Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 1 de diciembre de 2002
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Capital
CON VISTA AL ZOCALO

José Agustín Ortiz Pinchetti

Frío rejijo y sus remedios

¡MALDITO FRIO! Hay quien teme una nueva glaciación. Para algunos, la racha helada puede anunciar el día del juicio: El Don, un pintoresco indigente de la colonia Moctezuma, falleció por hipotermia. No pudieron rescatarlo las brigadas organizadas por la ciudad. Acostumbrados a un noviembre benigno, estamos sufriendo el asalto de un invierno agresivo. Hemos llegado anticipadamente a temperaturas cercanas a cero grados, para arroparnos con suéteres, abrigos gruesos, bufandas, gorras y edredones. Renace el culto al chocolate caliente en el país que lo inventó.

NUESTRA MESETA CENTRAL,"donde se clarifica el aire", decía Alfonso Reyes, soporta la llegada de la estación fría, que restituirá el copete nevado a los volcanes y dejará al descubierto "el paisaje claro y despejado, no desprovisto de cierta aristrocrática esterilidad".

¿COMO AFECTA el frío a la capital? La gran urbe es una isla de calor y por tanto es menos vulnerable a los descensos de la temperatura. La Compañía de Luz dice no haber detectado aumentos en el consumo de energía, aunque en las tiendas se aprecia una copiosa oferta de aparatos de todo tipo para calentar el ambiente.

LOS CAPITALINOS DESESTIMAMOS al invierno porque es de corta duración, se disfraza de sol y no se ha ensañado con nosotros. Varios hemos protagonizado la desconcertante experiencia de ponernos el abrigo y cuando empezamos a acostumbrarnos, ¡ya llegó la primavera!

SIN EMBARGO ES real el riesgo de enfriarse, de agriparse o de contraer pulmonías simples y cuatas, neumonías en tres tonos distintos, y una rara enfermedad local: integra los efectos del ozono, las poluciones sólidas, el ruido y el frío, y produce pérdida de memoria, desorientación ideológica y a ratos un irrefrenable impulso a la sexualidad instantánea. Por ello, las autoridades de la ciudad y algunas instituciones privadas se han preparado para dar techo y comida caliente a los más necesitados, que pudieran llegar a 10 mil en la temporada severa.

PARA LOS CIUDADANOS con imaginación recomiendo una rápida escapada a las regiones subtropicales del estado de México o de Morelos, a no más de 90 minutos en autobús o en vehículo; paraísos de eterna -aunque no monótona- primavera: Cuernavaca, Malinalco, Oaxtepec, Tlayacapan, Tepoztlán, Ixtapan y Cuautepec. En todos estos lugares hay aguas ardientes, unas sulfurosas, otras ferrosas, que pueden producir incluso el mal del pinto a los que abusan. Evítelas. Además, puede consumirse en esos lugares aguardiente de caña que, en raciones moderadas, produce alucinaciones térmicas aunque no ceguera como quieren sus calumniadores.

SI SUS HUESOS siguen fríos y tiene tiempo y dinero, desplácese hasta las costas del Pacífico: 23 grados flat. Si no puede irse de aquí, lea el libro postergado, viva la intimidad diferida, disfrute la tarde gris tequilera y motelera. Espere con ansias la nevada que cada 30 años se produce en esta ciudad o asista a la que se precipita, bienal, sobre el Ajusco o la carretera a Toluca. No me imite, no maldiga al frío, conviértalo en su aliado. Disfrute su conmovedora brevedad.

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