores como Saul Bellow y Bernard Malamud escribieron sobre la dolorosa adaptación de los judíos a la vida de inmigrante, los personajes de Roth representaban a la siguiente generación.

Su lengua materna era el inglés, que hablaba sin acento alguno y no cumplía los rituales ni asistía a la sinagoga. El sueño americano, o la pesadilla, era convertirse en un judío sin judíos, sin judaísmo, sin sionismo, sin lo judío. Su realidad, más bien, era ser considerado un judío entre gentiles y un gentil entre judíos.

Ácido y subversivo

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tan prolífico en las redes sociales no emitió mensaje alguno alusivo al deceso del escritor satírico y realista inflexible.

Era un gigante, dijo en Twitter el escritor Michael Chabon (La solución final), sobre el autor que ha tenido gran influencia en la literatura estadunidense de los pasados 50 años. Fue tan virtuoso y versátil como Sinatra, pero también ácido y subversivo, encantador y formidable.

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Philip Roth (1933-2018) captado en marzo de 1993, en Nueva York, durante una entrevista con motivo de la publicación de su libro Operación Shylock: una confesiónFoto Ap

El también escritor estadunidense Gary Shteyngart (Absurdistan) opinó que no existe nadie como él, ni hoy ni nunca.

La actriz Mia Farrow elogió a un gigante de las letras, que también contaba entre sus admiradores al ex presidente Barack Obama y al exitoso autor Harlan Coben, quien se refirió a él como su escritor favorito.

Todos queríamos ser Philip Roth, nadie se acercó, tuiteó Michael Green, guionista de las películas Blade Runner 2049 y Asesinato en el Expreso de Oriente.

La revista The New Yorker, donde Roth era autor de casa, se refirió al incomparable novelista y citó un artículo publicado en 2006, de Claudia Roth Pierpont, para describir los temas de sus obras: La familia judía, el sexo, los ideales estadunidenses, las traiciones a éstos, el fanatismo político, la identidad personal y el cuerpo humano (generalmente masculino) en su fuerza, frágilidad y su necesidad a menudo ridícula.

En este medio Roth publicó su primera historia The kind of person I am (El tipo de persona que soy) en 1958. Y utilizó esta tribuna en septiembre de 2012 para dirigirse a Wikipedia, la enciclopedia en Internet, para reclamar una entrada equivocada sobre su novela The Human Stain (La sustancia humana), después de recibir como respuesta que el autor no era una fuente creíble.

Un mes después de la publicación de esa carta anunció su retiro de la literatura de ficción. Némesis, publicada en 2010, fue su última obra. En 2015 se retiró de la vida pública. Escribió más de 30 libros, muchas veces hasta uno por año, con mucho humor, sarcasmo y melancolía. Muchos están ambientados en el Newark de su juventud.

Siempre mencionado en las quinielas del Nobel de Literatura, el eterno candidato se fue sin haber recibido el reconocimiento de la Academia Sueca. Se convirtió en un chiste para él, dijo la periodista francesa Josyane Savigneaud, quien lo visitaba con frecuencia.

Fue contemporáneo de Don DeLillo, Saul Bellow y Norman Mailer y ganó el Man Booker International en 2011 y el Príncipe de Asturias en 2012.

(Con información de Afp, Ap y Dpa)