En 1994 recibió esa cifra para financiar
las campañas de Colosio, Zedillo y Madrazo
El gobierno evitó hace tres meses que el PRI
reintegrara al erario 25 mdd
La suma fue a parar al Fobaproa y al Instituto para
la Protección al Ahorro Bancario
MIREYA CUELLAR, ENRIQUE MENDEZ Y ROBERTO GONZALEZ
En silencio y apenas hace tres meses, el gobierno foxista
exoneró al PRI de reintegrar al erario los 25 millones de dólares
-según la cifra ofrecida por Carlos Cabal Peniche- que recibió
en 1994 del Banco Unión para financiar las campañas de Luis
Donaldo Colosio, Ernesto Zedillo y Roberto Madrazo, monto que fue a engrosar
la abultada panza del Fobaproa y del Instituto para la Protección
al Ahorro Bancario (IPAB).
La
Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) determinó
que ''los actos generadores de los quebrantos fueron precisamente las autorizaciones
de los créditos a empresas insolventes'' relacionadas con Cabal
Peniche, que fueron usadas como ''canalizadoras'' de los recursos al tricolor
entre julio de 1993 y mayo de 1994.
Esa opinión de la CNBV fue emitida el 5 de agosto
de este año -en los días de más cercanía entre
la actual dirigencia priísta y el presidente Vicente Fox-, a partir
de una solicitud expresa del Organo Superior de Fiscalización de
la Cámara de Diputados, que previamente había determinado
que el PRI no está obligado a regresar esos recursos.
Cuando PRI y PAN legalizaron la existencia del Fobaproa,
los panistas consiguieron que los priístas aceptaran la inclusión
de un artículo transitorio -el séptimo de la Ley de Protección
al Ahorro Bancario- donde se asentó que una vez realizadas las auditorías
y devueltas a los bancos las operaciones ''irregulares'' el PRI tendría
que reintegrar al erario el dinero que recibió de Banco Unión.
A la letra dice: ''Si de las auditorías realizadas
aparecen operaciones de mutuo o préstamo otorgados por las instituciones
auditadas cuyos recursos se hayan donado o aportado por los acreditados,
directamente o por interpósita persona, a entidades de interés
público que reciban financiamiento público y que por tal
motivo hayan generado quebrantos financieros a las instituciones acreditantes,
dichas entidades devolverán el monto de las operaciones de crédito
involucradas con cargo a los financiamientos públicos que, conforme
a las leyes que las rigen, reciban ordinariamente''.
Todavía
en plena campaña por el gobierno del Distrito Federal -mientras
la Cámara litigaba en la Corte su demanda para que Zedillo le entregara
la información de los fideicomisos-, el panista Santiago Creel,
uno de los promotores del IPAB, dijo que Acción Nacional iba a demostrar
al pueblo de México que a través del IPAB ''el PRI va a regresar
las entradas'' en aquellos casos donde hubiera desviado recursos para apoyar
campañas políticas. Pero no será así.
En un informe exhaustivo, de carácter confidencial,
sobre las operaciones de Banco Unión, el órgano superior
sintetiza la respuesta que recibió de la Comisión: ''Mediante
el oficio 601-VI-DD/MML-203825/2002, de fecha 5 de agosto de 2002, la CNBV
manifestó que 'en opinión de esta comisión, se concluye
que en sí mismas las aportaciones realizadas a los fideicomisos
que señalan, contablemente no le generaron quebranto a Banco Unión
SA, ni a Banca Cremi SA, esto en razón de que los actos generadores
de los quebrantos en cita, fueron precisamente las autorizaciones de los
créditos a empresas insolventes'''.
Fernando Ortiz Arana, entonces presidente nacional del
PRI, y Roberto Madrazo Pintado, que ejercía la dirigencia en Tabasco,
constituyeron en 1993 tres fideicomisos con Banco Unión (antes BCH)
para fondear las campañas del partido. El CEN integró los
fideicomisos F/2929-1, F/1718-0, 2929-4, y Madrazo el F/2939-1, donde no
sólo se recibieron aportaciones directas de Carlos Cabal Peniche
y sus empresas, sino también del Banco Nacional de México
(Banamex).
La
absolución de la comisión bancaria al PRI se dio un mes antes
de que el ex banquero Cabal Peniche pagara la fianza que por 4 mil 600
millones de pesos le fijó el juez tercero "A" de amparo, Ricardo
Guzmán Wolffer, y que el antiguo amigo de Roberto Madrazo Pintado
cubrió con cuatro propiedades.
