Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 6 de julio de 2002
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Correo Ilustrado
 
Lamenta que congelaran la iniciativa de sociedad en convivencia

Señora directora: Nuevamente fuimos testigos de los grandes circos que acostumbran montar nuestros diputados. Ahora tocó que el circo se montara en la Asamblea Legislativa y que su principal protagonista fuera un diputado sin palabra, con un doble discurso y al parecer, con una doble moral. El diputado Solis Peón, de todos conocido por sus visitas a los table dance, y por su sobrenombre Pancho cachondo, dijo hasta el cansancio, antes de la discusión de la iniciativa de sociedad en convivencia, que él votaría a favor de la ley, sin importarle la línea de su partido, y señaló que incluso podría ser objeto de expulsión, pero que ello no importaba ya que estaba convencido de que la ley contaba con todos los elementos necesarios para ser aprobada. Dicho diputado fue integrante, incluso, en una mesa de debate en la Semana Cultural Lésbico-Gay, donde presentó una ponencia de muy baja calidad y donde señaló que el tenía muchos amigos homosexualex, y que frecuentaba lugares de ambiente gay, donde había colocado carteles que tendían a evitar la discriminación en dichos lugares. Qué pena da que uno de los poderes que rigen esta ciudad lo integren diputados de esta calidad que carecen de toda palabra, credibilidad, honestidad, que acostumbran siempre un doble discurso y arraigados en una doble moral. Qué pena que existan políticos como Solis Peón o como Diego Fernández de Cevallos, que acostumbran mofarse de los grupos que requieren ser reconocidos por la ley. Buen intento diputado Solis Peón de tratar de hacerse el héroe, el protagonista que gusta salir en todos los diarios, y que generalmente lo logra, pero no porque sea un diputado distinguido, sino porque logra distinguirse de los demás.

Una vez más también fuimos testigos de ese amor un tanto más ilegal, más inmoral, más sucio, más descarado, más fuera de los principios de la Iglesia de lo que ellos señalan se puede dar en una sociedad de convivencia, entre el PRI y el PAN. Bravo, volvieron a triunfar en perjuicio de nuestra ciudad, de nuestro avance, de nuestra democracia, de nuestras necesidades, volvieron a demostrar que las duplas históricas de Caín y Abel, Batman y Robin no son tan fuertes como la de ustedes.

Qué lastima que la iniciativa de sociedad en convivencia fue modificada en comisiones, en donde se propuso desaparecer la posibilidad de que una sociedad pudiera constituirse por varias personas, porque creo que de haberse aprobado tal cual, el PRI y el PAN hubieran podido legalizar su relación que hasta ahora está al margen de la ley y que, sin embargo, la Iglesia no ve del todo mal, como sí vio la posibilidad de crear una sociedad de convivencia, no será que en esa pareja, ¿la Iglesia es el tercero?.

Nuevamente triunfó la derecha en nuestro país, ¿por cuánto tiempo más? Ojalá que por poco tiempo por el bien de nuestro país y de las generaciones venideras.

Héctor Arteaga Montes


Marta Lamas se deslinda de afirmaciones

Señora directora: Mucho me sorprendió leer el viernes 5 de julio, en la página 39 del diario que dirige, unas declaraciones que supuestamente yo hice en relación con la votación en la Asamblea Legislativa respecto a la ley de sociedad en convivencia. Aunque apoyo la iniciativa, no he dado ninguna declaración y no me reconozco en las apreciaciones que se publican bajo mi nombre. Supongo que se trata de una confusión, tal vez con mi casi homónima Marta de la Lama, quien sí estuvo presente en esa sesión de la asamblea. Te agradecería que los reporteros que firman la nota aclararan si mi hipótesis de la confusión es cierta o si ya me inicié en el duro camino del Alzheimer.

