Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 9 de abril de 2002
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Se sumarán a las protestas de los residentes de San Pedro de los Pinos

Piden vecinos de la colonia Nápoles considerar la sismicidad del DF en obras de segundo piso

Los autores del proyecto han ignorado el boletín 104 del Instituto de Geología, señalan

BERTHA TERESA RAMIREZ

El grado de sismicidad que se presenta en la ciudad de México es otro de los inconvenientes que deberían considerarse para no llevar a cabo el proyecto de los segundos pisos, particularmente en el Viaducto Miguel Alemán, señalaron vecinos de la colonia Nápoles.

Tras anunciar que se sumarán a la inconformidad de los vecinos de la colonia San Pedro de los Pinos, quienes se manifestaron el domingo pasado en contra de la obra vial, argumentaron que el proyecto no ha considerado el boletín 104 del Instituto de Geología de la UNAM, Estructura Geológica, Sismicidad y Relaciones Neotectónicas Regionales de la Ciudad de México (1988), el cual demuestra que el Viaducto está en la falla del Río Becerra y que la zona del Viaducto, a la altura de la colonia Roma, fue la que sufrió más derrumbes durante los terremotos de 1985.

Después de demandar al Gobierno del Distrito Federal que no siga con dicho proyecto y manifestar que están dispuestos a participar en marchas, acudir a los medios de comunicación "y hacer lo necesario para que su tranquilidad no se vea afectada", externaron su preocupación porque el proyecto del segundo piso Viaducto-Río Becerra "corre entubando agua negras y no soportaría tanto peso, y se preguntan: Ƒen caso de temblor, estará firme el piso? Además de que la construcción traerá como consecuencia el incremento de contaminación ambiental, ruido y ambulantaje".

Un estudio realizado por el área de Ecología y Desarrollo Sostenible del Tecnológico de Monterrey advierte que la construcción de un segundo piso en el Periférico y el Viaducto podría resultar una obra muy vulnerable ante el alto grado de sismicidad que se presenta en algunas zonas por donde pasará esta nueva vialidad.

Advierte el estudio que la ciudad de México está considerada como un área con gran vulnerabilidad, esto significa que se registran sismos constantemente, lo que hace que esta zona tenga un gran riesgo.

Por otro lado, agrega, también se observa que la ciudad de México tiene un sinfín de minas en el subsuelo que van de dos a tres metros, lo cual provoca un gran riesgo y peligro en la construcción de un segundo piso, ya que este representará un mayor peso para la ciudad.

Planteó que a la hora que los conductores salgan por Periférico o Viaducto, retomarán arterias deficientes, lo cual provocará nuevamente congestionamiento; "es implementar un sistema novedoso en un sistema vial ineficiente", argumenta.

Aun cuando muchos habitantes de la ciudad están a favor del proyecto y lo ven con entusiasmo, porque en principio les ahorraría tiempo en trasladarse de un lugar a otro, "lo que no han pensado a detalle es el tiempo que les durará el gusto de circular así, pues tendrá que haber un sacrificio para la construcción de la obra, soportar más tránsito y tiempo para que finalmente en poco tiempo se vuelvan a saturar estás vías".

El documento añade que la utilización del Viaducto en forma óptima -con tres carriles en cada dirección y con una longitud de 20 kilómetros- tiene un espacio suficiente para 7 mil 200 autos en movimiento, lo que facilitaría el paso de unos 45 mil a 50 mil autos entre las seis y las 10 de la mañana, que representa el periodo en el cual 90 por ciento de la gente sale de sus casas para dirigirse a su centro de trabajo o para llevar a sus hijos a la escuela.

Sin embargo, 50 mil autos representan tan sólo 2.5 por ciento del total de autos en la ciudad de México, "lo cual indica que el efecto de una vía nueva de esas dimensiones difícilmente contribuirá en forma significativa a solucionar el problema de vialidad. Además, si se considera que el crecimiento del parque vehicular es de más de 6 por ciento anual, es posible afirmar que en dos años, después de su inauguración, el nivel del congestionamiento vehicular será igual o mayor del que ahora padecemos y los segundos pisos que nos entusiasman pasarán a ser parte del posible catálogo de opciones en las que los automovilistas nos entramparemos cada día como parte de nuestra rutina cotidiana".

En lo que se refiere a los problemas sociales, el documento apunta que la gran concentración demográfica en el Distrito Federal es también un factor importante que se debiera considerar. "Es un hecho que hoy en día existen más personas habitando la ciudad que espacio disponible para ellos, un gran número de habitantes utiliza el transporte público o particular para ir de su casa al trabajo y viceversa. Construir un segundo piso causaría una saturación del mismo a muy corto plazo."

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