Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 4 de diciembre de 2002
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Sociedad y Justicia
De no corregirse esta situación habrá más retraso económico, advierten expertos

México requiere negociar cooperación  tecnológica, no sólo comercial: OCDE

El gobierno debe buscar alianzas con la iniciativa privada y las universidades, aconsejan

CLAUDIA HERRERA BELTRAN ENVIADA

Puerto Vallarta, Jal, 3 de diciembre. Las principales "debilidades" de México en materia de ciencia y tecnología son los escasos recursos que el país destina al sector -0.4 por ciento de su producto interno bruto (PIB)- y que los empresarios aportan apenas 2 de cada diez pesos invertidos en él, informaron directivos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El subdirector del organismo, Herwig Schlogl, consideró que es un "paso acertado" la decisión del Congreso de la Unión de que al final del sexenio se invierta 1 por ciento del PIB en ciencia y tecnología, pero advirtió que este esfuerzo tendrá que ser compartido tanto por el gobierno como por las universidades y la iniciativa privada. La mejor estrategia que debe instrumentar un gobierno para atraer la inversión de las empresas a ciencia y tecnología -dijo- es otorgando créditos fiscales y promoviendo la creación de asociaciones entre empresas, universidades y entidades gubernamentales.

Schlogl explicó que la OCDE recomienda al gobierno mexicano que no solamente negocie acuerdos comerciales, sino también acuerdos de cooperación con organismos internacionales y con otros países avanzados para que pueda crear un marco de política de cooperación entre entidades públicas y privadas que garantice beneficios mutuos en materia de ciencia y tecnología.

Entrevistado durante un foro internacional que promueve la cooperación empresa-universidad por conducto de asociaciones conocidas en inglés como Public and Private Partnership (PPP), Schlogl dijo que la otra "debilidad" de México es que los empresarios invierten poco en ciencia y tecnología, por lo que calificó positivo que el gobierno se haya propuesto incrementar la inversión privada otorgando incentivos fiscales.

Para cumplir esta meta, indicó, se deberán crear políticas públicas para que se asocien empresas y universidades y se hagan acuerdos con entidades internacionales. También es necesario que se haga uso más eficiente de los recursos públicos para que haya una "transferencia de tecnología más productiva" para México.

Señaló que la meta del director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Jaime Parada, de duplicar el gasto privado en ciencia y tecnología para que éste represente 40 por ciento del total nacional es buena, aunque no quiso opinar si es factible que se cumpla en los próximos cuatro años.

Refirió que hace 20 años había países miembros de la OCDE -como España- que estaban en una situación similar a la de México en cuanto a la baja inversión empresarial en proyectos de innovación científica, pero finalmente consiguieron aumentarla y equilibrar las aportaciones públicas y privadas.

México, el que menos destina a ciencia y tecnología

Daniel Malkin, responsable de la división de ciencia y tecnología de la OCDE, expuso que el gasto nacional de México es el más bajo de los 30 países que integran esa organización, que en promedio dedican más de 2 por ciento de su PIB a estos sectores.

Para el experto, el futuro que enfrentará nuestro país si no se corrigen estos problemas es que tendrá mayor retraso económico y perderá competitividad. "Si esta situación no se resuelve todos van a perder en México."

Al preguntarle a Malkin sobre las críticas que hacen algunos investigadores mexicanos a las políticas públicas en el sentido de que están haciendo a un lado la ciencia básica para promover el desarrollo tecnológico, señaló que las fronteras entre una y otra actividad se están borrando. Refirió que en el caso de la biotecnología es cada vez más difícil distinguir la diferencia entre ciencia pura y aplicación tecnológica. Lo mismo ocurre con las ciencias de materiales que tienen aplicaciones en varias industrias y que están a cargo de físicos de alto nivel.

Aclaró que no es que la OCDE desprecie la ciencia básica o proponga que sea desmantelada, sino que considera que es cada vez más difícil definir la división entre los científicos y los tecnólogos. Indicó que en varios países de la OCDE está en aumento el financiamiento de las empresas a las universidades no sólo para que desarrollen tecnología en beneficio de las industrias, sino también para que cuenten con centros de excelencia que formen recursos humanos de alto nivel.

Consideró que en países como México y Brasil se tiene que superar la desconfianza que hay entre empresarios y científicos para poner en marcha proyectos conjuntos de innovación tecnológica.

Sin embargo, la tendencia en la mayoría de las naciones que integran este organismo es que el financiamiento gubernamental está decreciendo, mientras que los recursos que se someten a concurso se están incrementando. Además, los países dan incentivos a aquellas instituciones y empresas que colaboran en proyectos de investigación. 

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