Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 24 de abril de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  

Economía

MEXICO S.A.

Carlos Fernández-Vega

EN EL SENO DE uno de los sectores industriales al que el gobierno mexicano -los anteriores y el actual- más fe le tenía como "detonador del crecimiento" y que consideraba como una permanente tabla de salvación para enfrentar los constantes vaivenes de la economía nacional -de manera especial en lo que a generación de empleo se refiere-, se habría tomado una decisión que mermaría considerablemente el padrón de empresas que lo conforman.

A PESAR DE LAS generosas facilidades que a lo largo de tres décadas y media le brindaron los distintos gobiernos nacionales y estatales, el sector maquilador de exportación que opera en el país habría concluido que México comienza a resultar "muy caro" para sus planes de expansión, pero sobre todo para sus márgenes de utilidad. Por ello, otros países ligeramente más golpeados que el nuestro -aquellos que la geopolítica foxista ha encuadrado en la "retaguardia"- no sólo les ofrecerían mejores "condiciones" y "garantías" para su crecimiento, sino que estarían en la mejor disposición de arroparlo en su democrático y soberano seno.

EL ATORON DE LA economía mexicana en 2001, que se prolonga hasta nuestros días, golpeó severamente a dicho sector e impactó directamente en la generación de empleo. Y como en la sacrosanta globalización todo se vale, las grandes empresas maquiladoras trasnacionales están a punto -si no es que muchas ya lo hicieron- de cambiarse de domicilio.

PARA EFECTOS MEXICANOS, el certificado de defunción de tan generosos consorcios lo estaría adelantando el secretario de Economía, Luis Ernesto Derbez, quien reconoce que los dueños de "muchas" de esas plantas decidieron mudarse a Centroamérica, Indonesia y China, donde los salarios a cubrir son menores a un dólar por hora, una tercera parte de lo que supuestamente pagan en México por el mismo concepto.

LA INDUSTRIA maquiladora de exportación comienza a instalarse y a operar en el país a mediados de la década de los 60, con el objetivo -se decía- de "industrializar" la frontera norte, sin lograrlo a plenitud, y hacer frente al desempleo provocado por la cancelación del programa bracero. Alrededor de siete lustros después, este sector, generador de empleo barato para los mexicanos y de suculentas ganancias para el capital extranjero, parece estar más sensible que nunca, y la sola idea de que el trabajador nacional mejore su ingreso lo ha puesto a sudar. Los propietarios de estas plantas, que se montan y desmontan ante el más mínimo indicio de que existen otras zonas del planeta donde el margen de explotación es mayor al que obtienen en ese momento, argumentan que los costos de operación en México se han incrementado entre 3 y 4 por ciento, ergo, este bello país ya no es redituable.

A LO LARGO DE los años, este sector industrial le fue "comiendo" territorio a la República y descendió hacia el sur. Actualmente este tipo de empresas se encuentra en casi toda la geografía nacional (en 85 por ciento de ella, para ser preciso), y su distribución se observa de la siguiente manera: Baja California concentra 33.4 por ciento del total; Chihuahua, 12.1; Tamaulipas, 11.2; Coahuila, 8.5; Sonora, 8; Nuevo León, 4. El 22.8 por ciento restante se localiza en Aguascalientes, Baja California Sur, Durango, estado de México, Distrito Federal, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.

AUN ASI, A LAS trasnacionales maquiladoras ya no les resulta grato el obsequioso trato brindado por los distintos gobiernos, ni los bajos salarios que pagan a la mano de obra mexicana, si son comparados con lo que tendrían que cubrir en Estados Unidos u otras regiones del mundo rico y próspero. Ahora explotarán las urgencias de los obreros chinos, así como la apertura y facilidades que su país ofrece a sus nuevos socios a raíz de su inclusión en el circuito de la Organización Mundial del Comercio. A los centroamericanos les darán migajas, pero bajo la lógica del hambre resultan infinitamente más nutritivas que el único platillo que hasta la fecha les ha brindado el Plan Puebla-Panamá: discursos y más discursos.

UN ESTUDIO DE la Canacintra desmiente a los patrones trasnacionales. Con base en información del INEGI, establece que los sueldos, salarios y prestaciones reales en la industria maquiladora que opera en el país reportan un deterioro continuo. Cita el siguiente ejemplo: un trabajador que en 1982 recibió 15 mil 117 pesos, en diciembre de 2001 sólo obtuvo 8 mil 508 pesos (ambos a precios de 1994). En 1995 las percepciones cayeron 9.3 por ciento en términos reales; un año después descendieron 8.2 por ciento; en 1997 se recuperaron apenas 5.3 por ciento; en 1998, uno por ciento; en 1999, 0.6 por ciento; en 2000 uno por ciento y en 2001, 1.4 por ciento. El saldo del periodo es negativo para el poder adquisitivo, independientemente de que los trabajadores destinaron más horas-hombre para obtener sus remuneraciones.

LA CANACINTRA CONSIDERA que el modelo maquilador está agotado, independientemente de que su aportación al crecimiento económico ha sido mínima, porque es una industria que prácticamente no ha logrado integrarse al resto del aparato productivo. De todas maneras, los grandes corporativos ya fijaron sus ojos en otros paraísos. El actual esquema es un obstáculo para el desarrollo del aparato productivo nacional, ya que induce a los trabajadores a la especialización en procesos simples, lo que frena el desarrollo de las capacidades humanas. Asimismo, el contenido nacional de los productos fabricados en las maquiladoras sigue en descenso (actualmente es de apenas 2 por ciento; el 98 por ciento restante se importa), debido a la cada vez menor participación de empresas mexicanas en las cadenas productivas. A pesar de ello, las cifras oficiales del gobierno mexicano aseguran que 50 por ciento de las exportaciones registradas como "mexicanas" son de la industria maquiladora. El otro 50 por ciento de exportaciones lo realiza un conjunto de fuertes consorcios, que no superan las 350 empresas.

LA CEREZA DEL PASTEL la aportó el administrador general de Aduanas, José Guzmán Montalvo, quien recientemente dio cuenta de que se detectaron maquiladoras fantasmas, dedicadas al contrabando y pirateo de productos, lo que obligó a depurar el padrón de este sector en 50 por ciento. Otras empresas del ramo simple y sencillamente cerraron por la recesión y al iniciar 2002 sólo operan 3 mil 200 de más de 6 mil que estaban registradas antes de dicho evento. Todo ello, desde luego, antes que los dueños de las ensambladoras "descubrieran" China y Centroamérica.

Las rebanadas del pastel:


LA UNICA INDUSTRIA nacional que puede tener un repunte inmediato es la del vestido, por aquello de la tremenda encuerada que el barbón les puso a ciertos personajes de la política nacional.

[email protected] / Fax: 55 45 12 53

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año