Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 24 de abril de 2002
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Economía

Alejandro Nadal

EU: una luz en el túnel

Para el presidente Fox ya se ve una "lucecita" al final del túnel para la economía mexicana porque la recuperación económica en Estados Unidos permitirá reconquistar el terreno perdido y alcanzar un mayor dinamismo el año entrante.

Sin embargo, aunque la recesión de 2001 podría ser recordada como la más corta en la historia, es conveniente tener cautela frente a los indicadores económicos de ese país. El mismo Greenspan afirma que la recuperación de la economía estadunidense puede no ser irreversible. Por eso, si bien no habrá más disminuciones en la tasa de interés (el año pasado se redujo 11 veces seguidas), la política monetaria se mantiene en una postura neutral.

Lo cierto es que persisten algunos problemas crónicos de la economía estadunidense y ni la política monetaria ni el paquete de reactivación de Bush están dirigidos a solucionarlos.

El PIB estadunidense creció 1.4 por ciento el último trimestre de 2001, y eso es bastante más de lo esperado. La mayor parte de ese crecimiento se explica por el consumo, que a su vez se debió en los últimos meses al mayor recorte de inventarios realizado por las empresas en el último medio siglo a través de ventas de ocasión. Pero la situación económica de los consumidores es incierta. Subsiste un fuerte endeudamiento que coincide con la depreciación de los activos financieros (parte importante de la riqueza de las familias), y eso no puede sostener altos niveles de consumo.

Además, la demanda por sí sola no puede mantener el dinamismo de esa economía. Greenspan reconoce que para que el crecimiento sea sostenible, se necesita que las empresas inviertan más, mejorando o expandiendo su capacidad productiva. Pero la capacidad instalada utilizada en la industria manufacturera estadunidense es 73 por ciento, la más baja desde 1983, lo que significa que las empresas tienen todavía mucho margen de maniobra para hacer frente a un incremento en la demanda sin nuevas inversiones en planta y equipo.

Se ha pronosticado un aumento en las ganancias de 17 por ciento, pero el punto de partida de ese incremento es muy bajo. Aunque cristalice ese aumento, las ganancias apenas regresarían a los niveles de 1999, lo cual no es un incentivo determinante de nuevas inversiones en planta y equipo.

El desequilibrio más importante está en la balanza de pagos. Entre 1993-2000, más de la mitad del crecimiento de la economía mundial se explica por la expansión de la economía de Estados Unidos, sobre todo por el espectacular dinamismo de los sectores de alta intensidad tecnológica. Sin embargo, ese crecimiento aumentó el déficit en cuenta corriente hasta representar 4 por ciento del PIB, y en la actualidad se necesitan mil millones de dólares diarios para financiar ese déficit, contribuyendo a la apreciación del dólar y al aumento en el crédito interno.

Mientras el motor de la recuperación económica estadunidense sea la demanda, el déficit en cuenta corriente aumentará. Goldman Sachs pronostica un aumento del déficit de 420 a 730 mil millones de dólares entre 2001 y 2006. Esta última cifra representa 6 por ciento del PIB.

De alcanzarse ese déficit, los pasivos totales de Estados Unidos pasarían de 2.6 a 5.8 billones de dólares entre 2001 y 2006, alcanzando el equivalente a 46 por ciento del PIB ese último año. Para 2010 los pasivos rebasarían 64 por ciento del PIB.

En síntesis, el crecimiento de la economía será inferior al de los años 90. Ni México ni la economía mundial pueden seguir dependiendo del dinamismo de esa economía por tiempo indefinido. Su déficit de cuenta corriente es demasiado grande y su dependencia del ahorro externo insostenible. Eso es algo que debe tomar en cuenta el gobierno mexicano cuando reafirma su subordinación a la potencia de estadunidense.

Hay otro problema. Durante los años 90, los flujos de inversión extranjera directa (muy ligados a las fusiones y adquisiciones) fueron mayores que los de cartera. Pero en 2001, 90 por ciento de los flujos de capital hacia Estados Unidos se compuso de inversiones en cartera. Es decir, que los flujos de capital hacia ese país son más volátiles. Aunque el déficit en cuenta corriente es un problema crónico, la mayor volatilidad no permite descartar un ajuste en la paridad con serias consecuencias para la balanza comercial de México.

El presidente Fox piensa que "la lucecita está al final del túnel", pero es prematuro afirmar que Estados Unidos ya resolvió sus problemas. Ahora que si la lucecita es un tren expreso en sentido contrario, Ƒpodría la economía mexicana salirse del túnel a tiempo?

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