Opinión
Ver día anteriorLunes 14 de enero de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde el otro lado

Controversia constitucional

L

a terquedad de Donald Trump en su pretensión de construir un muro entre México y Estados Unidos podría ocasionar una crisis constitucional. La Cámara de Representantes, donde el Partido Demócrata es mayoría, se ha negado a autorizar los 5 mil millones de dólares que el presidente estadunidense exige para la construcción de su muro y así cumplir con una de las más absurdas promesas con las que engatusó a sus más retrógradas seguidores para conseguir su voto. Trump no firmará el presupuesto mientras no se cumpla su exigencia. En su necedad lo acompaña buena parte del Partido Republicano en el Senado, entre ellos su líder, Mitch McConnell, quien se ha negado a someter a votación el presupuesto tal como fue aprobado en la Cámara de Representantes, porque tiene la certeza de que Trump lo vetaría por no incluir los fondos para su muro. En el fondo es una verdad a medias, pues es claro que algunos senadores de su propio partido votarían por aprobar el presupuesto sin la partida para el muro; pero también está consciente de que se erosionaría su liderazgo; y, por añadidura, perdería cara ante el jefe de la Casa Blanca.

Así las cosas, hasta el momento de escribir estas notas no parece haber una salida al paro gubernamental. Para Trump, los miles de centroamericanos que acampan en la cercanía de la frontera con Estados Unidos, del lado mexicano, esperando se les conceda el asilo para escapar de las precarias condiciones que viven en sus países, son una amenaza a la seguridad estadunidense. Por ello, está dispuesto a declarar una emergencia nacional, mediante la que obtendría los fondos para su muro. Para justificarlo, ha mentido en diversas formas, y aseguró, sin prueba alguna, que más de 4 mil terroristas han cruzado ilegalmente la frontera con México. Pero la agencia responsable de documentar esos datos lo desmintió asegurando que sólo han sido seis.

No pocos especialistas han señalado que la razón que Trump arguye para declarar una emergencia nacional crearía una controversia constitucional que se dirimiría en los tribunales. Mientras tanto, crecen las protestas de 800 mil trabajadores del sector público que exigen se resuelva el paro del gobierno y así poder recibir su salario.

Uno pensaría que con cada una de las descabelladas decisiones que Trump toma estaría cavando su tumba más y más profundamente. Pero cuando se revisan las declaraciones de sus aún millones de seguidores, empezando por la mayoría de los republicanos, ese entierro parece estar aún lejano.