Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 4 de diciembre de 2002
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Política
Delegadas descartan desatar una "guerra religiosa"

Rechaza cumbre indígena "prejuicios" de la Iglesia

Las críticas de los obispos mexicanos, "apresuradas"

ROSA ROJAS ENVIADA

Oaxaca, Oax., 3 de diciembre. Las más de 300 delegadas participantes en la primera Cumbre de Mujeres Indígenas de las Américas reivindicaron su derecho a aprender de sus propias experiencias, a sistematizar sus avances y a "labrar un camino propio y libre de cualquier injerencia", en su respuesta a las críticas de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

primera cumbre,1Las indígenas de Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela reconocen como un estímulo para sus deliberaciones el interés demostrado por la Iglesia, pero indican que su mensaje vierte críticas "que son lamentablemente apresuradas" y se fundan en documentos preliminares, por lo que "lo menos" que piden es que la cumbre sea juzgada por sus resultados.

Señalan que el mensaje de los obispos desconoce la pluralidad de opiniones que existe en los pueblos indígenas del hemisferio y de las más de 300 delegadas presentes en la cumbre. "Se ignora nuestra capacidad de someter opiniones propias a un debate genuinamente democrático, para construir los consensos que han permitido a nuestros pueblos sobrevivir a la historia de imposiciones, que queremos dejar atrás".

Asimismo, reafirman el derecho de sus pueblos a la libre determinación como un medio y nunca como un fin en sí mismo, y la validez de su lucha pacífica por alcanzarla. "Si de verdad ahora la Iglesia no pretende imponer el Evangelio, podría demostrar un verdadero respeto por nuestra propia espiritualidad y estar dispuesta a un diálogo horizontal", agregan.

El documento, aprobado en la plenaria vespertina, anota: "La Iglesia se preocupa por la ideologización de nuestras críticas a la globalización, como si ésta no conllevara en sí misma una propuesta ideológica que prolonga y exacerba las relaciones de marginación y exclusión que nuestros pueblos han padecido durante siglos".

El documento no da respuesta a la referencia de los obispos sobre los derechos sexuales y reproductivos como algo supuestamente ajeno a las tradiciones indígenas. Sí manifiesta, en cambio, que el mensaje de la Iglesia se preocupa "por los valores subyacentes a algunos de nuestros debates, ignorando que nuestra relación con la vida tiene un valor sagrado, por lo que no requerimos de ninguna doctrina ajena para defender nuestros derechos y los de generaciones futuras".

Por la mañana, la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, presidenta de la cumbre, hizo un llamado a dar una respuesta "sensata, tolerante y equilibrada" a las críticas vertidas por el Episcopado, señalando: "Aquí hay mujeres que practican la religión católica, otros credos y la espiritualidad de nuestros pueblos, por lo que no quisiéramos desatar una guerra religiosa, aunque tal vez muchos estarían interesados en ello".

Sobre las críticas episcopales, Tarcila Rivera Zea, integrante de la comisión de coordinación de la cumbre en nombre del Enlace Continental de Mujeres Indígenas, comentó que primero se tiene que romper con los prejuicios que consideran que es subversiva cualquier cosa que vaya en contra de lo establecido. "En el caso de los pueblos indígenas y sus mujeres, hay que romper con el prejuicio de que todo lo que significa un reclamo de justicia es malo; no es ni malo ni violento", dijo.

"Creemos en la opción de un sistema democrático en el que todavía tenemos libertad de expresar libremente lo que pensamos y actuar por la defensa de nuestros derechos con libertad, sin agredir a nadie", subrayó.

Se le preguntó si las mujeres indígenas pueden hablar de derechos sexuales y reproductivos, y contestó que en la cultura de su pueblo, el quechua de Perú, el sexo no es tabú y la concepción de éste como pecado llegó con la Iglesia católica. "Entonces se puede decir que antes las mujeres ejercían sus derechos normalmente", expuso.

Añadió que actualmente, con las crisis de todo tipo que hay, las mujeres de cualquier parte del mundo ya no dicen "que vengan los hijos que Dios manda", porque saben que tienen que afrontar cada día que el menor necesita comer, estudiar y mejorar capacidades.

"Además muchas mujeres son jefas de familia, por lo que se recurre a la planificación. Ahora las indígenas exigen ser informadas y tomar decisiones por ellas mismas, porque es cierto que ha habido programas de planificación inadecuados, que ha habido muertes y esterilizaciones forzadas, y eso es lo que no se acepta".

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