La condiciona a normas de disciplina para evitar que incurran en abusos y delitos

Avala Bátiz la participación de agentes encubiertos de la SSP en operativos

Podrían actuar en lugares específicos, como estaciones del Metro, señala el procurador

SUSANA GONZALEZ G.

La demanda que el secretario de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard, hizo a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para que se permita a la policía preventiva realizar operativos encubiertos fue respaldada, en parte, por el titular de la Procuraduría General de Justicia capitalina, Bernardo Bátiz.

Y es que si bien Bátiz consideró como "factible" tal posibilidad, dijo que deben tomarse las providencias necesarias, como una rígida disciplina, para evitar que los policías de la SSP incurran en abusos y actos delictivos, como los que cometieron en su tiempo agentes encubiertos de la desaparecida Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD), creada cuando Arturo Durazo Moreno era jefe de la policía capitalina.

"Es un asunto que hay que analizar bien. Ya la policía preventiva tuvo en alguna época policías encubiertos que no dieron buenos resultados, al grado que quienes pertenecieron a la DIPD y tenían un expediente blanco fueron incorporados después a la Procuraduría", puntualizó Bátiz al salir del antiguo Palacio del Ayuntamiento.

No obstante, reconoció que de acuerdo con el planteamiento de Ebrard, hay lugares, como las estaciones del Metro, donde se requieren policías encubiertos para que los delincuentes, acostumbrados a identificar y vigilar la presencia de elementos uniformados para poder actuar, sean aprehendidos. "Yo creo que estamos en otros tiempos (diferentes a los de la DIPD) y es factible que tengamos una policía preventiva encubierta. Se requiere, (pero) nada más tomando todas las medidas para que no se desborde y se maneje por su cuenta", insistió.

En su programa de radio difundido el sábado, Marcelo Ebrard aclaró que solicitó a los legisladores locales modificar la regulación de la policía preventiva para modernizarla y hacerla más eficiente, puesto que la SSP carece de ley orgánica y el reglamento que regula a los elementos data de 1984.

Por otro lado, Bernardo Bátiz informó que la Procuraduría capitalina tiene 12 mil órdenes de aprehensión pendientes de cumplir, cuatro mil menos que las existentes hace dos años.

La Fiscalía de Cumplimiento de Mandatos Judiciales, dijo, tiene instrucciones de buscar como prioridad a los delincuentes relacionados con casos de homicidios o sobre los que pesan más de dos órdenes de aprehensión vigentes, por encima de aquellos asuntos "fáciles o sencillos" de personas que en realidad no son delincuentes habituales, pero deben ser detenidos por algún error o fraude que cometieron.

Aún así, el retraso histórico de órdenes de aprehensión que deben ejecutarse alcanzan las 12 mil, muchas referidas a delitos que ya prescribieron, "pero hemos trabajado y se ha ido abatiendo el rezago de años atrás, en la medida que se cumplen más órdenes de las que se emiten cada mes", aclaró el procurador.

A veces parece que la PGJDF se olvida de algunos asuntos, pero la detención de Francisco Javier Padrón, ex miembro del grupo policiaco de los Zorros, e involucrado en el asesinato de seis jóvenes de las colonia Buenos Aires en 1997, "es una señal de que no vamos a dejar nada impune. Con éste nos tardamos años, pero las instrucciones que tiene la Fiscalía son buscar este tipo de delincuentes." Padrón fue capturado en Estados Unidos, adonde huyó como ilegal y el sábado fue presentado a la prensa en la Procuraduría capitalina, pero Bátiz rechazó que existan más órdenes pendientes por el caso de la Buenos Aires.

Por último, el funcionario informó que la dependencia analiza las ventajas y problemas que traería consigo adoptar el 066 como número telefónico de emergencia para todo el país, como lo propuso Alejandro Gertz Manero, secretario de Seguridad Pública federal.

Calificó como buena la propuesta de Gertz Manero, pero acotó que los técnicos de la Procuraduría capitalina analizan los pros y contras, porque el número podría grabarse en la memoria de la gente (como ocurre en Estados Unidos con el 911), pero debe existir una estructura para que el sistema sea eficaz y la triangulación de llamadas entre una central general y las locales no haga más lenta la atención de urgencias.