Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 15 de mayo de 2002
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Política

ASTILLERO

Julio Hernández López

UNA CENA DE LUNES en Bruselas (reportada por una pinchurrienta columna astillada) provocó indigestiones varias, como ver a un presidente en condición de subordinado político de su canciller, o ver a éste blandir de nuevo su temible diccionario de sinónimos para explicar la banalidad de "una conversación casi casi de banqueta", que habría durado "entre media hora y 45 minutos", o convertir a Carlos Salinas de Gortari en un "señor" sin nombre ni apellidos en las declaraciones a los medios de Vicente Fox y Jorge Castañeda (el orden es lo de menos), o convertir toda una gira presidencial por Europa en anécdota de un episodio gastronómico-político de la agenda personal del secretario de Relaciones Exteriores.

AL CENADOR CASTAÑEDA, sin embargo, parece que le hacen bien las agruras nocturnas. Con una paz estomacal que deben envidiarle en Los Pinos, explicó que estaba cenando con unos amigos en la capital belga cuando, de pronto, que se le aparece (súbitamente de improviso y sin avisarle) una figura conocida. "Me encontré a este señor ahí. Platicamos largo un ratito. Media hora, 45 minutos" (o, acota este tecleador perdido en el tiempo, acaso las más de dos horas que reportaron a esta sección -primero por Internet, confirmado luego por teléfono- los mexicanos que vieron el sugerente encuentro en Bruselas: media hora, 45 minutos, dos horas, Ƒqué más da si sólo fue una plática "casi casi de banqueta", que se realizó en una mesa de un restaurante caro y de moda, con una botella de buen vino francés, que se alargó hasta el cierre del establecimiento, a cuya salida aún siguieron juntos los dos buenos amigos, en un Mercedes Benz en el que siguieron nadie sabe cuánto tiempo más o en dirección hacia dónde?)

SUPERFICIAL, CASUAL, circunstancial, banal (se habla aquí de la cena-reunión, no de la gira presidencial): "šNo, nada, hombre! -enfrentó de buen humor el cenador Castañeda a los reporteros que esperaban sus explicaciones-. No tiene la menor importancia. Es una banalidad, es una gran banalidad". Tanta, que los periodistas mexicanos hicieron al presidente Fox entrar en defensa de esa insustancialidad en pleno Bruselas: "ƑLe pidió usted al canciller que se reuniera con el ex presidente Carlos Salinas?", preguntaron, y el Presidente alegó, con la misma contundencia que si le hubieran preguntado si había presionado a Fidel Castro para que no estuviera en Monterrey cuando llegara George W. Bush a una reunión de la ONU: "Por supuesto que no, ya te lo explicó él, por supuesto que no. Fue un encuentro casual, donde no hay absolutamente nada oficial al respecto. Nada absolutamente de encargos. Simple y sencillamente, es casual ese encuentro de él, con el señor". (šAh, tiempos aquellos de la sabiduría de los dinosaurios, que decían que en política no había coincidencias ni casualidades!: suspiro nostálgico de museo a cargo de estas teclas banales. ƑCasual, circunstancial, que se reúnan el arquitecto de los ataques a Cuba y el ex presidente con residencia en La Habana, donde médicos expertos le atienden a uno de sus hijos? ƑCasual, circunstancial que se reúnan en lo extranjeramente oscurito dos personajes que pretenden llenar los espacios dejados por la ineficacia presidencial? ƑCasual, circunstancial, una reunión así cuando el salinismo presiona para que a Raúl lo dejen libre a cambio de alianzas para gobernar juntos el cambio? ƑCasual, circunstancial, el deambular político de dos gitanos lectores de suertes a los que pillan en conciliábulo del que no habrían hablado si no los hubieran descubierto ?)

BANALIDADES TALES QUE el cenador Castañeda se niega a compartirlas con el público morboso que quisiera saber los entretelones de la política presuntamente alta: "šAh, no, pues eso no se los voy a contar!", respondió entre pudorosos signos de admiración cuando los reporteros le preguntaron sobre lo hablado con el "señor". Eso sí, reconoció que la plática fue una virtual pérdida de tiempo, casi un diálogo entre un taxista y un pasajero rumbo a la Central de Abasto: fueron "varios temas, pero fue una conversación bastante rápida (es decir, un rapidín, cree entender esta columna sin censura de Provida), un poco superficial (por encimita, pues, prosigue el pecaminoso tecleador), una conversación de gente que se conoce y que, pues, cuando de repente y de casualidad se encuentra después de cierto tiempo de no encontrarse (Ƒya vieron la película La habitación azul?) platican de distintos asuntos". Pero, "obviamente, no les voy a contar cuando tengo una conversación así, casi casi de banqueta (el escribano mentalmente enfermo piensa de inmediato en los hoteles de Tlalpan). Pero, créanme, no fue nada del otro mundo".

CONTENTO CON SUS propias andanzas, valeroso en los duelos que él mismo se fabrica, el cenador Castañeda emitió sonidos que, unidos con un buen sentido gramatical, representaron su respuesta ante la pregunta de si temía las críticas que podrían darse por su encuentro banquetero de dos horas: "Sí. Ya. Uy. Ya ve qué... Hijo. Me preocupan rete harto".

TAMPOCO LE PREOCUPO la reacción del presidente Fox sobre esta nueva historieta del superhéroe Castañeda (el Spiderman de Tlatelolco): "No. No me dijo nada. 'Muy bien'. Punto. ƑQué va a decir?"

(YA PARA IRSE a cenar con sus amigos a los que dejará a un lado en cuanto le aparezca un fantasma calvo y orejón que solitario llegue al mismo restaurante a ver quién quiere tomarse una botellita de vino francés con él, este tecleador se quedó con la terrible duda banal de no saber cuál de las acepciones de la palabra "banqueta" estaría usando el canciller políglota: según el real mamotreto de la lengua española, banqueta no sólo es la "orilla de la calle", sino, además, un "andén de alcantarilla subterránea". Conversaciones de banqueta, dice el cenador, pero Ƒde cuál de esas dos banquetas?)

ASTILLAS: NI TIEMPO HAY DE atender debidamente los señalamientos de que Luis Echeverría debe-rá comparecer ante el fiscal especial sobre asuntos de guerra sucia, ni los problemas de Andrés Manuel (quien ya no vive en los condominios de Copilco 300) con el segundo piso vial, ni las acusaciones de la madre de Rogelio Montemayor contra Ernesto Zedillo como autor de las órdenes de transferencia de dineros de Pemex al PRI, ni la visita de Jimmy Carter a Cuba y las redefiniciones estadunidenses sobre bioterrorismo y la petición de poner fin al embargo económico a la isla, ni las protestas magisteriales, ni el juego Pumas-América... Ah, por cierto, el presidente Fox sigue de gira por Europa...

Fax: 55 45 04 73 [email protected]

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