Sociedad y Justicia
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Los considera un ataque interno que mina a la Iglesia católica

Condena Ratzinger casos de pederastia clerical, al iniciar su visita a Portugal

El perdón no remplaza a la justicia, dice; pide encontrar respuestas

 
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de mayo de 2010, p. 42

Lisboa, 11 de mayo. El papa Benedicto XVI criticó hoy el creciente escándalo de casos de pederastia dentro de la Iglesia católica con palabras de inusitada dureza, al expresar que el mayor ataque al catolicismo proviene desde dentro de la Iglesia.

Poco antes de aterrizar esta mañana en Lisboa, donde inició una visita de cuatro días a Portugal, el pontífice dijo a periodistas que lo acompañaban en el avión de Alitalia que la Iglesia sufre un ataque interno.

Es realmente terrible cómo la Iglesia sufre actualmente por un ataque interno, debido al pecado que existe en el seno de la misma Iglesia, aseveró.

El Vaticano venía siendo acusado de intentar culpar a los medios de comunicación por la difusión de los casos de curas pederastas, que sacudieron sobre todo a Alemania e Irlanda.

Pero hoy, Joseph Ratzinger quitó argumentos a los críticos, señalando que la Iglesia debe dar respuestas, y destacando que son necesarios penitencia, oración y aceptación, pero también justicia, ya que el perdón no remplaza a la justicia.

El sufrimiento de la Iglesia, causado por el mismo clero, fue interpretado por Benedicto XVI como parte del mensaje del llamado tercer secreto de Fátima.

El Señor dijo que la Iglesia sufrirá hasta el fin del mundo y esto hoy lo vemos de forma particular, agregó el Papa.

Sin embargo, en una misa que celebró esta tarde en Lisboa ante unas 90 mil personas, el Papa aseguró que ninguna fuerza adversa podrá destruir a la Iglesia.

Los gritos de viva y la lluvia de aplausos de la multitud fueron, visiblemente, un auténtico bálsamo para el sufrido visitante del Vaticano. El semblante serio que el Papa había exhibido desde su llegada en horas de la mañana dio lugar a sonrisas.

El Papa hizo referencia, en la misa, a la pérdida de creyentes, fenómeno que también afecta sobremanera a Portugal, y a los desafíos de la Iglesia. Muchas veces nos preocupamos de las consecuencias sociales, culturales y políticas de la fe, dando por hecho que la fe existe, algo que cada vez es menos realista, admitió.

En la plaza Terreiro do Paço, al borde del río Tajo, Benedicto exhortó a que se vuelva a anunciar con vigor y alegría el acontecimiento de la muerte y resurrección de Cristo.

En Portugal, país que no se ha visto afectado por las escándalos de abusos sexuales, el pontífice fue recibido en el aeropuerto militar Figo Maduro de Lisboa por el primer ministro José Sócrates, el presidente Anibal Cavaco Silva y los altos dignatarios de la Iglesia católica portuguesa.

Cavaco Silva, en su discurso de bienvendida, le pidió al Papa un mensaje de esperanza, a su juicio tan necesario en estos tiempos de incertidumbres, en alusión a la severa crisis económica que atraviesa su país.

Benedicto hizo hoy varios de los trayectos en Lisboa en su papamóvil y recibió una calurosa bienvenida de miles de personas que se lanzaron a las calles de la capital.