Marta Lamas


Exige justicia en el caso de su hijo preso en BC

Señora directora: La presente misiva es para exigir justicia a las autoridades correspondientes y pedir la intervención expedita de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, así como de organismos civiles humanitarios en el caso de mi hijo Sergio Alvarado Peña, quien se encuentra detenido injustamente en el Cereso de La Mesa, en Tijuana, Baja California, y cuya vida se encuentran en grave peligro. Sergio sufrió un accidente automovilístico el 29 de diciembre de 2001 en la carretera a Playas de Tijuana. En circunstancias que no han sido del todo esclarecidas, el vehículo en el que viajaba mi hijo y otro automóvil cayeron en un barranco. Cuatro personas murieron. El conductor del auto en el que viajaba Sergio se dio a la fuga. Mi hijo sobrevivió al percance pero tuvo severas lesiones en la columna vertebral que le provocaron parálisis permanente de la cintura para abajo.

Sergio fue detenido bajo los cargos de homicidio imprudencial, a pesar de que él no conducía el vehículo. Luego de ser atendido en un hospital fue trasladado a la enfermería del Cereso de La Mesa. En espera de que le dicten sentencia por un crimen que no cometió, mi hijo se encuentra en condiciones completamente insalubres y sin la atención médica adecuada. En una reducida celda, además de Sergio están otros reos enfermos de tuberculosis, hepatitis y VIH. Mi nuera y yo hemos sido prácticamente también encarcelados, ya que día y noche estamos a su lado para hacerle sus terapias, darle sus medicamentos, alimentarlo y asearlo. Mi hijo se encuentra las 24 horas del día acostado en una cama de piedra, casi sin movimiento y con una sonda de Foley, por medio de la cual puede orinar.

A pesar de que el mismo jefe de la enfermería del Cereso, un doctor de apellido Naranjo, ha reconocido que Sergio no puede permanecer encarcelado por su delicado estado de salud, el juez octavo de lo penal en Tijuana, Jaime Galindo Hernández, ha ignorado nuestras peticiones para que mi hijo pueda ser trasladado a un hospital.

Al agravarse su salud (pues tiene riesgo de contraer peritonitis, además de que padece insoportables dolores de abdomen, anemia, atrofia de músculos, tiene bajas sus defensas, y sufre una fuerte infección en las vías urinarias), Sergio fue llevado de urgencia al hospital del Seguro Social número 20, en donde se le practicó una operación en el vientre.

Ahora su vida corre peligro. Además de las irregularidades en el proceso contra mi hijo (como la presentación de testigos falsos por la parte acusadora y un peritaje mal realizado), mi familia y yo vivimos una pesadilla por la intransigencia de las autoridades judiciales y la falta de ayuda de los organismos oficiales de derechos humanos. Lo único que pedimos es que a Sergio se le trate con dignidad y se le realice un juicio apegado a derecho, aunque estamos seguros de su completa inocencia. Hasta el momento las autoridades no han demostrado lo contrario.

Hacemos un llamado a las instancias federales y organismos de la sociedad civil para que nos ayuden. Esperamos su apoyo en los teléfonos 01-66-46-20-90-57 en Tijuana, y 55-87-18-57 en la ciudad de México.

Blanca Estela Peña Corpus


La Condusef ofrece mediar entre GNP y Rodríguez Araujo

Señora directora: Con motivo de mi artículo Grupo Nacional Provincial no paga, publicado el jueves pasado, me habló el señor Alfredo Nolasco, director de Comunicación Social de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef). Al día siguiente me habló el vicepresidente jurídico de la misma comisión, Rodolfo Duarte Rivas. Ambos me expresaron su preocupación por mi caso ante el GNP y su interés por intervenir como mediadores entre las partes o lograr una revisión del expediente en conflicto. El GNP, en cambio, se ha instalado en la soberbia típica de las empresas que creen que todo lo pueden y, desde luego, me ha ignorado, como seguramente ignora a otros asegurados que reclaman una actitud ética y honesta de esta empresa de seguros. ¿Quienes hemos sido víctimas de la arbitrariedad de las aseguradoras, y en particular de GNP, estamos destinados a perder? ¿Tendríamos que formar un grupo de presión y, dado el caso, un movimiento para que se nos haga caso y se rectifiquen sus dictámenes? ¿No hay leyes y tribunales para estos casos?

Octavio Rodríguez Araujo
 
 


 
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