Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 5 de octubre de 2002
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Política

En estado de desastre, 80% de la entidad

Epidemias amenazan a damnificados de Yucatán

Soportó la casta divina el huracán en hoteles de lujo

JENARO VILLAMIL ENVIADO

Merida, Yucatan, 4 de octubre. A 14 días de que el huracán Isidore dejara una estela de destrucción en Yucatán y después de tres giras presidenciales que han culminado en promesas de apoyos extraordinarios por 4 mil 600 millones de pesos para esta entidad, especialistas en materia de desastres ubican seis grandes riesgos en los próximos días: las epidemias vía cadáveres de animales muertos y aguas contaminadas; la falta de agua, tanto urbana como rural por falta de electricidad para bombeo; deficiencias en el abasto de despensas que aún no llegan a los rincones geográficos, aunque el gobierno local insiste en que se han repartido más de 300 mil; una organización social que no se ha canalizado a labores de limpieza, reconstrucción, atención sanitaria y reparto de víveres; la merma del ingreso diario después de que se han perdido más de 70 mil empleos, y el riesgo del olvido nacional que permitirían nuevos abusos y el debilitamiento de programas de apoyo.

Estos seis riesgos, consideran los sectores consultados, ya están presentes en la mayoría de los 87 municipios considerados como zonas de desastre, en donde han sido afectadas poco más de 400 mil personas, es decir, la tercera parte del total de habitantes de Yucatán. La entidad cuenta con 105 municipios, lo cual significa que 80 por ciento de ellos están considerados en estado de desastre.

En estos 87 municipios las pérdidas para las actividades porcícolas ascienden a 334 millones; en materia avícola, la pérdida es de 400 millones; en agricultura, se calcula que puede rebasar los mil millones de pesos; en apicultura rebasa los 200 millones de pesos, y en pesca se calculan pérdidas de más de 300 millones. Estos sectores daban empleo a 90 por ciento de la población afectada. El gobierno federal ha anunciado créditos a fondo perdido por sólo 621 millones de pesos. Avicultures y porcicultores han expresado que el monto es insuficiente.

Una buena parte de los 4 mil 600 millones de pesos anunciados se destinará a la reconstrucción de 83 mil viviendas que fueron afectadas por el huracán. El gobierno federal anunció mil 900 millones de pesos para este sector. La gran duda es si los principales afectados, familias con muy escasos recursos, tendrán la mínima capacidad para comprometerse a pagar un crédito.

La alerta por las epidemias

De los seis riesgos, el de mayor preocupación es el brote de epidemias ante la falta de agua potable, de electricidad, de medicamentos y la muerte de miles de animales. Hasta el 3 de octubre, las brigadas de salud habían recogido 383 mil kilogramos de carne descompuesta o en mal estado en los mercados. Tan sólo en 240 granjas porcícolas murieron 70 mil cerdos.

Según el secretario de Salud yucateco, José Pereira Carcaño, del total de las consultas que se han otorgado después del paso del huracán, 43.8 por ciento corresponde a enfermedades respiratorias; 12.3 por ciento son por enfermedades diarreicas; 3.5 por enfermedades, de la piel; 2.5 por ciento por traumatismos; y 0.5 por ciento por conjuntivitis.

La peor amenaza es el dengue. Para combatirlo se han repartido alrededor de 2 mil 100 litros de insecticida y 50 toneladas de larvicida, que representan apenas 50 por ciento de lo que se requiere en los 87 municipios y más de 700 comunidades en riesgo de vivir brotes de dengue. El periódico local Por Esto! publicó el 2 de octubre que un niño murió el viernes pasado por dengue hemorrágico en el municipio de Tinum. El menor José Laureano Caamal Uicab llegó a un hospital de Sisal con todos los síntomas de esta enfermedad. Como este caso, muchos otros se pueden multiplicar.

La falta de agua potable es sin duda uno de los principales factores en el brote de las epidemias. Carlos Rojas Morales, gerente regional de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), indicó que 60 por ciento de los sistemas de agua potable de los 87 municipios no se ha restablecido. En los distintos municipios recorridos el reclamo principal de los damnificados es la entrega de agua.

Incluso en la propia capital yucateca, en Mérida, hay decenas de colonias que no cuentan con agua potable ni luz eléctrica ni techo. Son los casos, por ejemplo, de San Antonio Xluch III, Emiliano Zapata Sur II y San José Tecoh II. En ellas, 250 familias están afectadas.

Algunos grupos de filantropía, como la Fundación Telmex, ha orientado su ayuda al reparto de botes de litro y medio de agua en el territorio. Diariamente, por lo menos cuatro helicópteros de la empresa recorren las zonas afectadas para repartir agua embotellada. Hasta ahora, informó el organismo, se han repartido 40 mil litros de agua. En todo el país se le solicitó a cada uno de los telefonistas la donación de 1 litro y medio, mínimo, para llevar a los municipios afectados.

El agua no llegará mientras más de 30 por ciento de los municipios no cuenten con servicio de energía eléctrica. El huracán derribó más de 5 mil postes y dañó severamente la infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad, que trasladado 140 plantas portátiles, emergentes, pero no ha podido lograr la recuperación de la energía.

El gobierno del estado informó que a 10 días del huracán recibió mil 533 toneladas de víveres en distintos centros de acopio. Durante este lapso se han elaborado 320 mil 429 despensas y se han repartido 307 mil 975 en los 87 municipios afectados.

Sin embargo, la queja generalizada es contra los alcaldes, tanto priístas como panistas, que no han logrado repartir en forma adecuada estas despensas. En algunos sitios como Motul, tal como informó La Jornada, la situación ha hecho crisis. Otros municipios han protestado, incluso frente al Presidente de la República, por lo que se considera el germen de abusos contra la población.

Otras organizaciones filantrópicas como Cáritas y la Cruz Roja han logrado distribuir hasta sitios muy apartados que ni la autoridad local ha sido capaz de penetrar.

La débil organización social

Más difícil de medir y de considerar es la debilidad de la sociedad yucateca, inexperta en situaciones de desastre de las dimensiones ocasionada por Isidore, con una escasa o nula cultura de protección civil y fuertemente polarizada, después de las contiendas políticas entre el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional, y de expresiones de clasismo y de racismo que han dominado en los años recientes.

"La sociedad civil aún no ha nacido en Yucatán", subraya un ex alcalde priísta que critica a la gente pudiente de la entidad que prefirió pasar el huracán en las suites de los grandes hoteles de Mérida, como el Hyatt o el Fiesta Americana, antes que sufrir penurias en sus mansiones.

Otro ejemplo claro de la débil organización social es la ausencia de comités o de grupos civiles dedicados a la reconstrucción, labores de limpieza o atención sanitaria. Las quejas son comunes, pero la participación es mínima. Prácticamente sólo las redes y los clubes sociales tradicionales de filantropía se dedican a labores de apoyo.

La fuerte polarización se observa en los medios escritos de la entidad. Prácticamente cada uno presenta una versión de los hechos radicalmente diferente al contrario. Uno defiende a la autoridad estatal y a la municipal de Mérida, ambas de origen panista, y el otro desacredita todo lo que provenga de Acción Nacional. Los yucatecos, en medio de la tragedia, más que informarse y organizarse, viven un nuevo capítulo de la polarización social, económica y ahora como damnificados del peor desastre de su historia.

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