Autor de Satán, novela ganadora del Premio Biblioteca Breve 2002 de Seix Barral

Cuando del crimen se trata, la literatura es magnífica y terrible, sugiere Mario Mendoza

La historia versa sobre los 29 homicidios cometidos por una persona en un solo día

''Freud dejó claro que somos dos, pero somos más y eso implica no ser blanco o negro''

ANASELLA ACOSTA NIETO

Un día de 1986, en la capital de Colombia, Campo Elías Delgado victima a su madre de un disparo, en su domicilio; luego quema el cadáver. Después, en el mismo edificio que habita priva de la vida a varios de sus vecinos. Sale a la calle, camina y entra a un restaurante, donde dispara de manera indiscriminada y suma 29 muertes en una sola jornada. Esos hechos son el detonante de Satanás (Seix Barral), novela de Mario Mendoza (Bogotá, 1964) acreedora al Premio Biblioteca Breve 2002 y que comenzó a circular esta semana en librerías de México.

A partir de la complejidad de cuatro personajes: María, Andrés, el padre Ernesto y Campo Elías, el narrador describe la condición humana al margen de moralinas y principios religiosos, conducida dentro de un paisaje y una circunstancia reales: la ciudad de Bogotá, que bien podría ser la de México, Caracas o Buenos Aires.

De visita en el DF para promover su novela, Mendoza comparte con La Jornada la génesis de Satanás y las situaciones sociales que en el libro se desnudan.

''La historia surge cuando conozco a un compañero en la universidad que se llamaba Campo Elías Delgado y que escribía una tesis sobre el tema de los dobles en algunos personajes de la literatura del siglo XIX. El analizaba El extraño caso del doctor Jekyll y Mister Hyde, de Robert Louis Stevenson. De pronto, en la primera semana de diciembre del 1986, lo veo en todos los titulares de prensa, en una noticia que dio la vuelta al mundo, como el autor del asesinato de 29 personas en Bogotá. Mi compañero, el tipo con el que tomaba cerveza, con el que hablaba de literatura y con quien compartía una visión de la dualidad y de ciertos personajes que nos atraían a ambos, había terminado como asesino. Era inevitable, entonces, sentarme a escribir la novela".

Manada, carduño, tropa

-ƑLa literatura tiene capacidad suficiente para inspirar un crimen?

-Muchos asesinos están ligados a un libro o entablan una amistad muy sólida con un autor. Recuerda al asesino de John Lennon, ligado a John D. Salinger mediante El guardián entre el centeno. Otro texto que es casi como la Biblia para ciertos homicidas es Del asesinato considerado como una de las bellas artes, de Thomas de Quincey. Hay varios textos que indican o sugieren que tarde o temprano cualquier lector desprevenido puede devenir personaje al grado de consumar un crimen. De ahí que la literatura sea magnífica, peligrosa, bella, cruel, terrible, espantosa.

''Siempre que haya ansia de ir más allá de la realidad, de no estar satisfecho con pagar servicios, rentar un departamento, casarse y tener hijos, existe un riesgo bien sea mediante la literatura, el cine, la computadora, los juegos virtuales, la música o la pintura.''

-Una metáfora eje en tu libro es la posesión demoniaca de una joven.

-A la salida de un cementerio, Jesús encuentra un poseso y le pregunta: 'ƑQuién eres tú? ƑQuién está ahí?' Satán responde: 'yo soy legión, soy muchos, varios, manada, carduño, tropa. Estoy en todas partes'. Esa frase es magnífica; significa la pluralidad y multiplicicidad que nos habita. Yo soy varios, una sumatoria de vectores, múltiples fuerzas que pugnan por salir.

''La posesión en la novela señalaría justamente eso, la posibilidad de la otredad, de lo otro. Nos hicieron creer que yo soy yo y tengo una cédula de ciudadanía, un carnet, un pasaporte con mi foto, nombre y número. Mentira. Freud dejó claro, al menos, que somos dos. Pero somos más y eso implica no ser blanco o negro, sino una gama de grises.

En Satanás los personajes experimentan la fragmentación. Sus actos -placer sexual, venganza, crimen- son fuente de pecado y culpa y, a un tiempo, de plenitud y felicidad. Son ''cobardes y heroicos, santos y pecadores, buenos y malos", pero sus actos también son resultado de ciertas condiciones.

-ƑLos personajes son malos por dualidad o por circunstancia?

-No hay una división entre el bien y el mal, los personajes son complejos. Pero efectivamente, pasa algo que podríamos denominar violencia transpolítica. Es decir, aparte de la violencia política general -la que en Colombia estaría marcada por la guerrilla o el narcotráfico- hay una violencia transpolítica generada por el sistema en su interior. Hace pocas semanas vimos en Berlín a una persona matar a sus compañeros de trabajo. Los niños y adolescentes de escuelas estadunidenses victiman a sus compañeros y profesores. En Suiza se capturó a un asesino en serie que era alto ejecutivo de una multinacional. Hace poco en la ciudad de México, un hombre al volante espera a que salgan los niños de la escuela para asesinarlos con su camioneta.

''Son indicadores de que algo ocurre; creamos un infierno, una temperatura, un clima social y es hora de percibirlo, como ya sucede en literatura, cine o pintura.''