Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 11 de noviembre de 2002
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Sociedad y Justicia

Adoniram Gaxiola, director del Centro de Estudios de la Religión en Latinoamérica

El vínculo de Fox con la Iglesia católica, similar al vivido en la España de Franco

Este gobierno tiene un "concepto tergiversado de laicidad", sostiene el pastor evangélico

JOSE ANTONIO ROMAN

En la administración del presidente Vicente Fox la relación del Estado con la Iglesia católica se asemeja cada vez más a la que vivió la España del dictador Francisco Franco, en la que el involucramiento de la institución eclesiástica en los asuntos públicos era animada y patrocinada por el gobierno, dijo el director del Centro de Estudios de la Religión en Latinoamérica (Cerlam), Adoniram Gaxiola.

Aseguró que el concepto de "laicidad" que impulsa y promueve el gobierno foxista "se nutre de una cosmovisión católica", que discrepa totalmente del significado original del término.

Sostuvo que esta concepción "seudojurídica" se da en medio no sólo de una "gran crisis" de identidad que desde hace varios años viven las iglesias protestantes, sino también de un "fortalecimento" institucional de la Iglesia católica, donde prácticamente han desaparecido los obispos que "cantan distinto a la partitura de la Iglesia", dictada desde Roma. El último de ellos, quizá, después de Samuel Ruiz, sea Raúl Vera, ahora obispo de la diócesis de Saltillo.

Intolerancia y violencia

En entrevista con La Jornada, el especialista y pastor evangélico señaló que esta relación del gobierno con la Iglesia católica conduce a una relación "discrecional" que termina siendo una forma de intolerancia religiosa hacia el resto de las iglesias, situación que tarde o temprano, como acontece en muchas regiones del país, termina generando conflictos y violencia.

En su análisis, el líder evangélico parte de que Fox, junto con otros líderes panistas, responde a una de las premisas de la nueva evangelización católica: la participación de los laicos en cuestiones políticas, asegurando con ello que la cosmovisión católica domine, permeando incluso decisiones gubernamentales. "No hay que olvidar que Fox llega al poder animado por una ideología religiosa."

Agrega: "Los términos de Estado laico, o laicidad del Estado, tienen para este gobierno de derecha una connotación distinta a la que tradicionalmente nosotros hemos dado. La prueba es que muchos de sus discursos, de él y de sus colaboradores, se nutren de documentos católicos, como es la visión de laicidad surgida en el Concilio Vaticano segundo".

Explica que la concepción jurídica de la Iglesia católica, que es asumida a consciencia por el gobierno de Fox, parte del principio de que sólo hay una Iglesia, la católica, que es la poseedora del poder espiritual, y que hay otra esfera de poder, que es el poder temporal, representado por el Estado.

"Dado que desde esa visión la tarea de la Iglesia es más trascendente que la del Estado, entonces es obligación de éste apoyar a la Iglesia en el cumplimiento de su misión. Eso explica el concepto de laicidad que este gobierno tiene y sobre el cual está trabajando. Así, cuando escuchamos hablar al Presidente y a otros funcionarios sobre el carácter laico del Estado, en realidad no están hablando del mismo concepto."caxiola_iglesias_thi9

-ƑQué características tiene entonces el significado tradicional?

-Entendemos el Estado laico como uno que reconoce la existencia de corrientes religiosas, que reconoce el derecho fundamental de los individuos a creer o no, y a profesar la fe que se tiene, ya sea individual o públicamente. Pero donde el Estado es totalmente ajeno al involucramiento con cualquiera de estas corrientes y que mantiene todas sus instituciones en clara separación, donde el Estado no promueve ni alienta ninguna idea religiosa.

"Sin embargo, desde la concepción eclesiástica, un Estado laico es el que apoya, desde su esfera de poder que es el temporal, las acciones de la Iglesia. Llevado a la práctica, esto explica el apoyo del gobierno a las actividades que desempeña la Iglesia, los recursos que recibe de la Secretaría de Desarrollo Social para tareas educativas, los planteamientos para que las iglesias tengan acceso a los medios de comunicación, y el trato preferencial que tienen por parte de los funcionarios públicos. Todo esto se explica desde el tergiversado concepto de laicidad que tiene este gobierno, que sí impulsa y promueve una idea religiosa."

