El campo no aguanta más insiste en sacar maíz y frijol del acuerdo comercial
Revisar el capítulo agropecuario del TLCAN, condición para firmar el acuerdo nacional
MATILDE PEREZ U.
En la recta final del diálogo con el gobierno, el movimiento El campo no aguanta más puntualizó que si el gobierno federal no acepta sacar maíz y frijol del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no firmará el acuerdo nacional para el campo. Por su parte, la Confederación Nacional Campesina (CNC) ratificó su postura de exigir la revisión del capítulo agropecuario de dicho acuerdo comercial y rechazó "el argumento medroso de no defender a los campesinos del país por temor a las represalias de Estados Unidos.
"Nosotros no vamos a romper ni a cerrar el diálogo -asentaron Víctor Suárez Carrera y Miguel Colungas, de El campo no aguanta más-, pero el gobierno tiene que entender que no realizamos esto por tener otro poquito de dinero ni más programitas; vamos por un cambio de fondo en la política y allí están las propuestas".
A unas horas del inicio de la mesa sobre comercio interno, externo y TLCAN, la que se prevé será polémica por las posturas en favor y en contra de la revisión del capítulo agropecuario manifestadas por los agroempresarios, las organizaciones campesinas y el gobierno federal, los voceros de El campo no aguanta más insistieron en que "este es un proceso de negociación, pero los representantes del gobierno no deben tratar de engañar o simular, porque el costo político será muy alto".
Suárez Carrera comentó que el secretario de Economía, Fernando Canales Clariond, ha mostrado una actitud abierta y sensible respecto a la insistencia de las organizaciones campesinas de sacar del TLCAN al maíz y frijol, además de revisar el capítulo agropecuario del acuerdo comercial, ya que no actuar internamente para proteger esos productos llevaría a la ruina a miles de productores. En el país se producen 18 millones de toneladas de maíz blanco, mientras el consumo es de 15 millones y se importan 6 millones de toneladas de maíz amarillo; de frijol se produce un millón 200 mil toneladas, se importan 80 mil y por contrabando ingresan al país unas 240 mil toneladas.
Otras de las propuestas de El campo no aguanta más son: aplicar restricciones cuantitativas a las importaciones de las cadenas agropecuarias clasificadas en la Ley de Desarrollo Rural Sustentable como básicas y estratégicas para la seguridad y soberanía alimentaria; garantizar la inocuidad y el cumplimiento de las normas fitosanitarias para la importación de alimentos; eliminar prácticas desleales de comercio mediante subsidios internos que permitan precios de exportación por debajo de los costos de producción; acuerdo migratorio transfronterizo para garantizar la libre movilidad de la fuerza de trabajo y gozo de sus derechos laborales y ciudadanos, y fondos compensatorios para inversiones estructurales para regiones y cadenas productivas.
Por su parte, el dirigente de la CNC, Heladio Ramírez López, expuso algunos de los efectos negativos que ha traído consigo el TLCAN en nueve años de vigencia: "fuga de divisas superior a 30 millones de dólares; desempleo en el campo que afecta a más de 1.5 millones de mexicanos; importaciones de alimentos por 78 mil millones de dólares, cantidad superior a la deuda pública y que es de 73.6 mil millones de dólares; déficit en la balanza comercial superior a 14 mil 500 millones de dólares, monto que representa 4.3 veces el presupuesto para el campo en 2003".
El acuerdo comercial trilateral también ha provocado una pérdida fiscal de más de 2 mil 877 millones de dólares solamente por las importaciones de maíz y frijol. Por ello, reiteró que la propuesta de la CNC es revisar los mecanismos de salvaguarda del TLCAN; establecimiento de un acuerdo paralelo para el campo como los que se han suscrito ya en materia laboral y ambiental, así como pugnar por una estrategia similar a la de la Unión Europea, "que privilegia y dinamiza la economía rural de los países más pobres y rezagados".
La propuesta cenecista incluye un llamado urgente al gobierno para que defina reglas comerciales equitativas para evitar la concentración; apoyar todas las formas jurídicas que contribuyan a la integración de los productores al proceso comercial; proponer al Congreso una ley de planeación agropecuaria que contenga presupuestos multianuales con crecimiento real y programas de apoyos y subsidios con horizonte de largo plazo, y la formación de lonjas regionales de físicos y fondos estatales con aportación de los productores, gobiernos federal y estatales dedicados a la colocación de opciones en el mercado de futuros.