Asimismo, la resolución de la CNBV, que preside
Jonathan Davis, contradice la opinión que los diputados federales
del PAN en la 57 Legislatura expresaron sobre la ilegalidad de las transferencias
de Banco Unión al PRI.
El 13 de julio de 1999, cuando se reunieron las subcomisiones
unidas que revisaron los programas de saneamiento bancario, los legisladores
de Acción Nacional informaron que las auditorías a Banco
Unión ''arrojan ya 12 mil millones de pesos, no en operaciones irregulares,
sino abiertamente ilícitas, en donde el IPAB debería fincar
responsabilidades penales''.
En plena pelea de los legisladores contra el ex presidente
Ernesto Zedillo -que se negaba a entregar la información sobre Banco
Unión-, el panista Gerardo Buganza afirmó que la sola entrega
del informe del auditor Michael Mackey no implicaba la conclusión
de las investigaciones sobre los fideicomisos que abrió el PRI en
ese banco para financiar sus campañas de 1994.
''El caso -dijo entonces- quedará abierto'', y
anunció que se podrían fincar responsabilidades con el resultado
de las auditorías a la institución crediticia. ''No podemos
detener el resultado de esas auditorías, por 40 millones, que es
más o menos lo que representan las operaciones de los fideicomisos
priístas'', afirmó.
Empero, el monto de los traspasos a los fideicomisos priístas
fue mayor. Tan sólo la Procuraduría General de la República
de Antonio Lozano Gracia documentó que Cabal Peniche entregó
13 millones de pesos para financiar la campaña para gobernador de
Roberto Madrazo, que se gastó 237 millones de pesos, cifra extraordinaria
si se toma en cuenta que el tope de gastos autorizado fue de 4 millones.
Al continuar la investigación que por lavado
de dinero inició en contra de Madrazo, el 6 de junio de 1996 la
PGR dio a conocer un informe en el que responsabilizó a Cabal Peniche
de aportar 13 millones 440 mil pesos a la campaña electoral del
actual dirigente nacional del PRI.
En aquella ocasión, el Ministerio Público
federal anunció que ya había integrado una averiguación
previa contra el gobernador de Tabasco por delitos fiscales y lavado
de dinero.
La
ayuda económica de Cabal Peniche se sumó al fideicomiso PRI
F-2939-1, cuyo presidente era Madrazo Pintado y su vicepresidente Oscar
Sáez Jurado, ex secretario de finanzas del Comité Directivo
Estatal del PRI en Tabasco, contra quien se solicitó, entonces,
orden de aprehensión por falso testimonio.
En 1999, cuando Madrazo participó en la contienda
interna por la candidatura presidencial priísta, que ganó
Francisco Labastida Ochoa, el presidente Ernesto Zedillo criticó
a los gobernadores -Madrazo lo era de Tabasco- que utilizaban el presupuesto
público para pagar sus campañas políticas.
Las críticas del ex mandatario terminaron cuando
el tabasqueño reveló, en una entrevista, que la mayoría
de los recursos captados en los fideicomisos, incluido el de Tabasco, habían
ido a parar a la campaña de Zedillo. Aunque hasta ese año
la investigación seguía congelada, el Organo Superior de
Fiscalización continuó su propia auditoría a las cuentas
de Banco Unión.
Aunque hasta ese año la investigación seguía
congelada, el Organo Superior de Fiscalización continuó su
propia auditoría a las cuentas de Banco Unión.
De
su reporte, del que también se tiene copia íntegra, se desprende
que las empresas que participaron en la triangulación de dinero
al PRI son Banco Unión -su matriz, sucursales y arrendadoras--,
Del Valle Zapata y Asociados, Grupo Comercial Alvi, Real Turismo (administradora
de los hoteles Camino Real), Lomas Mil, Distribuidora Comercial Futura,
Hexagrama, Larefo y San Carlos World Trade de México, así
como el propio Carlos Cabal Peniche y su secretaria particular, María
del Carmen Mezquita Ochoa, quien aparecía como "apoderada legal"
de San Carlos World.
La ruta de las transferencias ilegales al PRI está
detallada con amplitud en el informe del Organo Superior de Fiscalización,
que a pesar de haber conocido cómo se trianguló dinero al
tricolor, también lo exoneró.