Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 15 de octubre de 2002
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Espectáculos
Se presentará hoy en la Universidad de la Ciudad de México y en el Teatro de la Ciudad

Cantará Betsy Pecanins rancheras muy bluseaditas en Tequila azul y batuta

La acompañarán la Orquesta Sinfónica de Baja California y el guitarrista Roberto Limón

El espectáculo está integrado por unos 14 arreglos que posteriormente constituirán un disco

JUAN JOSE OLIVARES

Tequila azul y batuta es un irónico juego de palabras que da título al nuevo espectáculo de la cantante blusera Betsy Pecanins. Se trata del estreno, hoy en la Universidad de la Ciudad de México (12 horas) y en el Teatro de la Ciudad (20:30 horas), de alrededor de 14 arreglos de canciones tradicionales mexicanas, entre sones huastecos y rancheras muy bluseadas, acompañados por la Orquesta Sinfónica de Baja California, con la dirección de Eduardo Diazmuñoz, que a principios del próximo año convertirán este exquisito experimento en el nuevo disco de la artista.

Es un proyecto inspirado en su disco El efecto tequila (de música mexicana). "Son canciones rancheras y sones huastecos retrabajados para la orquesta de una manera no tradicional y, en muchos casos, las piezas serán bluseaditas y jazzeaditas. El cidí tenía un solo arreglista, Rosino Serrano, y en este caso, nos juntamos un grupo de compositores para hacer un tratamiento especial a las canciones", explica Pecanins en entrevista.

Gente como Arturo Márquez, Eugenio Toussaint, Alberto Núñez Palacio, Enrique Neri, Eduardo Diazmuñoz, David Rodríguez y el propio Rosino Serrano arreglaron 14 canciones "muy orquestables" como Volver, volver; La noche de mi madre, Pa' todo el año, Ojalá que te vaya bonito, Borrachita, Traición a Juan, Tristes recuerdos, entre otras, que entrarán en la grabación (que coproduciría JM Distribuidores).

En las presentaciones y proyecto, auspiciados por el Fonca, participarán la orquesta, Betsy y el guitarrista Roberto Limón.

Primer acercamiento a otro estilo

Toda esta inquietud, relata la cantante originaria de Yuma, Arizona, quien vive en México desde 1977, se inició cuando fue invitada para hacer la voz cantada de Lucha Reyes en la cinta La reina de la noche, de Arturo Ripstein. "Fue el primer acercamiento a otro estilo", dice.

-Al fin que hay muchos nexos entre la canción ranchera y el blues.

-Yo lo he dicho, los dos son cantos que se basan en la tristeza, en el dolor, pero a la vez tienen esa parte de mucho humor, siempre te estás riendo de ti mismo. También recurren a algo importante en la música, que es la sensualidad. A partir de ella puedes cantar todo, puedes reír y llorar a la vez. Las rancheras son menos irónicas y más de lamento, y el blues cae en la ironía; pero lo interesante de trabajar con estas versiones es que en un momento le metes una ironía a las rancheras que les va muy bien, y al blues le metes esta parte más de lamento, y se mezclan estas emociones.

Betsy ha cantado en español, catalán e inglés (su mamá es catalana y su papá estadunidense) blues, rock y fusiones. "Al final todo lo canto bastante bluseadito. Uno no blusea gratuitamente, nada más por hacerlo; lo haces cuando la canción te lleva a ello. En el caso de los sones huastecos se trata de música muy triste, es una tristeza hermosa cantada muy alegre."

Comenta: "Fue una ocurrencia mía, luego de El efecto tequila. No me iba a quedar como cantante de mariachi, pero fui buscando una manera personal para hacer este proyecto. Yo trabajaba en esa época con Rosino Serrano con un repertorio de canciones de The Beatles, y en una de las giras, en la locura, dijimos que deberíamos hacer canciones mexicanas rancheras, pero con el piano y el chelo, y luego nos alocamos más y concluimos que las rancheras tienen mucho que ver con el blues. No sabíamos cómo hacerlo hasta ahora".

Ya es tradicional su trabajo con excelentes compositores como Guillermo Briseño, Marcial Alejandro, Jaime López y Pepe Elorza.

Fusionar, muy frecuente en la música de hoy

"Eso de fusionar -afirma- es algo muy presente en la música de hoy; no hablo de música comercial porque ese es un terreno tieso, las disqueras trasnacionales se apegan a lo más conocido a los estereotipos, pero sí creo que hay cada vez más apertura. El ejemplo es el caso de la orquesta de Eduardo Diazmuñoz, que tiene una actitud muy abierta para algo así. Esto pareciera muy fácil, pero ha sido bien difícil arreglarla e interpretarla por orquesta".

No obstante, no deja de ser una esclava del blues. "El blues es un género siempre vivo, presente en toda la música, pero ya no hay tanta gente que haga un blues tradicional, sí hay grupos y movimiento, pero como siempre no hay muchos foros, es muy difícil ganarse la vida haciendo blues. Se tiene que hacer otra música y cuando se pueda, o hacer el blues como un hobby, cosa que pasa también en Estados Unidos y en otros lugares. Es una raíz siempre viva, porque sigue alimentando al rock, al pop y a otros."

Tequila azul y batuta es otra travesura de Betsy Pecanins que realizará en la Universidad de la Ciudad de México (vieja cárcel de mujeres), a las 12 del día, donde la entrada será gratuita y el estreno más chido, en el Teatro de la Ciudad a las 20:30 horas. Localidades de 300, 250, 150 y 60 pesos, con 50 por ciento de descuento a estudiantes, maestros e Insen. Informes 5510-2197.

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