Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 5 de abril de 2002
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Política

MEXICO-CUBA

En una carta la cancillería explica a diputados las "circunstancias" que acontecieron

Ningún funcionario presionó a Fidel Castro para que dejara la cumbre, insiste la SRE

Jamás se actuará contra un gobernante con el que se sostengan nexos diplomáticos, indica

CIRO PEREZ Y ROBERTO GARDUÑO

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) aseguró a diputados que a ninguno de los jefes de Estado o de gobierno que asistieron a la cumbre de Monterrey se les asignó un tiempo de estancia prestablecido, ya fuera por la secretaría general de Naciones Unidas o por el gobierno de México en su calidad de anfitrión.

En una carta dirigida a los integrantes de la mesa directiva de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, en la que explica las "circunstancias" que rodearon la participación del presidente cubano Fidel Castro en la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, la SRE sostiene que de conformidad con la práctica internacional, en este tipo de encuentros cada país determina la duración de la estancia de su respectivo mandatario.

Explica que distintos participantes, como fue el caso de los presidentes de Argelia, Francia, Nicaragua y Perú, tomaron la decisión de retirarse anticipadamente de la ciudad sede por razones diversas, contando para el efecto con el apoyo de las autoridades mexicanas.

También a la comisión fue turnada una carta en la que el gobierno cubano da su punto de vista respecto de este incidente, aunque de acuerdo con la secretaria de la comisión, la diputada verde Erika Spezia Maldonado, "se trata de una carta light", porque en la misma no se especifica el nombre de las personas que, de acuerdo con los funcionarios de la isla, habrían condicionado la participación del mandatario cubano a un lapso breve y a que partiera antes de que llegara a la sede el presidente estadunidense, George W. Bush. La legisladora consideró que es un gesto de Cuba para no empeorar aún más las relaciones entre ambos países.

En el documento elaborado por la SRE se destaca que el gobierno de México invitó con toda oportunidad al presidente Fidel Castro a participar en la conferencia, mediante una carta que Vicente Fox le dirigió el 28 de enero del año en curso, en la que se ratificaba la invitación correspondiente que le habían formulado el 21 de diciembre de 2001 los copresidentes del comité preparatorio de Naciones Unidas.

Señala que no obstante que las invitaciones formales le habían sido oportunamente giradas, el presidente Fidel Castro sólo confirmó su participación hacia las ocho de la noche del 19 de marzo, es decir, una vez que ya había comenzado la conferencia a nivel ministerial.

"En su carta, el presidente cubano menciona que la enorme cantidad de trabajo que había tenido en las últimas semanas no le permitía tener la seguridad de participar en dicha conferencia, lo cual le apenaba mucho con México, sede de ese evento, y con Naciones Unidas, que tanto interés habían puesto en el mismo. En ese contexto debe ubicarse el párrafo en que menciona que tomó la decisión de realizar el esfuerzo extra y participar por el mínimo de tiempo posible", subraya el texto de la cancillería mexicana.

Agrega que Fox fue interrogado en diversas oportunidades en relación con esta carta y mencionó que "el presidente Castro agradecía la invitación, que le tomó tiempo tomar su decisión, pero que había decidido venir y lo haría por un plazo muy corto, es lo único que señaló: entiendo pues que venía a hacer su presentación y que luego se retiraba", se destaca en el documento.

Esta misma aseveración, continúa, la formuló el secretario de Relaciones Exteriores, al afirmar que resultaba de especial importancia no extraer de su contexto las afirmaciones contenidas en ella, refiriendo que la "palabra que utilizaba en su carta era mínimo. Entonces, pues, no interpretamos nada. Simplemente tomamos nota de que así lo había anunciado, y en efecto, así procedió".

Llama la atención de los legisladores al comentar que "no escapará a su atención que ese tiempo mínimo, por su naturaleza, supone un plazo menor de estancia si se le compara con el tiempo que otros mandatarios, la gran mayoría, destinaron a su participación en la cumbre. El propio presidente Castro adoptó esta decisión y no es, de ninguna manera, atribuible ni al gobierno de México ni a su conjunto ni a ningún servidor público de nuestro país en lo individual".

A mayor abundamiento, el canciller Castañeda afirmó que "de ninguna manera, en ningún momento ningún funcionario autorizado del gobierno de México le hizo un planteamiento de esa índole o de cualquier otra que pudiera semejársele al gobierno de Cuba, a las autoridades cubanas", se enfatiza.

En el documento que leyeron los diputados se advierte que se ha insistido recientemente en que este episodio forma parte de una larga cadena de desencuentros con mensajes hostiles entre los dos gobiernos. Sostiene que por su profundidad y su gran complejidad histórica esta relación ha tenido tantos encuentros como desencuentros, y que la intensa relación entre los dos pueblos obliga a ambos gobiernos a promover una positiva convivencia más allá de las diferencias.

"Por ello consideramos que no debiera sacarse de su contexto la decisión que en Monterrey adoptó el presidente Castro, ni insistir en las versiones de que el gobierno de México fue objeto de presiones para pedir al mandatario cubano aquello que, de todas formas, había ya anunciado: su participación en la reunión por el mínimo del tiempo posible. No huelga señalar ante ustedes, como representantes de la soberanía popular, que el presidente Castro asistía, como todos los demás participantes, por derecho propio y que el gobierno de México jamás ha actuado ni actuará en perjuicio del gobernante de un país con el que se sostengan relaciones diplomáticas cordiales", se precisa en el texto firmado por el subsecretario de Relaciones Exteriores, el embajador Enrique Berruga Filloy.

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