Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 19 de enero de 2003
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Política
BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

La batalla de dos supersistemas: Estados Unidos vs. Unión Europea

El 11-S, pretexto para conculcar libertades

"Periodo demencial peor que el macartismo"

NO EXISTE LA democracia global. Si existiese, no se desplegarían siquiera los preparativos en marcha para emprender la guerra contra Irak, un país cuya población civil ha sido excesivamente martirizada por el cruel castigo anglosajón durante una década plena. Prácticamente el mundo entero se ha pronunciado en contra de la guerra, pero a pesar de las maravillosas manifestaciones pacifistas en todo el planeta este fin de semana, el equipo Bush, controlado por una camarilla sedienta de sangre y petróleo, está dispuesto a confrontar la voluntad universal, incluyendo a la sociedad civil de Estados Unidos, que se ha expresado gallardamente en varias ciudades contra el belicismo de su gobierno, una genuina petrocracia plutocrática. En México, el país de don Alfonso García Robles, premio Nobel de la Paz, la sociedad civil debe dejar asentado su repudio a la demencial guerra contra Irak.

¿EU SE HA VUELTO LOCO?, pregunta en un artículo muy sonado John Le Carré, diplomático (cinco años funcionario del servicio exterior) y célebre novelista británico (Times, 15 de enero). En la óptica nada desdeñable de John Le Carré, "Estados Unidos atraviesa por un periodo demencial peor que el macartismo, la Bahía de Cochinos y potencialmente más devastador que la guerra de Vietnam": los atentados terroristas del 11 de septiembre dieron pie a que las libertades en Estados Unidos hayan sido conculcadas por su propio gobierno (el Acta Patriótica, de corte orwelliano). Sin Osama Bin Laden, a juicio de John Le Carré, la "junta" de Bush todavía estaría justificando su elección, seguiría empantanada en el "asunto Enron" (le faltó agregar la pestilente empresa petrolera texana Halliburton, que dirigió Dick Cheney, el actual vicepresidente), y debería explicar por qué favorece a los más ricos y desprecia el medio ambiente y a los países pobres, y por qué abroga unilateralmente los tratados internacionales. La "locura histórica" de Estados Unidos ha sido posible gracias a "los medios de comunicación complacientes y los intereses empresariales". El trueque de Osama Bin Laden por Saddam Hussein "es uno de los mayores trucos de relaciones públicas conjurados de la historia". La filípica de John Le Carré sustenta que la guerra contra Irak, que califica de "aventura colonial" planificada desde tiempo atrás por la "junta" Bush, representa el vehículo propicio que garantiza el crecimiento económico de Estados Unidos para realizar una demostración ejemplar de fuerza frente a Europa, Rusia, China, Medio Oriente y Norcorea.

HA SIDO NUESTRA hipótesis que detrás de la "guerra multidimensional" que despliega Estados Unidos en varios frentes del planeta subyace una confrontación contra la Unión Europea (UE), que admite explícitamente Daniel Pipes en "EU vs. Europa", que apareció simultáneamente en The New York Post y The Jerusalem Post (14 de enero). Daniel Pipes, director del Foro del Medio Oriente (ligado a la única potencia nuclear de la región y al grupo Likud del general Ariel Sharon, que ha sido descubierto en sus lazos con el crimen organizado trasnacional), y autor del libro El Islam militante alcanza EU (que se inspira del fanático racista Bernard Lewis), acaba de fundar Campus Watch, una organización propagandística que difunde (mejor dicho, intoxica) en las aulas universitarias de Estados Unidos el punto de vista ultraconservador sobre Medio Oriente.

PIPES LANZA SUS dardos venenosos contra la UE donde señala que el libro La gran impostura, de Thierry Meyssan (director de la Red Voltaire, conectada al Partido Socialista francés), ha sido un éxito impactante en las librerías. Cabe recordar que el polémico libro afirma que el "11 de septiembre" fue un "autoatentado", lo cual no conviene a los intereses facciosos de Pipes, a quien le indignaron las inolvidables manifestaciones de Florencia contra la globalización y su principal beneficiario, Estados Unidos.

EN LUGAR DE VER la paja en el ojo ajeno y realizar una sana autocrítica introspectiva, Pipes se cura en salud para explicar la antipatía europea (y mundial) hacia Estados Unidos, al basarse en un reciente análisis descabelladamente reduccionista del estadunidense Ken Sanes: "Choque de los supersistemas" (Asia Times, 7 de enero).

PIPES OCULTA QUE Sanes es un ex periodista que se consagra ahora a los actos de propaganda, que "analiza" los medios en un sitio de Internet. En realidad, el "análisis" a título rimbombante de Ken Sanes constituye una hibridación grotesca del Choque de las civilizaciones del racista Samuel Huntington y las posturas de Daniel Pipes, un enemigo declarado de la teología de la liberación católica.

SEGUN LA INTERPRETACION de Pipes, aunque la división geográfica propuesta por Ken Sanes no sea perfecta (nada más eso faltaba), comportaría a su juicio la "originalidad (sic) de exponer a Estados Unidos y la UE no como dos partes de un mismo sistema, sino como dos sistemas diferentes que, pese a haberse aliado contra la URSS, podrían ser los próximos adversarios del siglo XXI".