Hace unos meses, recuerda, durante la polémica desatada por la exhibición del filme El crimen del padre Amaro, el cardenal Norberto Rivera señaló que en el país se debatían dos concepciones de laicismo: una atea, intolerante y persecutoria de la Iglesia católica; la otra, imparcial, tolerante, promotora de las libertades y que busca la colaboración.

Señala que en este discurso "seudojurídico" -porque parte de una ideología religiosa-, la Iglesia diferencia "laicidad" de "laicismo"; uno y otro no son iguales desde esta concepción. Para la jerarquía católica laicismo es el estado enemigo de la expresión religiosa y que por eso coarta las libertades, como la instrucción religiosa en las escuelas. Por eso, los obispos hablan de laicidad, porque lo otro es laicismo.

Esto también tiene que ver, añadió, con el trato igual que el gobierno debiera dar a todas las iglesias. Pero para la católica esto es un "exceso. Si bien se reconoce el derecho que todos tenemos de profesar la fe religiosa que queramos, desde la perspectiva religiosa, el que el gobierno trate por igual a las iglesias significaría un acto de injusticia. Eso no sería igualdad, sino igualitarismo".

Desde esta visión se explican los constantes encuentros de Fox y los funcionarios públicos con los líderes católicos y no con los de otros credos. Aquí, desde la concepción real de laicidad, tampoco hay igualdad; pero sí la hay desde la concepción católica, porque sí se reconoce a las otras iglesias, pero el trato tiene que ser distinto, y de hecho lo es. "No estoy descubriendo nada nuevo, ahí está."

Para el director del Cerlam, el gobierno foxista con este tipo de actitudes no incurre en acciones discriminatorias, pero sí discrecionales, que en esencia son actos de intolerancia; los cuales se traducen, tarde o temprano, en situaciones de violencia en distintos grados.

En esta discrecionalidad se ubica el trato preferencial que hay en materia de permisos que otorga la Secretaría de Gobernación para transmitir contenidos religiosos en medios electrónicos. Mientras que un canal católico de televisión de paga, como María Visión, no tiene restricción, los evangélicos que compran espacio en los medios masivos saben que su permanencia está condicionada a que el concesionario no reciba presiones gubernamentales.

Toda esta situación se da en medio de una gran crisis de identidad y de liderazgo en las iglesias evangélicas; se percibe una clara pauperización y fragmentación del movimiento evangélico. "No tenemos grandes líderes como en el pasado; hemos venido perdiendo símbolos, como la lectura de la Biblia; hoy se lee menos, cuando antes éramos identificados como la gente del libro."

"Patrones administrativos"

Recuerda que en los momentos de auge de estos credos había hombres y mujeres símbolos para la comunidad evangélica, que tenían enorme poder de convocatoria, autoridad moral, influencia real y liderazgo con carisma. En cambio hoy, añade, "tenemos líderes institucionales", que semejan más a "patrones administrativos" que están al frente de las iglesias, tres, cuatro o cinco años.

La himnología era otro símbolo, pero hoy hay una proliferación de ofertas musicales que confunde a la gente. "No hay visión de los evangélicos, no hay propósito explícito y los líderes no han asumido su misión profética. Los evangélicos vemos cada vez más hacia adentro, nos ocupamos de lo nuestro, cuidando nuestro gueto. Esto explica nuestra marginación de la vida pública", señala.

A esto se suma una agravante más: "hoy no vivimos una persecución, que en el pasado ha servido para justificar el enconchamiento evangélico. Hoy en algunos sectores hasta da prestigio tener un amigo protestante; hace 30 años esto no era así".

En cambio, la Iglesia católica, con su nueva evangelización, tiende a tomar y promover elementos de las iglesias cristianas que atraen a los católicos -canciones, lecturas bíblicas y grupos de sanación-, los cuales fueron factores de atracción que explicaron el crecimiento de muchas iglesias evangélicas a costa de la católica.

Junto a esto, el catolicismo no sólo se ha preocupado por recuperar la religiosidad popular, como con la canonización de Juan Diego, sino también se percibe un fortalecimiento institucional de la Iglesia, con la desaparición de obispos "incómodos", como Samuel Ruiz.

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