Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 24 de enero de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Cultura
El reto es hallar el justo medio entre lo tradicional y lo contemporáneo, señala

La ópera goza de ''gran salud'', pese a la hegemonía del mercado, dice Kohn

Hoy se minimiza la importancia de la voz y el cantante, advierte el director estadunidense

ANGEL VARGAS

El músico y director orquestal neoyorquino Eugene Kohn, quien ha trabajado con grandes figuras de la ópera mundial como María Callas, Luciano Pavarotti y Plácido Domingo, afirma que ese género goza de ''gran salud" y le vaticina larga existencia, no obstante la crisis económica que enfrenta y la cada vez mayor injerencia de las leyes del mercado y de la música comercial.

''La ópera está sana como forma de arte, pero la economía mundial limita, en la mayoría de los casos, que se gasten grandes cantidades de dinero en montar títulos fastuosos y en contratar las grandes voces. Por eso es necesario buscar fórmulas más inteligentes para hacer ópera de gran calidad con menos cantidad de recursos", subraya.

''La falta de apoyo estatal, no sólo hacia la ópera sino en general hacia las artes y la cultura, no es algo que deba criticarse, incluso me parece lógico, pues los gobiernos de todos los países, incluyendo a los desarrollados, tienen que atender sus prioridades, como son los problemas de tipo social, salud, educativo y de seguridad."

Moda temporal

Kohn, quien anoche dirigió en el Palacio de Bellas Artes una gala de ópera a beneficio de niños de escasos recursos, discrepa de la forma en como hoy día se concibe el arte operístico, caracterizada por la preponderancia de lo escénico sobre los aspectos musicales.

''En la actualidad existe una inclinación, mejor dicho una moda, de hacer ópera desde el punto de vista teatral, lo cual no me parece del todo sano, porque se minimiza la importancia de la voz y el cantante, que son finalmente los pilares de esta forma artística. Por fortuna, creo, se trata de una moda temporal que pronto pasará."

Esa apreciación no significa que el director orquestal sea un ortodoxo del género, y, en su opinión, la gran exigencia y reto de la ópera contemporánea es encontrar el justo medio entre lo tradicional, donde los cantantes son el baluarte casi único, y lo contemporáneo, donde, como ya se dijo, lo escénico es el aspecto que más parece importar.

Trivialización de un arte

Kohn es también crítico de la manera en que las leyes del mercado ''han metido su mano" en el arte operístico contemporáneo y lo han trivializado, sobre todo mediante el impulso de propuestas discográficas apegadas al pop, y de reclutar y promover a ''cantantes que son bonitos físicamente, pero tienen mediana voz".

Otro aspecto que censura es la visión que cierto sector del público tiene de este arte, desvinculándolo de sus valores estéticos y utilizándolo sólo como pasarela social o símbolo de estatus.

Ejemplifica con el caso de Italia, donde varios miembros de la burguesía acuden a las funciones de la Scala de Milán sólo a lucir sus trajes, vestidos, pieles, perfumes o joyas; o bien, también existe otro sector ''de locos" que asiste únicamente a criticar todo y a todos, menos a su cantante predilecto.

''No sé cuál sea el caso de México, pero en Italia ese es un fenómeno que hace mucho daño a la ópera, pues obstaculiza al hecho artístico y el trabajo de los artistas. Son comportamientos que me dan mucho miedo", señala.

''Afortunadamente, entre esos dos extremos existen personas 'normales', conocedoras, que gustan de este arte y a las cuales se debe que la ópera viva con gran salud. Cierto que es un espectáculo que inspira gran pasión; en ese sentido es más cercano a un deporte, en el que la gente puede pararse, gritar, vitorear o protestar al final.

''Lo ideal sería que los espectadores se concentraran en lo artístico y no fueran sólo a lucirse, ni a protestar, ni a ovacionar por ovacionar."

Kohn subraya que el escenario operístico contemporáneo carece de las figuras y los nombres mitológicos de antaño, aunque no de las grandes voces. Considera que esa ausencia ''se debe en gran medida a los directores, que han caído en una falta de humildad extrema y prefieren apoyar cantantes que los hagan lucir a ellos y no al revés, como debería ser. Hacen falta más directores que amen el trabajo de los cantantes y hagan lucir sus voces.

''Por fortuna, empieza a despuntar una nueva generación de directores con otra mentalidad, sobre todo italianos; sólo es cuestión de poco tiempo para que aparezcan figuras de la talla de Callas y Pavarotti."

Promoción de jóvenes intérpretes

La presencia de Kohn en México se debe a su interés por la calidad y la cantidad de cantantes que existen en el país, ante lo cual se dice asombrado. De hecho, son frecuentes sus visitas para conocer nuevas voces, y su objetivo a corto plazo es promover a algunos jóvenes intérpretes en el extranjero, principalmente en las casas de ópera de Estados Unidos, lo cual hará con la ayuda de la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano.

En proyectos similares, destaca el trabajo del tenor Plácido Domingo, quien, dice, dedica 20 por ciento de su tiempo semanal a buscar jóvenes talentos a los que muy probablemente promoverá mediante sus dos compañías internacionales de ópera.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año