Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 30 de agosto de 2002
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Sociedad y Justicia

Sólo difiere el CNA, del sector privado, que considera riesgoso ese paso

Renegociar el capítulo agropecuario del TLCAN, exigencia mayoritaria de productores mexicanos

Se ha competido en condiciones desventajosas, con limitados apoyos oficiales

Mientras prevalezcan distorsiones no se puede hablar de libre mercado, señalan

ANGELICA ENCISO L.

Todo tipo de organizaciones, priístas, perredistas e independientes, con excepción del sector privado representado por el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), han hecho permanentemente un llamado a la renegociación del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que está a sólo cuatro meses de su apertura casi total: quedan pendientes frijol, maíz y lácteos para 2008.

En cada foro y ante los funcionarios de las secretarías de Agricultura y de Economía; frente al Congreso de la Unión, desde la CNC, y en agrupaciones del Congreso Agrario Permanente como la Unorca o la CIOAC; productores de piña, manzana, maíz o frijol, ganado bovino, ovino o caprino han expuesto la crisis en que viven desde que hace nueve años entró en vigor el acuerdo comercial.

Para la mayor parte de los productores la competencia ha sido en desventaja, con limitados apoyos gubernamentales y contra altos subsidios de la agricultura estadounidense, y en los casos donde habría mayor igualdad competitiva -como el pollo- la relación no ha sido "de espejo".

En enero de 2003 los productos que gozaron arancel y arancel cuota durante nueve años quedarán sujetos a desgravación total. En este caso están animales vivos ovinos y caprinos, carne fresca de cerdo, jamones de cerdo, carne fresca de ovinos y caprinos, despojos comestibles cárnicos, huevo, tomate, papa, manzana, café tostado, avena, trigo, arroz, harinas, almidón, aceite de soya, lactosa, azúcar y glucosa, entre otros, detalló la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras (ANEC).

De esta forma 99 por ciento de las fracciones arancelarias del sector agroalimentario, que constituyen 91 por ciento del valor de las importaciones agroalimentarias, quedarán totalmente liberadas. Sólo maíz, frijol y leche mantendrán la protección hasta el año 2007, por lo que a partir de 2008 todos los alimentos quedan en el libre mercado.

"A partir de enero de 2003 nuestro país será el que tenga el sector agroalimentario más liberalizado del mundo", señaló. Incluso la CNC -la fracción presidida por Heladio Ramírez- ha sostenido que las condiciones empeorarán por la política de subsidios de Estados Unidos, que destina 180 mil millones de dólares al campo, y la Unión Europea 34 mil millones de dólares, mientras México apenas canaliza alrededor de 3 mil 500 millones de dólares. Sostuvo que la apertura total de las fronteras a la importación de alimentos, prevista para 2003 y 2008, "constituye una amenaza cuya dimensión profundizará la pobreza en el campo".

Un ejemplo del impacto a los sectores es el caso de la papa, en que las importaciones han generado una fuga en divisas de alrededor de 500 millones de dólares; 24 por ciento del total de productores ha sido expulsado y la producción ha caído 20 por ciento, sin que se haya dado la apertura total, sostiene un análisis de la investigadora Rita Schwentesius, de la Universidad Autónoma de Chapingo.

Para el CNA, que representa al sector empresarial agroindustrial y primario, se debe partir de la realidad y buscar los apoyos necesarios para compensar las asimetrías y las diferencias de subsidios con Estados Unidos. Si a este país se le dice que se quiere revisar el tratado, ese gobierno va a querer hacer cambios donde crean ser perjudicados y esto sería un riesgo, sostuvo Armando Paredes, presidente del organismo privado.

Dijo que se pueden hacer negociaciones con las contrapartes productivas de los países, como los avicultores lo están haciendo con sus colegas estadunidenses para llegar a ciertos acuerdos y poder exportar a ese país. Respecto al caso del maíz, que se abrirá totalmente en 2008, dijo que la situación es compleja, porque se trata de un alimento y un insumo que pasa por muchas cadenas importantes: leche, aves, industria, tortilla, almidones y fructosa del maíz.

En este caso se debe buscar un esquema que apoye al productor nacional para que pueda producir el grano con apoyos a un precio competitivo, y que también dejen de limitarse las importaciones. "De esta forma se podrán desplazar las cosechas nacionales y complementar la demanda interna con las importaciones", sostuvo.

"No hay más que un enfoque, tenemos que apoyar a los productores primarios, lo cual sería la única manera para solventar las asimetrías con los subsidios de Estados Unidos y hacer que el sector produzca en términos competitivos", indicó.

Reconoció que mientras prevalezcan distorsiones en los mercados internacionales, como resultado de los apoyos que se otorgan, no se puede hablar de libre mercado y libre comercio. "Se debe privilegiar el enfoque de cadenas productivas para cuidar el equilibrio entre los diferentes eslabones."

Entre las propuestas del CNA para atenuar los efectos del TLCAN están: hacer mayores esfuerzos en la administración de cupos; mejorar los esquemas de supervisión y control de las importaciones y el combate al contrabando; buscar una balanza más equilibrada con los países con los cuales hay tratados o acuerdos comerciales y tratar de que los insumos para la producción, energía eléctrica, fertilizantes, crédito, sean en precios competitivos.

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