Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 20 de diciembre de 2002
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Política

Luis Javier Garrido

La ocupación

El desalojo que pretende hacer el gobierno de Vicente Fox de los Montes Azules para entregarlos a los intereses trasnacionales, no sólo es un nuevo error político suyo y del reducido grupo de colaboradores que le ayuda a tomar decisiones, sino una iniciativa que viola gravemente el orden jurídico mexicano.

1. La decisión del gobierno foxista de lanzar operativos para desalojar a las comunidades indígenas establecidas en Montes Azules y sus alrededores muestra que el grupo de empresarios que gobierna México no tiene más programas que aquellos que le permitan servir a los intereses del exterior, y que de manera más clara que sus predecesores del PRI ven a las comunidades zapatistas como un obstáculo para que su gobierno entregue a Washington el control de esa área estratégica de la reserva de la biosfera y que comprende toda la frontera sur, donde las trasnacionales sienten llegar la posibilidad de saciar su ambición al disponer de recursos naturales únicos para múltiples industrias y crear hoteles, campos de golf y casinos.

2. El marco jurídico mexicano ha privilegiado históricamente los intereses de la nación y los derechos de los mexicanos a las prerrogativas de las empresas extranjeras, pero Fox piensa a la inversa y está decidido a que esos recursos excepcionales queden en manos de trasnacionales, como demostró ya con su oposición a que se cumplan los acuerdos de San Andrés.

3. La decisión del gobierno de usar la fuerza para desalojar a muchas comunidades obedece a un proyecto económico, pero tiene en lo inmediato un objetivo político: asestar un golpe definitivo al EZLN, lo que no va a lograr, pero puede acelerar la pendiente de desprestigio en la que se halla el foxismo, que evidenciaría así que ha cerrado la vía del diálogo para los años por venir.

4. La ocupación por la fuerza en Montes Azules es un acto ilegal de quien lo ordena, el Presidente de la República, porque carece de sustento jurídico en cualquier contexto y porque esa región está regida por una legislación especial: Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas, del 11 de marzo de 1995, misma que aunque Fox lo ignore está vigente y le ordena propiciar las condiciones para el diálogo y la conciliación con los zapatistas y suspender este tipo de iniciativas, prohibiéndole expresamente actuar de tal suerte.

5. Más de la mitad de los poblados de esa zona están integrados por bases de apoyo del EZLN, según establecen observadores, y esta ley determina que con el objetivo de propiciar las condiciones para el diálogo y la conciliación, y hasta que no se suscriba la paz, el gobierno federal tiene obligación de garantizar el libre tránsito de los zapatistas y asegurar que no sean molestados en sus personas y posesiones por autoridad alguna (artículo 6), además de que deberá otorgar "garantías y facilidades a los indígenas y campesinos de la zona del conflicto" para su asentamiento en sus comunidades de origen (artículo 7), y ocurre todo lo contrario, pues el gobierno pretende detener a los dirigentes zapatistas de esas comunidades.

6. El momento elegido por Fox para ocupar los Montes Azules, lucirse ante Washington y tensar aún más la situación con los pueblos indígenas, es consecuencia de un razonamiento equivocado. Fox y sus amigos se pasaron de listos cuando creyeron que la torpe campaña de descrédito que han fabricado artificialmente a los zapatistas al terminar 2002 les facilitaría actuar impunemente en Chiapas. La iniciativa de paz de Marcos para el País Vasco no ha permitido a la derecha española ni a la mexicana, que han actuado de consuno, identificar, al más puro estilo de Bush, "zapatismo" con "terrorismo", porque en estos ocho años la sociedad ha cambiado mucho y amplios sectores no se dejan engañar y entienden lo que ha sido el zapatismo: una nueva forma de hacer política y de concebir la democracia.

7. La derecha no ha tenido históricamente argumentos, sino descalificaciones. El artículo calumnioso de Carlos Fuentes denostando a los zapatistas y al gobierno de Chávez en Venezuela, publicado en Reforma (11/12/02) y reproducido en El País (18/12/02), muestra la baja estatura moral del novelista, quien recurre a adjudicar a otros posiciones que no tienen para descalificarlos. El ex embajador de Echeverría y de López Portillo se dice "de izquierda" y habla como un loco para difamar a Marcos señalando que hace "la defensa" de ETA (cuando propuso un diálogo), acusa a Chávez de "criminal" (por defender el petróleo venezolano de la avidez trasnacional) y termina elogiando a Felipe González (olvidándose de la corrupción de su gobierno y de la creación de las bandas paramilitares, los GAL) así como a José María Aznar (ignorando que el pueblo español le exige todos los días que se vaya por la corrupción de su gobierno y su incapacidad para enfrentar la crisis del Prestige) y termina llamándose "tolerante" y acusando a los demás de no serlo.

8. La derecha política se mueve cada vez con mayor eficacia a nivel internacional y no sorprende que Aznar venga a ayudar a Fox, ahora por boca de Angel Acebes, su ministro del Interior y su más probable delfín, luego de que la marea negra de Galicia acabara con las carreras políticas de los principales aspirantes a sucederle: Rato y Rajoy. En el curso de un debate en el Senado, Acebes descalificó la iniciativa de paz de Marcos y se lanzó en la pendiente de la descalificación con el mismo vocabulario de perdulario del novelista mostrando la resistencia de la derecha a cualquier tipo de diálogo.

9. ƑPuede tener en este escenario viabilidad el grupo foxista si prosigue con una cerrazón que lo identifica con sus homólogos de otras partes, pero también con sus predecesores priístas al optar por la violencia contra la ley?

10. Con esta iniciativa el gobierno de Fox ha escogido abiertamente la vía de apartarse del camino de la legalidad para enfrentar la resistencia de las comunidades indígenas que defienden lo que es suyo y a las que está minimizando, y esto constituye una señal muy peligrosa para el país.

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