Impotencia, ante actuación de 7 grupos armados: autoridades
Deforestadas, por lo menos 10 mil has. boscosas de la zona Izta-Popo: Semarnat
RENE RAMON CORRESPONSAL
Ixtapaluca, Mex., 18 de enero. En la década reciente, taladores clandestinos han deforestado por lo menos 10 mil hectáreas de la zona boscosa del Parque Nacional Izta-Popo, delito que no se ha podido frenar, debido a la falta de personal y a que los siete grupos de taladores clandestinos identificados operan armados.
De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recurso Naturales (Semarnat), la tala está detectada desde el municipio de Ixtapaluca hasta la región de Amecameca, aunque es en los poblados de Avila Camacho y Río Frío, pertenecientes a la primera localidad, donde se ha ubicado a las bandas de rapamontes más violentas.
La Semarnat indicó que hace dos años estableció castigos para los propietarios de los bienes comunales, y determinó que el derribamiento de árboles se efectúe en sus propiedades y no en la zona federal que comprende 3 mil 600 metros sobre el nivel del mar.
Desde entonces se suspendieron parcialmente los aprovechamientos forestales en los ejidos de Amecameca, Santiago, Chalma, Ozumba, San Juan Tehuixtitlán, Ecatzingo, Atlautla y Tlalmanalco, pues se comprobó que se han sobrexplotado las áreas verdes; sin embargo, la dependencia federal reconoció que el resultado podría calificarse como contraproducente, porque ahora existe un incremento alarmante en la tala clandestina.
Explicó que en el mercado, el metro cúbico de madera se paga a 980 pesos y la madera ya cortada supera los mil pesos; los comuneros reciben de 250 a 300 pesos por metro cúbico, el resto se gasta en maniobras de corte y transporte. Ya trabajada la madera se vende al triple y hasta cinco veces más cuando está lista para entregarse a los compradores.
Personal del Parque Nacional Izta-Popo, confirmó que la tala clandestina se da en la zona boscosa cuya propiedad es ejidal, es decir, en los 3 mil 600 metros sobre el nivel del mar, y más abajo, donde se encuentra ese régimen, con comunidades y propiedades particulares de los municipios de la región de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
De acuerdo con reportes oficiales, los taladores clandestinos obtienen ganancias superiores a los 50 millones de pesos, y cada año devastan poco más de mil 200 hectáreas de las faldas de las montañas de la región de Ixtapaluca y Amecameca; en los 20 años recientes la pérdida de zonas verdes superó 20 mil hectáreas.
Los trabajadores que vigilan la zona señalaron que tienen detectados a siete grupos de taladores clandestinos, entre ellos Los Conejos y Los Tonches, identificados como los principales talamontes ilegales de Amecameca, junto con Los Abelardos, oriundos de Avila Camacho, Ixtapaluca, pero avecindados en San Antonio Tlacaltepehuacán y también la familia Solís, de Tepecoculco.
Respecto a pobladores de San Pedro Nexapa, por el hecho de tener un predio muy pequeño, no mayor a 200 hectáreas de bosques, se trasladan a bosques de Atlautla, al parque Ixta-Popo y otros lugares.
En la misma zona funcionan 38 aserraderos, de los cuales cuatro fueron clausurados recientemente, siendo los que más cantidades de madera manejan, los ubicados en San Juan Atzacualoy, Atlautla y Ecatzingo, así como el del grupo del difunto Crescencio de la Cruz, El Chiquilina.
