Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 15 de mayo de 2002
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Política

Decidirá si hubo responsabilidad penal de policías o agentes del MP: Alvarez Ledesma

Investiga la PGR la muerte de Guillermo Vélez; analizará si acepta o no exhorto de la CNDH

GUSTAVO CASTILLO GARCIA

La Procuraduría General de la República (PGR) analizará si acepta o no la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en torno al homicidio de Guillermo Vélez Mendoza, informó Mario Alvarez Ledesma, titular de la Dirección de Protección de los Derechos Humanos de la PGR.

El funcionario federal aseguró que "la Visitaduría y la Contraloría de la PGR ya realizan investigaciones de lo sucedido el 29 de marzo pasado", y además "se abrió una averiguación previa para determinar si existió responsabilidad de tipo penal" de policía o agentes del Ministerio Públicos distintos al comandante Hugo Armando Muro Arellano, quien está prófugo.

Indicó que los seis elementos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), que junto con Muro Arellano ejecutaron la orden de localización y presentación de Vélez Mendoza ya fueron puestos a disposición del Ministerio Público Federal, así como de la Contraloría Interna.

De acuerdo con lo informado por Alvarez Ledesma, tres de los cinco puntos de que consta la recomendación 12/2002 de la CNDH ya fueron cumplidos, pues desde el mismo 28 de marzo la dependencia inició los procedimientos administrativos y penales en contra de quienes tuvieron relación con la muerte de Guillermo Vélez Mendoza, quien inicialmente fue señalado como presunto integrante de una banda de secuestradores denominada Los Antrax.

Alvarez Ledesma puntualizó que se investigan las incongruencias en la averiguación previa originada por la muerte de Vélez Mendoza.

Físicos por los Derechos Humanos (PHR, por sus siglas en inglés), organización no gubernamental internacional dedicada a la evaluación y tratamiento de víctimas de abusos de los derechos humanos, determinó tras un peritaje elaborado el pasado 12 de abril que Guillermo Vélez Mendoza no fue objeto de tortura física, toda vez que "las lesiones externas que presentó su cuerpo al momento de la muerte corresponden a los métodos de sujeción física a los que fue sometido durante su detención y traslado a las oficinas de la PGR".

Los hechos

El peritaje, del cual posee copia este diario, señala que la causa de la muerte fue asfixia por "oclusión de la laringe, debido a la fractura del cartílago tiroideo", y que el fallecimiento "probablemente ocurrió durante el traslado de la víctima a la oficinas de la UEDO", y "a consecuencia de la forma en que fue sujetada la víctima durante su detención y traslado".

Según las reconstrucción de lo sucedido el 29 de marzo, hecha por la PGR, cerca de las 23 horas el comandante Hugo Muro y Raúl Salazar -contador público de una mujer que había sido secuestrada, hecho con el que se le vinculó- llegaron al domicilio de Guillermo Vélez.

El contador le habría pedido que fuera a declarar a la PGR, Vélez accedió y subió a un automóvil marca Fiesta; nadie le había dicho que tenía una orden de localización y presentación. Tres calles adelante del domicilio, localizado en Ferrocarril de Cintura 25, Raúl Salazar le habría dicho que se fuera con el comandante.

Presuntamente Muro Arellano y Vélez Mendoza bajaron del automóvil compacto sin violencia. Una camioneta Suburban con seis agentes los esperaba. Las puertas se abrieron, los policías bajaron con armas de alto poder en mano, el supuesto secuestrador se espantó y echó a correr pero fue alcanzado por Muro, quien se le colgó del cuello aplicándole la llave china.

La versión de la reconstrucción de la PGR es que ambos cayeron; Vélez se habría golpeado la frente y eso, junto con la llave china, provocó que se le fracturara la tráquea. Supuestamente hubo forcejeo y Vélez tuvo que ser sometido. Nadie se percató de que iba lesionado, y fuertemente sujetado de los brazos lo subieron a la camioneta, lo sentaron en medio de los agentes, le colocaron las manos a la espalda y lo agacharon. La asfixia fue mayor. El tiempo que se calcula que tardó en morir fue de 12 minutos.

El trayecto de avenida Talismán a las instalaciones que la UEDO tiene en la calle de López, en el centro, se realizó en siete minutos, aseguraron fuentes de la PGR.

Vélez fue bajado de la camioneta en que llegó a López 12, y subido a otra unidad descompuesta que se encontraba en el estacionamiento. Fuentes de la dependencia aseguraron que Muro Arellano dijo a los agentes que no se preocuparan, que él era el responsable de todo.

Las reconstrucciones de la procuraduría señalan que el supuesto secuestrador fue dejado en la camioneta. Los agentes consideraron cómo iban a elaborar su reporte, regresaron al vehículo una hora 40 minutos después, y supuestamente entonces se percataron que había muerto.

Para demostrar que no hubo tortura, la PGR realizó un simulacro de cómo ocurrieron las heridas durante la aprehensión y sometimiento del supuesto secuestrador Vélez Mendoza, con un agente de la AFI. Según esos peritajes sobre lesiones, los golpes, moretones y escoriaciones en el cadáver fueron producidos por la caída y la sujeción a que fue sometido.

Muro Arellano fue consignado ante un juez por homicidio culposo, mientras los seis agentes fueron puestos a disposición del Ministerio Público Federal y de la Visitaduría interna. El comandante fue puesto en libertad tras pagar una fianza días después. El juez que le dio la libertad bajo caución consideró después que la acusación contra el comandante debía ser homicidio doloso y solicitó su reaprehensión. Hoy está prófugo.

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