Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 15 de marzo de 2002
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Deportes

COSAS DEL FUTBOL

Josetxo Zaldúa

De patadas y xenofobia

Lamentable el episodio que vive el jugador del Pachuca, Gabriel Caballero, llamado a la selección nacional por Javier Aguirre. Lamentable y penoso porque algunos jugadores, directivos y no pocos periodistas han mostrado sin pena su xenofobia.

Igualmente preocupa que no haya habido una respuesta clara a semejantes argumentos.

Caballero cometió el pecado mortal de nacer en Argentina. No contento con la felonía decidió naturalizarse mexicano porque, entre otras cosas, la ley se lo permite. No mordió a nadie para llegar a tal punto.

Pero por si fueran pocos sus pecados, el pobre Caballero fue convocado por El Vasco Aguirre para integrar el Tricolor, y ahí se armó Troya.

Los fuegos llegaron primero desde los de pantalón corto, como Luis Hernández, de quien se entiende que su larga cabellera le dificulta la mínima comprensión de situaciones harto simples.

Después entraron en liza los de pantalón largo, como el presidente del Atlante, José Antonio García, célebre por su brutal coeficiente intelectual.

Y como no debe haber pastel sin guinda, algunos periodistas dedicados a las lides futboleras sumaron su granito de arena para coronar esta breve e infame historia.

Uno imagina al futbolista Gabriel Caballero hecho trizas, por decirlo de manera elegante. Es aberrante que lo llamen extranjero siendo que el señor tiene ya su pasaporte mexicano.

Tamaño disparate, que no es sino una expresión de racismo al revés, muestra la miseria humana de algunas personas que, por el bien del gremio-futbolístico-periodístico- deberían dedicarse a otra cosa.

Tal vez, y no deja de ser una febril especulación, aquellos personajes son los genuinos valedores de la pureza étnica mexicana. Si así fuese, pues, es deseable que hagan profesión de fe y lancen sin pena su particular cruzada contra el invasor extranjero.

El humor de Aguirre

Mención especial para El Vasco por mostrar un humor a prueba de estupideces. El pasado lunes declaró que el argenmex era un güey porque erró un penal y se estrenó así como mexicano. Aclaró que, antes de su tonta decisión de naturalizarse, el tal Caballero era infalible en esas artes.

Nadie sino el seleccionador sabe si el mentado futbolista será de la partida mundialista. Pero conjeturemos: la verdad es que la ignorancia mostrada por algunos de corto, otros de largo y ciertas plumas que deshonran al gremio periodístico puso en bandeja de plata la presencia de Caballero en el grupo de los elegidos. Al tratar de quebrarlo tan arteramente podrían lograr justo lo contrario.

Desde esta minúscula trinchera hay certeza en la frialdad y entereza de Javier Aguirre. Si Caballero no es del grupo será porque no lo merece. No porque sea un mexicano de quinta.

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