Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 24 de abril de 2002
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Política

Son víctimas de constante manipulación de partidos, asegura

Subsiste discriminación hacia indígenas en el país: Episcopado

Reconoce que en años recientes han reafirmado su conciencia Logro nada despreciable, acuerdos sobre sus derechos y cultura

JOSE ANTONIO ROMAN ENVIADO

Oaxaca, Oax., 23 de abril. En todo el país "subsiste" el fenómeno discriminatorio y racista hacia lo indígena, afirma la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), sostiene que en el sistema político vigente estas comunidades sufren todavía una "constante manipulación" por parte de los partidos políticos.

En su informe Realidades sociopolíticas y culturales de los pueblos indígenas de México, presentado aquí en el contexto de la reunión Emergencia Indígena. Un desafío para la Pastoral, los obispos mexicanos advierten que las reformas constitucionales en derechos y cultura indígenas, dado el "momento democrático" que vive el país, son acuerdos nada despreciables que nos permitirán avanzar, poco o mucho en el camino al diálogo y la legalidad", afirma el documento presentado por Héctor González Martínez, arzobispo de Oaxaca y presidente de la Comisión Pastoral Indígena de la CEM.

Sin embargo, se reconoce abiertamente que continúa la "insatisfacción" de líderes indígenas y diferentes grupos sociales ante estas reformas aprobadas por el Congreso, pues ellos hubieran querido el reconocimiento de mayores derechos para estos pueblos ancestralmente marginados.

Añade que México todavía está a la expectativa de los resultados que puedan tener las controversias constitucionales que varios municipios indígenas han presentado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y a la anunciada "contrarreforma" impulsada por algunos diputados que buscan mayores reconocimientos a estos pueblos.

A la reunión, convocada por el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), asisten alrededor de 40 obispos de casi toda la región y están representadas 15 de las 22 conferencias episcopales que integran el Celam.

El texto sostiene que las condiciones ancestrales en que han vivido los pueblos y la falta de atención a sus justas demandas, han dado como resultado el surgimiento de grupos armados en algunas regiones indígenas del país: Chiapas, Guerrero, Oaxaca, y reconoce que detrás de estos movimientos hay fuertes influencias ideológicas.

El Episcopado Mexicano considera, por otra parte, que la ley de derechos y cultura indígenas tiene "aspectos positivos": se prohíbe toda discriminación de origen étnico; se reconoce la composición pluricultural de la nación sustentada originalmente en los pueblos indígenas; se describe la identidad de los pueblos y comunidades indígenas, y se reconoce el derecho a la libre autodeterminación con sus prácticas autónomas, entre otras.

Hay grupos que demandan mayores avances, tales como el reconocimiento de las comunidades como entidades de derecho público, el derecho al uso y disfrute sobre territorios y recursos naturales y la autonomía constitucional.

El sector más relegado

Con datos oficiales, el informe presentado por la Iglesia católica mexicana ubica a los indígenas -se estima que hay unos 10 millones, 10 por ciento de la población total del país- no sólo como el sector de más alta marginación en el país, sino el más vulnerable en el proceso de globalización que se vive. De acuerdo con estas estadísticas, 96 por ciento de los indígenas habitan en municipios de alta y muy alta marginación.

Según el censo de población del pasado quinquenio (1995-2000), es creciente el deterioro de las condiciones de vida de este sector: 47 por ciento es analfabeto; 76 por ciento no completó la primaria, situaciones que se acentúan todavía más en la mujeres.

Respecto a la migración, los índices se mantienen muy altos; de los 56 pueblos indígenas del país, salen por lo menos uno o dos miembros de cada familia de manera temporal, y cada día crece el número de familias enteras que emigran hacia otros estados de la República o Estados Unidos. Las ciudades mexicanas en donde se concentra la mayor parte de la población indígena son: México, Guadalajara y Tijuana.

Según el informe, la población indígena está situada en la parte más baja de la estructura laboral y con niveles salariales equivalentes. En el DF alrededor de 70 por ciento de indígenas reciben menos de un salario mínimo o un salario mínimo.

Además, las comunidades indígenas experimentan una situación de constantes conflictos por la tenencia de la tierra y límites territoriales, no habiendo alguna autoridad que codyuve eficazmente para la solución de éstos. Son muchos los casos en que las mismas "resoluciones presidenciales" son el motivo del conflicto, algunas porque sencillamente no son reconocidas o respetadas.

Pese a toda esta situación, el informe considera que los pueblos indígenas han emergido en los años recientes con una reafirmación de su conciencia. Su presencia se ha multiplicado en diferentes foros e instituciones, y su voz está siendo cada vez más escuchada.

Prueba de ello, dice, ha sido la creación de múltiples y variadas organizaciones indígenas, desde aquellas con carácter eminetemente políticos hasta las culturales, sociales y de derechos humanos, todas ellas con repercusiones en la vida social, y también en algunos sectores de la Iglesia.

"Si bien estas organizaciones pueden ubicarse como parte del proceso democratizador del país y de las necesidades indígenas, algunas de ellas están marcadas por una fuerte razón ideológica, otras se convierten en motivo de lucro y en modus operandi de sus líderes", señala parte del documento.

Respecto al análisis de la realidad religiosa en los pueblos y comunidades indígenas, el Episcopado Mexicano considera que es prácticamente imposible entender la religiosidad indígena sin los elementos cristianos, ya que desde la primera evangelización se integraron todos estos elementos.

Y, "sin negar las sombras" de aquella primera evangelización, la Iglesia mantuvo una preocupación constante por la promoción integral de los indígenas, y abogando siempre por sus derechos y dignidad.

Reconoce que en años pasados la pastoral fue preferentemente asistencial, después pasó a un nivel más promocional, y en la actualidad se esfuerza por ser integral, reconociendo al indígena como verdadero sujeto de su evangelización.

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