Managua

El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, aceptó regresar el próximo viernes a la mesa de diálogo con la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, para destrabar la crisis política del país, que ha dejado más de 150 muertos, informó este miércoles la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), mediadora del proceso.

La semana pasada la CEN presentó a Ortega una propuesta de democratización con miras a reanudar las negociaciones, suspendidas desde el 23 de mayo. El plan incluye debatir la salida del mandatario del gobierno, adelantar las elecciones presidenciales de 2021 y sustituir a las máximas autoridades electorales del país, entre otros puntos.

El presidente comunicó su respuesta el pasado martes a la CEN, que la hizo pública ayer.

Estaremos dando a conocer a la comunidad nacional e internacional la propuesta que presentamos al presidente y la carta que él nos ha enviado con su planteamiento, indicó la CEN en un comunicado firmado por el obispo Silvio Báez.

Añadió que ambos temas serán sometidos a debate para buscar un consenso que responda a los anhelos de justicia y democratización.

La reunión comenzará el viernes a las 10 de la mañana (hora local) en el Seminario de Fátima, en esta capital.

La Conferencia Episcopal suspendió las negociaciones ante la negativa del gobierno de cesar la represión policiaca y paramilitar contra manifestantes, que ha dejado hasta la fecha 152 muertos y más de mil 300 heridos, de acuerdo con datos del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos.

La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, integrada por estudiantes, empresarios y la sociedad civil, se prepara para comenzar este jueves un paro nacional de 24 horas con el propósito de presionar al mandatario y que ordene el ceso de la represión.

Este miércoles la población acudió con calma a abastecerse en los mercados populares y a realizar movimientos bancarios.

En tanto, más de 4 mil ciudadanos exhortaron a la policía a detener el baño de sangre que ha dejado la represión durante las protestas que comenzaron el 17 de abril con una movilización de estudiantes contra una reforma al sistema del Seguro Social que afectaba a trabajadores, empleadores y pensionados. Aunque casi de inmediato fue derogada, ya no se frenó el movimiento que ahora exige la renuncia del presidente, Daniel Ortega, y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

El régimen de Ortega ya está agotado. A ustedes les toca detener de una vez por todas este insensato baño de sangre, exigieron los firmantes de una carta abierta dirigida a los policías, publicada por los diarios La Prensa y el Nuevo Diario.

Además, miles de nicaragüenses buscan desesperadamente tramitar sus documentos para migrar a países vecinos de Centroamérica, como Costa Rica, por temor a los grupos armados que siembran el terror en las calles y barrios en medio de las protestas opositoras, reportó Nubia Manzanares, gestora de migración.

El gobierno de Panamá pidió suspender el transporte terrestre hacia Nicaragua mientras siga la crisis política en ese país, donde camioneros centroamericanos han quedado varados por los bloqueos en las principales carreteras.