TOROS
Con ganado de desecho y menos de media entrada, la
segunda de la grande
Asombro y paliza en el exitoso debut del rejoneador
Fermín Bohórquez
El Zotoluco, torerísimo Garibay, bien
a secas Morante de la Puebla, descastado
LUMBRERA CHICO
Espléndido torero a caballo, el andaluz Fermín
Bohórquez, de la dinastía de los Domecq, encantó al
público de la Monumental Plaza Muerta, pero debido a las pésimas
condiciones del ruedo, a causa de una injustificable negligencia "empresarial",
cayó de narices en la arena y recibió una doble golpiza bajo
el lomo de su caballo Licor y las patas de Amistoso, el único
toro bravo de los ocho que envió la ganadería de José
María Arturo Huerta.
Puestísimo
por su parte, Eulalio López El Zotoluco mostró toda
su sapiencia y todo su poderío ante los dos mansos, débiles
y huidizos que le tocaron en suerte, y a punto estuvo de cortar la primera
oreja de la temporada dizque "grande", luego de consentir mucho a Oro
Negro, al que por desgracia mató mal.
Lleno de afición y entrega, pero víctima
de sus limitaciones -la más importante de las cuales es la falta
de mando-, Ignacio Garibay enardeció a los villamelones, especialmente
con Agraciado, primero de su lote, pero sus desaciertos con el acero
lo echaron todo a perder. Morante de la Puebla, que en años anteriores
había cobrado prestigio por su fina clase, ayer anduvo como alma
en pena ante los dos novillos de desecho que le dispensó la mala
suerte. Nunca se hizo de las reses y mucho menos del gentío, que
lo abucheó hasta desgañitarse.
Triunfo y porrazo
Sin la espectacularidad circense del navarro, Bohórquez
dio cátedra de buena monta con sus jacas Alondro, Sinfonía
y
Morisco, a las que supo dosificar para impartir los rejones de castigo
y las banderillas a una mano y a dos, empleando él también
la esbelta corpulencia de los corceles a guisa de muleta para hacer el
toreo en redondo, con temple y con gozo, elementos que entusiasmaron a
la clientela por su verdad.
Pero él también mató mal y debió
apearse para rematar descabellando. Ante la mansedumbre del encierro -una
octeta de novillos gordos y blandengues, que no tenían los kilos
ni mucho menos la edad anunciada en las pizarras-, Bohórquez y el
público fueron sorprendidos por la bravísima salida de Amistoso,
quinto de la tarde, que batió algún récord olímpico
de velocidad al correr como una flecha desde toriles hasta el burladero
de matadores, donde saltó al callejón incapaz de frenar.
Pese al golpe, fue devuelto al ruedo sobrado de patas
y la emprendió contra el caballo Licor del andaluz, que pegó
un galope desaforado templando a su atacante con la cola. Por desgracia,
a media persecución, el equino hundió las manos en un hoyo
de la arena y se vino abajo, lanzando a su tripulante como un sobre debajo
de la puerta. Frente al obstáculo repentino, el toro brincó
y también cayó sobre él, aplastándole las costillas.
Bohórquez permaneció unos minutos al abrigo
de la barrera, lleno de dolor, y cuando ya lo llevaban en camilla a la
enfermería pensó que era ridículo dejarse vencer así
y regresó a la lucha, pero sólo para despachar al vacuno
de cualquier forma, pinchándolo hasta seis veces con el rejón
de muerte, antes de acertar el espadazo letal.
Dueño del silencio del público en las pausas
de su trabajo, El Zotoluco cuajó una serie de chicuelinas
estatuarias y apretadas en el centro de redondel, para darse cuenta de
lo débil y rajado que era su Oro Negro, de 488, al que trató
con gran suavidad con la muleta a media altura, enseñándolo
a pasar en redondo, antes de obligarlo a humillar y correrle la mano por
abajo en derechazos de magnífica factura. Pero lo dicho, mató
mal y descabelló peor. Con Buen Aroma, de 482, aún
más despreciable, estuvo a la altura, nada más, y lo despidió
con media estocada trasera.
Muy voluntarioso con Medio Siglo, de dizque 500
kilos, y Maravillas, de 520, Garibay estuvo toda la tarde bailando.
Ahí donde citaba, ora con el capote, ora con la muleta, ahí
se quedaba el animal después de pegarle el pase, pero a falto de
mando, supo aprovechar el viaje, sobre todo de Medio Siglo, para
hacerle cosas bonitas a secas, y además bien hiladas, que engatusaron
a los que no conocen, porque nunca han visto, la verdad profunda del toreo.
Utilidades y pérdidas
Domingo 10 de noviembre de 2002
Espectadores |
18,000 |
Ingreso neto: |
1,260,000 |
Egresos |
|
Fermín Bohórquez |
100,000 |
El Zotoluco |
180,000 |
Morante |
100,000 |
Garibay |
60,000 |
Ganado |
250,000 |
Otros |
1,000,000 |
Subtotal |
1,690,000 |
Utilidades |
--------- |
Pérdidas |
430,000 |
Pérdidas anteriores |
220,000 |
Pérdidas acumuladas |
650,000 |
|