Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 3 de marzo de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Cultura
Escrita por Maeterlinck, se incorpora performance e instalación, explica su director

La juventud sin asideros, tema de Los ciegos

CARLOS PAUL

Los ciegos, del dramaturgo belga Maurice Maeterlinck, es una poema dramático en un acto escrito en 1891, en el que el escritor ilustra ''su teoría sobre la tragedia inmóvil'', situación que ''es reflejo de lo que hoy viven los jóvenes, que no encuentra guías ni asideros", explica Luis Martín Solís, director del montaje.

A partir del diplomado Teatro del Cuerpo, impartido por Jorge Vargas, Alicia Laguna y otros especialistas, a los alumnos de dicho taller y a Solís se les presentó la oportunidad de explorar técnicas y métodos corporales, por lo que decidieron poner en escena esta obra.

El teatro de Maeterlinck, comenta Solís, ''es una teatro simbolista, en el que no es la anécdota lo que lleva al espectador, sino una serie de temáticas expresadas con frases mínimas, y en el caso de esta obra, me pareció adecuada para traducirla al lenguaje corporal. Aunque el texto no lo eliminamos, lo contamos de una manera distinta.

''Pensando en los jóvenes, tomamos elementos del performance y la instalación, para acercarnos a este texto hermético, denso y que de entrada invita al espectador a realizar su propio armado, como las artes alternativas.''

Se cuenta la historia de ''un grupo de ciegos en espera el regreso del viejo sacerdote que los condujo hasta un bosque oscuro, dejándolos con la instrucción de aguardar su llegada. El guía no volverá. Unos creen que se ha extraviado, otros que ha ido por alimentos, pero nadie se atreve a hacer algo. Todos tienen pequeños impulsos, pero no hacen nada, aun cuando se dan cuenta de que están muriendo siguen sin hacer nada. Esperan el regreso de su líder inmóviles, incapaces de tomar una decisión, lo que me parece -apunta Solís- es el reflejo de la actual generación de jóvenes que viven en una época en la que no existen asideros, donde las utopías han fracasado, donde la religión se ha convertido en un mercado impune y donde ni siquiera el individualismo tiene cabida''.

De la obra, agrega, ''nos apropiamos de las ideas y las pasamos por un examen de conciencia de los interpretes y presentamos los contenidos a veces desde el personaje o el comentario del actor.

''Fieles a las evocaciones sonoras del texto, en el que los ciegos escuchan y confunden una serie de sensaciones como: pasos sobre la tierra, la proximidad del mar, las hojas que caen, el viento, el aleteo de las aves. Jugamos con elementos naturales como agua, tierra, piedras y hojas para sugerir temas como la pérdida del origen divino, inseguridad o miedo".

En muchos sentidos, concluye Solís, la obra es precursora de Esperando a Godot, de Samuel Becket, y de El extraño jinete, de Michael Ghelderode, la cuestión es: ¿quiénes son hoy los ciegos de los que habla Maeterlinck?

La obra se estrena el 6 de marzo a las 20 horas en el Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Río Churubusco y calzada de Tlalpan).

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año