Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 11 de noviembre de 2002
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Ofrece modelo económico y político "muy distinto" al de Fox y Canales Clariond

La candidatura panista al gobierno de NL para Mauricio Fernández

El blanquiazul obtuvo 56.49 por ciento de los votos Le gané a la cúpula, indica el empresario

ROSA ELVIRA VARGAS Y DAVID CARRIZALES ENVIADA Y CORRESPONSAL

Monterrey, NL, 10 de noviembre. Seis años esperó Mauricio Fernández Garza para tomar revancha del panismo institucional e histórico que lo dejó en el camino cuando buscó por primera vez ser candidato al gobierno de Nuevo León.

Con 56.49 de los 6 mil 222 votos válidos se convirtió hoy en el candidato que buscará retener para el panismo esta entidad clave.

Anuncia de inmediato que desde la gubernatura alentará "un modelo político y económico muy distinto al de Vicente Fox y Fernando Canales Clariond''.

Así, en una elección abierta a los militantes activos del PAN, Fernández Garza dejó muy lejos a los dos representantes del actual gobierno estatal que se le enfrentaron -los ex secretarios de Finanzas y de Gobierno, Fernando Elizondo y José Luis, Coco, Coindreau-, y en su primer mensaje ante sus seguidores aseguró: " šYa verá el PRI la frieguiza que le vamos a poner en julio de 2003!''

Para quien dude de que el poderoso empresario y ex alcalde de San Pedro Garza García y ex senador va por el desquite ahí está la evidencia: apenas estaba recibiendo la información de su triunfo, cuando ya se comentaba que a más tardar el próximo martes saldrá de la directiva estatal panista Carlos Domínguez Ahedo y que Fernández Garza buscará instalar en el cargo a un muy cercano colaborador, Salvador Albo Tamez.

Cuando el calor regiomontano empezaba a sentirse fuerte este domingo, en su cuartel de campaña -una gigantesca finca en la avenida San Jerónimo-, sin el menor asomo de duda en su triunfo, Mauricio afirmaba: "Hoy no sólo le gané a mis contrincantes; también a la cúpula que mantuvo el poder del PAN durante 20 años''.

Ni qué decir que esa frase incluía al gobernador Canales Clariond, su viejo antagonista y quien por cierto quién sabe si por escrúpulo político o de plano porque el resultado no le hizo ninguna gracia no se apareció en ninguna de las dos celebraciones, la del comité estatal del PAN ni la que tuvo Fernández Garza con sus seguidores en la Macroplaza.

El experimento blanquiazul, consistente en abrir la contienda por la candidatura a sus militantes con derechos vigentes, no enfrentó contratiempos.maricio2

Tampoco hubo necesidad de recurrir a la segunda boleta, entregada en forma simultánea que la primera, y que se contabilizaría sólo en el caso de que ninguno de los cuatro aspirantes obtuviera 50 por ciento más uno de los sufragios, que por cierto resultó bastante confusa, pues había que optar por las seis combinaciones posibles que tendrían eventualmente que disputar la segunda vuelta.

Hasta el padre de Mauricio, Alberto Fernández Ruiloba, uno de los fundadores del panismo de Nuevo León, tuvo problemas para entender el procedimiento.

Finalmente, en punto de las 17:30 horas, en la pantalla colocada en el patio central de la sede panista quedó el resultado final: Mauricio Fernández Garza obtuvo 3 mil 515 votos, 56.49 por ciento de los válidos emitidos, seguido de Fernando Elizondo Barragán -sin duda la carta fuerte del grupo encabezado por Fernando Canales Clariond-, quien registró mil 294 sufragios; es decir, 20.30 por ciento del total.

Pero quien en realidad mantuvo la cerrada batalla con Elizondo fue el senador Adalberto Madero -Maderito le llaman aquí a este joven de peculiar personalidad y que por todo apoyo logístico tiene a su mamá-.

A punto estuvo de ganar al ex secretario de Finanzas, pues logró mil 17 votos, 16.35 por ciento del total, y mandó hasta el último sitio al ex poderoso secretario de Gobierno del actual gobierno panista, José Luis Coindreau García, que recibió 396 votos, esto es, apenas 6.36 por ciento.

De hecho, el viejo militante blanquiazul y ex líder nacional de la Coparmex en la época de José López Portillo no había logrado sumar cien votos a su favor, cuando ya se había reportado más de 30 del cómputo.

De este modo y sin aparentes fracturas -muy del estilo panista en todo el país, pues casi nunca hacen evidentes sus diferencias, aunque en privado las cosas sean muy distintas- el PAN de Nuevo León se lanza a partir de hoy a una batalla que, sin embargo, ni el nuevo candidato, siempre tan ufano y seguro de sí mismo, se atreve a dar por ganada.

Y es que Fernández Garza admite que mientras hace seis años el PAN aventajaba al PRI desde el inicio en proporción de dos a uno -reciente estaba el escándalo de corrupción que había forzado la salida anticipada del gobernador Sócrates Rizzo-, en esta ocasión, en el mejor de los casos existe un empate en las preferencias, cuando aún falta una semana para que el tricolor elija a su candidato a la gubernatura.

Porque, asume, hoy el juicio del votante será hacia una administración panista, la de Canales, y a la que, si se toma en cuenta los resultados obtenidos por sus dos delfines, Elizondo Barragán y Coco Coindreau, pues le es bastante adverso, aun entre los militantes del blanquiazul.

Claro, ambos rechazan siquiera una suposición en ese sentido. Y luego del mal chiste de señalar que el gobernador no aparecía en las boletas como candidato, se defienden señalando que Mauricio Fernández Garza tenía mucho tiempo una ininterrumpida campaña, y que sólo por eso los aventajó.

Pero aquí también el PRI va por todo. Lleva cinco aspirantes a una contienda que, a diferencia de la del PAN, se abrirá a todo aquel que quiera opinar, esto es, sin necesidad de afiliarse o ser militante. Y está difícil.

En el priísmo buscan la postulación, desde el candidato derrotado hace seis años, Natividad González Parás, hasta quienes por varios sexenios han aspirado a la representación de su partido, como el senador Ricardo Canavati y el diputado federal Eloy Cantú Segovia. También están otro legislador federal, Abel Guerra, y el ex cónsul en Los Angeles, Romeo Flores Caballero.

Sin duda, pues, la del 6 de julio de 2003 en Nuevo León no será una elección más. Nunca lo es.

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