Falta estrategia para enfrentar globalización: IPADE
Sin reformas estructurales, México dependerá aún más de sus braceros
DAVID ZUÑIGA
A menos que diseñe y aplique cuanto antes una estrategia de competitividad global de largo plazo, México no tendrá más alternativa que negociar con Estados Unidos una "apertura migratoria amplia" similar a la de la Unión Europea, lo cual sólo sería un paliativo para la miseria y la creciente presión social, advirtió el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE).
En un análisis, el instituto señala que en la última década han emigrado a Estados Unidos más de 7 millones de conacionales y México ha sido superado por países que hace 20 años estaban más atrasados. En 1999, México ocupaba el lugar 31 en competitividad, de acuerdo con la evaluación del Foro Económico Mundial; en el año 2000 cayó al lugar 42 y en 2001 al sitio 51.
De acuerdo con el Anuario de la competitividad mundial 2001 (The world competitiveness yearbook), México ocupa el lugar 36 en desempeño económico, 42 en comercio internacional, 33 en inversión extranjera, 27 en empleo, 42 en educación, 27 en eficiencia gubernamental, 38 en eficiencia empresarial, 42 en productividad e infraestructura básica, y 40 en salud y medio ambiente
Estos rezagos, según el IPADE, se deben a que México ha carecido de una estrategia adecuada para incorporarse a la globalización. En cambio, los países que han tenido tasas de crecimiento más altas en los pasados 10 años (China, Singapur, Irlanda, Malasia, Chile, Taiwán, India y Corea del Sur) planearon a largo plazo, tienen economías orientadas a la exportación sin descuidar su mercado interno, y la mayoría cuenta con superávit en sus balanzas comercial y de cuenta corriente.
El documento señala cinco puntos en los cuales debe basarse la estrategia de competitividad global: una política tributaria que apoye la actividad productiva, acceso al crédito, reducción del déficit comercial y en cuenta corriente, dotación de infraestructura y servicios para la planta productiva y una política educativa orientada a las actividades preponderantes del futuro (informática y telecomunicaciones, genética y biotecnología, transporte, industria aeroespacial, tecnologías ambientales y de ahorro de energía, servicios financieros y seguros, entretenimiento, comercio exterior, turismo alternativo, educación y construcción de vivienda).
No obstante, el IPADE advierte que la competitividad no depende sólo del gobierno, sino que debe involucrar a la empresa, a los organismos de representación en una misión conjunta: crear oportunidades de trabajo productivo y generar divisas. La competitividad, concluye, "la dan todos o no existe".
