Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 19 de julio de 2002
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Sociedad y Justicia
Sus expertos investigan acerca del trasplante neural para curar el Parkinson

Centro cubano ofrece recuperación de 70% en desórdenes neurológicos

Aconsejan además regímenes que aumentan la esperanza de vida  El instituto tiene sede en tres países y relación con otros 69  En México atiende en promedio a 300 personas al año

ANGELES CRUZ

El Parkinson, la parálisis cerebral y las lesiones de la médula espinal, entre otros males causantes de invalidez, tienen alternativa: la restauración neurológica, tratamiento que, sin conseguir la cura total, permite el aprovechamiento de toda la capacidad cerebral para recuperar parte de las funciones perdidas.

La investigación científica demostró la neuroplasticidad del cerebro: zonas vecinas a las afectadas o muertas a causa de esos padecimientos pueden asumir algunas de las capacidades neurológicas perdidas mediante un entrenamiento intenso y la participación de un equipo multidisciplinario.

El Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren) de Cuba trabaja en ese adelanto desde hace 14 años. Aunque se desarrolló en los peores años de la crisis económica de la isla, cuenta con el equipo más sofisticado en el área de las neurociencias.

Antonio Villa Soto, subdirector ejecutivo de la institución, asegura que el Ciren es único en su tipo, porque reúne a expertos de al menos 10 especialidades médicas que en jornadas de trabajo de siete horas diarias, de lunes a viernes, y tres horas y media los sábados, logran mejorar la calidad de vida de los enfermos.

Los alcances de las neurociencias no tienen límites, dice, y como prueba está el hecho de que en el centro también se practican neurocirugías, que reducen hasta 70 por ciento los daños al sistema nervioso central ocasionados por la enfermedad de Parkinson. De hecho, el Ciren fue el primero en hacer una operación quirúrgica para adecuar el núcleo subtalámico y recuperar funcionalmente al paciente.

A la fecha, se han practicado ahí más de 100 cirugías de este tipo, conocidas como subtalamotomías. No sólo eso. Los expertos ya están en la búsqueda del trasplante neural a partir de células troncales. Se trata, explica Villa Soto, de localizar las células que puedan convertirse en neuronas productoras de dopamina, cuya deficiencia origina la enfermedad de Parkinson.

Prevención del envejecimiento

Una tercera vertiente en la que trabaja el Ciren es el Programa de Restauración Biológica General (Rebioger). Por las indagaciones en el área de las neurociencias surgió el interés de los investigadores cubanos por estudiar el envejecimiento humano y las formas de prevenirlo. ''No para prometer la inmortalidad, sino para vivir los años que nos corresponda, de una manera exitosa, con calidad", explica Villa Soto.

Aunque pueden participar todas las personas que lo deseen, Rebioger está dirigido a personas sanas o supuestamente sanas mayores de 30 años a quienes se les practica una evaluación de sus factores de riesgo para desarrollar enfermedades crónico-degenerativas, su aspecto nutricional y el estrés oxidativo (agotamiento celular) de su organismo.

Este último factor es determinante, indica Villa Soto. El estrés oxidativo ocurre cuando los sistemas enzimáticos que se combinan con el oxígeno se han agotado. Las moléculas de oxígeno solas aceleran la destrucción y la muerte celular. El tema se estudia en diversas partes del mundo. Tan sólo en Cuba existen más de 100 instituciones abocadas a esa área.

La dieta sana, el ejercicio físico y el mantenimiento de índices bajos de colesterol y triglicéridos, entre otros, son factores que se describieron hace ya varios años para lograr un envejecimientos sano. El Ciren ofrece un tratamiento integral que incluye la atención del estrés oxidativo. Villa Soto advierte sobre algunos síntomas de la presencia de ese deterioro celular: dolor en articulaciones, insomnio, pérdida de la libido y cansancio.

El problema se contrarresta con antioxidantes. El Ciren, en colaboración con instituciones italianas, desarrolló hace 10 años su propia tecnología para producir esta sustancia. Potencialmente, los humanos pueden llegar a vivir entre 100 y 120 años. Los cubanos, explica Villa Soto, están en condiciones de llegar a los 89 años con una buena calidad de vida.

Pese a la crisis

A la fecha, el Ciren mantiene relación con 69 países y en tres tiene oficinas de representación: Colombia, Chile y México. Esta última se instaló en 1999 y desde entonces se ha incrementado el número de pacientes mexicanos en tratamiento. De hecho, explica el subdirector, México tiene el mayor número de enfermos -alrededor de 300 por año- en el Ciren.

Villa Soto destaca la importancia que tiene para Cuba la relación y colaboración científica con México. Recuerda que el interés por el desarrollo de la restauración neurológica surgió luego de la visita que los doctores René Drucker e Ignacio Madrazo hicieron a la isla para compartir sus descubrimientos en torno al tratamiento del Parkinson.

El surgimiento y desarrollo del Ciren ocurrió al mismo tiempo que la crisis cubana de los noventa. Villa Soto explica que esa situación no fue obstáculo para el Ciren, porque no es un hecho aislado. Su creación ocurre sobre una base de formación de recursos humanos y una infraestructura sólida de investigación científica.

Al triunfo de la Revolución cubana, en 1959, el gobierno decidió que el país debía ser de hombres de ciencia. Así, de un analfabetismo de casi 60 por ciento en ese año, en la actualidad 10 por ciento de la población cursa estudios universitarios. No existen personas analfabetas y al menos uno de cada seis habitantes tiene grado de técnico medio.

En 1965 se creó el primer Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Cuba. En 1985 ya existían 23 facultades de medicina y cuatro institutos superiores de ciencias médicas.

Tal vez lo más difícil ha sido la formación de profesionales. "Para tener un pensamiento científico se debe tener una cantera de miles de personas con acceso a la ciencia, y eso ya se tenía cuando creamos el Ciren", refiere Villa Soto.

Por eso, apunta, las restricciones económicas del país no obstaculizaron el desarrollo científico. Por el contrario, en 1990, cuando la crisis se agudizó, los recortes presupuestales "se aplicaron en otras áreas, pero no en la ciencia. Cuba siguió trabajando en el desarrollo científico".

La representación del Ciren en México está a cargo de la doctora Irina Wilkins y se ubica en Insurgentes Sur 682-102, colonia Del Valle. Teléfono 5523 8296. La página web es ciren.com.mx

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