Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 15 de octubre de 2002
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Cultura

El misterio de los tigres, nueva novela del narrador publicada por Era

Molesto, que jóvenes escritores mexicanos se dediquen a contar lo extranjero: Soler Frost

Si en mi carrera literaria deseo ir afuera, primero debo mirar hacia adentro, señala

''El Congreso de EU sí pidió al gobierno de Zedillo que devolviera la bandera del Alamo''

RENATO RAVELO

Pablo Soler Frost empezó joven a escribir y lograr notoriedad. Su primera novela la hizo sobre Bizancio, la segunda y tercera sobre la Alemania en los siglos XIX y XX. De repente un personaje inspirado en muchos mexicanos de cerca de 60 años, con vidas interesantes, lo hizo caer en la cuenta, su cuenta: ''Sí me interesa mucho afuera, pero si lo quiero hacer de manera auténtica, tengo que ir adentro, de otra manera es una especie de opereta".

El autor de El misterio de los tigres, libro de relatos que publica editorial Era, nació en la ciudad de México en 1965. El libro que tiene a Patrocinio Greene como eje, explica, es el ''primero que siento como base firme". Le gustaría escribir sobre la lucha de Independencia, ''hacer una novela sobre qué sentía la gente cuando el padre Hidalgo empezó".

-El libro tiene varias etapas, Ƒcómo fueron éstas?

-Los primeros cuentos son los que dan vida al doctor Greene e intentan dotarlo de profundidad, que el lector al considerar el libro encontrase alguien familiar. Después cambian, tal vez porque el mismo personaje lo pidió. Son relatos que remiten a las dificultades al querer proseguir nuestra vida, los cuentos al final tienen una característica más dura.

-Hay una constante: con pocos trazos quieres abarcar mucho.

-Cierto, creo que uno está todo el tiempo tratando de averiguar sus bases, cuál es su raíz y al hacerlo las cosas se vuelven más profundas. Este es un médico que se dedica a hacer venenos y contravenenos, vive aventuras que lindan con la ciencia ficción. Patrocinio Greene, que ya estaba muy hecho, tiene que recurrir a todos los recursos para superar situaciones.

Sacar trucos de donde se pueda

-La lectura evoca cierto aroma a literatura policiaca, pero sin crimen...

-En la novela policiaca como el crimen es lo más importante; rápidamente se plantea quiénes son los personajes, porque después los va a meter en una serie de situaciones y tramas, en las cuales va a ser muy importante que uno recuerde las características del personaje. No soy afín a la novela policiaca, pero ciertamente uno saca sus trucos de donde puede. En este caso es un personaje que le gusta la alta montaña, viajar, tiene contactos internacionales, pero aun así tiene raigambre en México. Eso no me lo permitía un joven.

-Sin embargo aparece esa tendencia al cosmopolitismo.

-No soy enemigo de lo real maravilloso. Creo que haberlo hecho cosmopolita al principio tenía que ver con cierto esnobismo de mi parte (el libro compila relatos de hace ocho años), pero con la construcción de los cuentos advertí que lo que me interesaba estaba aquí. En mi interés en el exterior sólo podía partir de personajes con una relación fuerte con México. Me interesa que un libro se pueda leer en cualquier parte, pero como el maguey, irremediablemente remite a México, que no haya sido posible escribirlo en otro lado.

-ƑPor qué?

-Tiene que ver conmigo mismo en el sentido de que uno al salir de México en realidad busca a México. Todo aquello que era familiar en el extranjero se vuelve extraño. Por eso dicen que el mejor lugar del mundo es Nueva York, porque hay orden y tortillas.

-ƑEs cierta la anécdota de la bandera del Alamo?

-En parte. El Congreso estadunidense sí pidió al gobierno de Ernesto Zedillo que regresara la bandera y no la encontré donde creía que estaría, que es la sala de banderas de Chapultepec, pero no creo que la hayan hecho pedacitos.

-ƑIndagas en ese detalle nacional desconocido?

-De acuerdo. En realidad es muy molesto que escritores mexicanos jóvenes se dediquen a contar lo extranjero. Creo que solamente lo logra Javier García-Galiano. Los que son muy famosos, Volpi, Padilla, la gente del crack, en cuanto a técnica literaria como a paisajes que escogen, los siento inmaduros, aunque pudiera ser envidia.

-Pero tienen oficio, ellos dicen que somos como cangrejos...

-Ah sí, que uno baja al que sube a la cubeta. Me interesa mucho afuera pero de repente, a la mitad de mi carrera literaria, me doy cuenta de que si quiero ir afuera lo primero que debo hacer es ir adentro, si no lo que voy a construir es una especie de opereta, como esos países pequeños de Europa que tienen presidente, moneda, bandera, pero hay algo de farsa en todo. A mí la farsa no me interesa.

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