PARA KEN SANES, interpretado sesgadamente por Pipes, no existen "dos supersistemas", sino tres, con aspiraciones globales que configuran la política planetaria: 1) el "Islam militante", que conjuga los consabidos defectos consustanciales: "extremismo, intolerancia, resentimiento, crueldad, agresividad y totalitarismo" (nota: ¿cuál sería la diferencia con los ultrahalconazos del equipo Bush?); 2) el sistema estadunidense y su "liberalismo individualista", que se lleva todas las apologías ditirámbicas sin ninguna autocrítica, se caracteriza por la "búsqueda de la felicidad y su énfasis en el libre mercado y el gobierno mínimo" (nota: ¿la felicidad?, ¿de quién?); y 3) Europa y su "burocracia izquierdista", que se ubica entre el "Islam militante" y el "liberalismo individualista".

LA RELACION DEMENCIALMENTE forzada de Europa con el "Islam militante" que detecta singularmente Pipes consiste en que ambos "dependen de un gobierno fuerte para conseguir sus objetivos". Ni merece la pena debatir tamaña barbaridad.

EN SU INCONTINENCIA mental, Daniel Pipes interpreta, bajo el modelo seudosistémico de Ken Sanes (quien por lo visto ignora la teoría general de los sistemas del genial Ludwig von Bertalanffy), que "las recientes tensiones entre Estados Unidos y la UE sobre temas tales como la irradiación de los alimentos, la pena de muerte, el TPI (Tribunal Penal Internacional; nota: la joya de los derechos humanos universales, del que se lavó las manos el gobierno foxiano), Irak, y el conflicto árabe-israelí, son signos de una división significativa y no solamente de querellas transitorias". Entre otras carencias flagrantes (la alimentación chatarra transgénica), al mañoso de Pipes le faltó agregar la brecha conceptual entre la UE, que favorece civilizadamente el tratado ambiental de Kyoto, y Estados Unidos, un genuino depredador universal que con la mano en la cintura lo repudió.

LO UNICO REAL en lo que acierta la dupla Sanes-Pipes es la amplia brecha que separa a la UE de Estados Unidos (habría que matizar: con el equipo Bush), que busca aplicar unilateralmente la barbárica "guerra preventiva" para imponer su cosmogonía del "nuevo imperio". A propósito, Michael Ignatieff promueve sin rubores la "necesidad" del "nuevo imperio de Estados Unidos" pese a la "carga" (¡pobrecitos!) que ello significa (The New York Times, 5 de enero). La imperiosa "necesidad" proviene del 11 de septiembre que obliga a que Estados Unidos use su poder global para imponer "orden" en el mundo. ¡Vaya filantropía global! Ignatieff aduce que Estados Unidos cesaría de ser una "república" para transformarse en un imperio y que la "guerra inevitable" contra Irak representa el ingreso de Estados Unidos a su papel imperial como "garante de la paz (sic), la estabilidad (¡super-sic!), la democratización (¡ultra-sic!) y el suministro de petróleo, en una región convulsionada que se sitúa entre Afganistán y Egipto" (nota: ¿nada más?).

¿COMO PUEDE COINCIDIR una república democrática al interior con el neoimperio ruso-romano que busca imponer Estados Unidos al exterior? ¿Cómo resolverá Estados Unidos su esquizofrenia entre democracia doméstica y geopolítica imperial? Si de por sí, la orwelliana Acta Patriótica ha puesto en peligro de muerte a los derechos humanos en lo que queda de "democracia" en Estados Unidos, manipulada por la telepublicracia, ¿no aniquila, acaso, el "imperio" a la democracia y a los derechos humanos? Los proponentes del neoimperio de Estados Unidos al estilo ruso-romano, ¿se olvidan de que la Rusia zarista y la vieja Roma forman parte de la Europa de hoy? ¿Cómo cotejar el neoimperio ruso-romano de Estados Unidos con el disparate del "choque entre los dos supersistemas", Estados Unidos y la UE?

SEGURAMENTE EN EUROPA leyeron con pánico los asertos de Ignatieff sobre el "benigno neoimperio ruso-romano de Estados Unidos". Hace dos años las imprecaciones de Zbigniew Brzezinski (ex asesor de seguridad de Carter) sobre la "inevitabilidad" de la unipolaridad de Estados Unidos, en una serie de artículos epilépticos y sicalípticos en la revista The National Interest (primavera de 2000), habían conmocionado a la cancillería francesa al sustentar que la expansión de Estados Unidos pasaba sobre el cadáver europeo.

EN ESTADOS UNIDOS, y por extensión a su pretendido "patio trasero" en Latinoamérica, prácticamente no habitan islámicos (y los pocos que quedan más vale que emprendan la huida antes de que los atrapen como chivos expiatorios para cualquier propósito). El alboroto de mil 500 millones de islámicos, que arreciará ostensiblemente con la guerra contra Irak, ¿está destinado a desestabilizar deliberadamente la geografía sureña de Europa, Rusia, India y China?

EN EL CONTEXTO de la esquizofrenia estadunidense, el martes pasado Francia y Alemania, los verdaderos motores de la UE (que incorporará 10 países más, para totalizar 25), consiguieron un acuerdo histórico sobre su futura operatividad por medio de una diarquía a presidencia bicéfala: un presidente para el consejo de ministros, donde se genera su política, y otro para la Comisión Europea (que propone leyes y las aplica) elegido por el Parlamento Europeo. Ian Black comenta que las propuestas sobre la diarquía a presidencia bicéfala, en caso de lograrse "le darán un gran peso al Estado-nación europeo y aumentarán su legitimidad democrática" (The Guardian, 16 de enero). En espera del acta constitucional que elabora el ex presidente francés Valéry Giscard D'Estaing, el eje franco-alemán se prepara a resistir los embates de los ultrahalconazos del equipo Bush, quienes le han declarado la guerra abierta a la UE, como al resto del género humano.

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