Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 11 de noviembre de 2002
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Al rescate de los tesoros de Irak

Arqueólogos del mundo exigen no repetir bombardeos en sitios históricos

LOUISE JURY THE INDEPENDENT

Sus nombres evocan los antiguos reinos del pasado: los imperios de Babilonia y Asiria de tiempos de Nabucodonosor y Alejandro Magno. La mayoría de los palacios, templos y mezquitas de esas civilizaciones se desmoronaron hace muchos siglos, pero existen aún entre 10 mil y 100 mil sitios arqueológicos que conservan, tenazmente, sus resabios.

Estos se hallan, desde luego, en el Irak actual. Y al tiempo que Estados Unidos se prepara para la guerra, una pandilla internacional de curadores e historiadores clama porque no se repita el daño que sufrieron los tesoros iraquíes durante la guerra del Golfo, hace 11 años, y pide al gobierno estadunidense que tenga en cuenta estos sitios históricos.

Los especialistas están muy preocuapados ante la amenaza que se ciñe sobre miles de ruinas arqueológicas y monumentos arquitectónicos diseminados por todo Irak, y están enviando mapas e información al Departamento de Defensa estadunidense.

Se trata de una iniciativa coordinada por Arthur Houghton, otrora curador de antigüedades del museo Paul Getty, quien ha tratado de destacar en dichos mapas los sitios históricos más importantes del territorio iraquí, con la esperanza de que el ejército estadunidense no los dañe.

''Basándonos en la última Tormenta del Desierto, si un plan de batalla estadunidense incluyera una invasión a Irak desde Kuwait o Arabia Saudita, existe una muy alta probabilidad de que haya emplazamientos y atrincheramientos precisamente en dichos sitios", aseguró el arqueólogo estadunidense John Malcolm Russel, en declaraciones al rotativo especializado The Art.

"En el sur de Irak los terrenos más elevados, por lo general, cubren sitios arqueológicos. Si se meten trascavos en estas zonas naturalmente se destruirán cosas."

La amenaza es muy real. Muchos tesoros están en las inmediaciones de bases aéreas, refinerías de petróleo o laboratorios, instalaciones que fueron los principales blancos durante la guerra del Golfo.

El santuario de Kerbala Shia, dedicado al imán Al Husseini, y que es la más conocida de las ruinas sagradas islámicas en Irak, se halla cerca de una planta de armas químicas y de una batería misilística que fueron bombardeadas en 1991.

Ur, el más famoso sitio iraquí y quizá la ciudad más antigua del mundo, se ubica cerca de una gran base aérea que también fue atacada. En Basora Al Qurna existe un viejo y nudoso árbol conocido como el árbol de Adán, que marca el lugar donde algunos creen que pudo haber estado el Jardín del Edén. Muy cerca de ahí existe una planta de armas químicas.

Helen McDonald, de la Escuela Británica de Arqueología para Irak, con sede en la Universidad de Cambridge, manifiesta que en la anterior guerra los iraquíes trataron de trasladar muchos de sus más importantes objetos a almacenes en las zonas rurales y afirma que ya han empezado a hacer esto de nuevo.

''Pero algunas cosas no pueden trasladarse, como son las grandes construcciones y rocas. Si una bomba cae en un museo, eso será el fin de todo", dijo.

La consecuencia sería la potencial destrucción de una generación tras otra de los resabios de una historia que se remonta a 4 mil años antes de Cristo.irak_mezquita

"Medio Oriente, incluido Irak, es una de las primeras regiones en las que se asentaron comunidades agrícolas. Es una de las primeras zonas que tuvieron civilizaciones con ciudades, con escritura y con estructuras arquitectónicas como templos", dijo McDonald.

"La gente siempre se refiere a Egipto, pero ocurrían muchas desarrollos similares, si bien de otra naturaleza, en Mesopotamia. La gente va al Museo Británico a ver los relieves asirios... y éstos provienen de lugares como Irak. Existen relieves como esos en el Museo Nacional de la Antigüedad, en Bagdad."

"La Escuela Británica de Arqueología de Irak ya ha escrito sobre esto. Se escribió a la Oficina del Exterior durante la guerra del Golfo para expresar su preocupación no sólo por las cuestiones humanitarias, sino también por los efectos que el conflicto tendría sobre la cultura", agregó.

Pero los bombardeos no son el único peligro. Charles Tripp, de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de Londres, advirtió previamente a la Guerra del Golfo que las sanciones económicas contra Irak han causado tanto daño a los sitios arqueológicos como los ataques directos.

Las condiciones de pobreza han llevado al pillaje de lugares arqueológicos y de los museos de sitio, muchos de los cuales contenían hallazgos muy significativos, aun si lo más importante fue trasladado a Bagdad. Numerosas piezas han aparecido en los mercados de arte de Occidente. "Existe mucha tentación, dentro de un país desposeído, de robarse algo que tiene valor comercial en Occidente", aseguró el doctor Tripp.

Para impulsar su causa, los estudiosos estadunidenses se amparan en la Convención de La Haya de 1954, que prohíbe considerar como blancos de guerra los sitios culturales y religiosos. Washington jamás ratificó dicho acuerdo, si bien hubo esfuerzos durante la guerra del Golfo para evitar los monumentos culturales. Desde entonces los expertos temieron que los mandos militares no tuvieran la información arqueológica necesaria para saber qué lugares no atacar.

Gran Bretaña, por su parte, firmó la Convención, pero no la ratificó, y por ello tampoco está obligada legalmente a respetarla. No obstante, una vocera de la Oficina del Exterior aseguró que Londres acata los estatutos internacionales que incluyen el artículo 53 del Protocolo Adicional de la Convención de Génova, que prohíbe actos hostiles contra monumentos históricos, obras de arte y lugares de culto. "Obviamente, hacemos nuestro mayor esfuerzo para respetar nuestras obligaciones internacionales", dijo la vocera.

A su vez, un portavoz del Departamento del Ministerio de Defensa aseguró que no le correspondía discutir la situación en Irak; la línea oficial de Londres sigue siendo que el país no se está preparando para el conflicto. Pero, en general, las fuerzas británicas tratan de mostrar sensibilidad hacia los sitios culturales, aseguró.

"En el proceso de elegir objetivos militares legítimos, siempre se toma en consideración la cercanía de lugares históricos con significado religioso o cultural. Este proceso es sometido a constante revisión", explicó el vocero.

La ironía está en que fueron los británicos quienes contribuyeron a alimentar el interés iraquí en su historia, y fueron estudiosos británicos, como Max Mallowan, el esposo de Agatha Christie, quienes ayudaron a estudiar muchos de los sitios.

Tripp señaló: "Desde el momento en que ese Estado fue fundado por los británicos, a principios de la década de los 20, existió un esfuerzo muy decidido para desarrollar algo así como una identidad iraquí, basado en reiterarle a ese pueblo la increíble riqueza de la tierra en que vivía".

Saddam Hussein ha seguido usando las pasadas glorias de esa tierra para construir su nación; alentando a la población del norte a enorgullecerse de las glorias de Nínive, y a los del sur, a reconocer la gran historia de la ciudad de Ur.

Tripp añadió una predicción desoladora: "La Mesopotamia antigua fue la cuna de la civilización. Es claro que lo que ahí puede ocurrir es horrendo".

© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca

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