Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 15 de octubre de 2002
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Cultura
El escritor Günter Grass cumple mañana 75 años

''Con sus infinitas posibilidades, el idioma alemán es mi patria''

DPA

Hamburgo, 14 de octubre. A punto de cumplir este miércoles 75 años, el escritor Günter Grass no ceja en su capacidad de estar en el centro de la polémica. En entrevista con Dpa, sin ambages, expresó: ''No concibo una democracia que no sea social, como tampoco un socialismo sin democracia". En cuanto al otro terreno que ha sido de su competencia, la escritura, afirma: ''Si la literatura puede llegar a cambiar algo, es a largo plazo, dentro de un proceso muy particular, lento y denso".

Sobre el significado de la palabra patria, dice el autor de El tambor de hojalata: "No he vuelto a encontrar una nueva patria. Me he mudado muchas veces, me sentí bien en unos sitios y en otros no tanto. Pero comparado con personas que también perdieron su patria, soy un privilegiado. Como escritor tengo la oportunidad, casi la obsesión, de recrear en mis libros lo que se ha perdido irremediablemente. Esa es la opción que ofrece la literatura. El idioma alemán, con sus infinitas posibilidades, es mi patria".

Respecto de añorar la tierra de sus orígenes, explica el Nobel: ''Por supuesto que la extraño, aun después de haber escrito sobre ella. Pero advertí muy temprano de que fuimos nosotros, los alemanes, los que empezamos la Segunda Guerra Mundial; fuimos los criminales y terminamos perdiendo la guerra. Debemos aceptar los resultados. Fuimos nosotros los que empezamos a expulsar a la población de sus tierras, los que echamos a los campesinos polacos de sus fincas y se las dimos a los alemanes del Báltico. Después, esa espantosa práctica de la expulsión nos tocó sufrirla".

Resabios del complejo de Edipo

Estudiosos de la obra de Grass han manifestado encontrar en ella resabios del complejo de Edipo, ante lo que el escritor responde: ''Hubo una época en la que se me pedía, sobre todo por algunas mujeres, que tomara una terapia a fin de contrarrestar ese supuesto padecimiento. A ello contesté largos años que era muy posible que tuviera el tal complejo, pero que me beneficiaba de él, me despertaba la creatividad. Mi madre tenía una sensibilidad singular para las artes. Tuvo tres hermanos, uno pintor, un escenógrafo y un poeta, a todos los perdió en la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, yo me crié escuchando historias sobre ellos tres y parece que de algún modo asumí el talento de mis tíos".

Su postura política, dice, continúa siendo la de socialdemócrata, ''es mi orientación desde siempre. Ingresé al partido en 1982 y me fui diez años después en protesta por el apoyo de la socialdemocracia a la ley que limita el asilo a los perseguidos políticos. Eso es algo escandaloso, lamentable, que no ha cambiado bajo el actual gobierno".

Por último, el autor del reciente volumen A paso de cangrejo, habla de la posible relación con la obra de los otros dos Nobel alemanes, Thomas Mann y Heinrich Böll: ''La idea de conciencia de país o de nación es algo que he rechazado desde que recuerdo. Si un escritor se convierte en conciencia de una sociedad, ¿quién es el que se siente aliviado? ¿A quién le estamos quitando el peso de conciencia?"

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