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Daniela Vega, actriz trans, intérprete de Una mujer fantástica

Si creamos historias diversas el cine será más interesante
 
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de noviembre de 2017, p. a11

En un momento de Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio, la protagonista transgénero de la película, Marina (Daniela Vega), camina por la calle cuando un viento extremo hace que le sea casi imposible avanzar.

Ver Una mujer fantástica, la apuesta de Chile al Oscar a la mejor cinta en lengua extranjera, es caminar en los zapatos de una mujer trans, sentir las humillaciones que Marina enfrenta a diario y asombrarse con su resolución de derribarlas.

Desde su debut en el Festival de Cine de Berlín, Una mujer fantástica ha sido celebrada como una de las mejores películas del año, y la actuación de Vega como acontecimiento crucial. A diferencia de las numerosas grandes producciones que han sido elogiadas por sus representaciones de la vida trans, la propia Vega, de 28 años, es transexual.

Mente sin uniforme militar

La fuerza y autenticidad de su actuación derriba cualquier teoría de los cineastas que han dicho que es impráctico tener actores trans para esos papeles.

Si ampliamos nuestra mirada será más interesante, más hermoso, dijo Vega en una entrevista en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Si podemos crear colores, personas e historias más diversas, será más interesante. Los uniformes son para los militares y la policía, no para nuestros pensamientos.

Cuando la conocí la amé, quedé fascinado con ella. Me di cuenta de que si iba a hacer la película, nunca la iba a hacer sin una actriz transgénero, dijo Lelio, quien actualmente está filmando una nueva versión en inglés de su película Gloria, con Julianne Moore.

En Una mujer fantástica, el amante maduro de Marina, una joven cantante de cabaret, sufre un ataque cardiaco y muere. Consumida por el dolor, Marina sufre la interminable degradación y acoso de médicos, policías y familiares del difunto Orlando (Francisco Reyes).

Lelio conoció a Vega mientras hacía su trabajo de investigación para el guion. Inicialmente fue una asesora valiosa en el filme, luego su musa. Cuando Lelio y Gonzalo Maza terminaron el primer borrador, Lelio se lo envió a Vega y le preguntó si interpretaría a Marina.

La historia de Marina no es la de Vega, pero el personaje comenzó a absorber la identidad y las experiencias de la actriz. Vega había cantado y actuado en obras de teatro y algunas películas pequeñas antes de conocer a Lelio. Pero para ella, sus ambiciones artísticas solo emergieron tras haber hecho su transición a los 17 años.

Actuar se convirtió en una especie de terapia para ella. Durante un periodo oscuro, un amigo le sugirió que fuera a una clase de actuación. Después de la transición, me volví muy depresiva. Puse toda mi energía en el proceso de pasar de ser un chico a una mujer y después de eso me sentí muy vacía, contó Vega. Pasó un año o año y medio hasta que salí de mi apartamento. Con la oscuridad, hice arte.