Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 3 de marzo de 2003
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Teotihuacán, cuna de Mesoamérica

En La Jornada, los ensayos donde Florescano sustenta que la ciudad fue la mítica Tollan

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Como historiador, Enrique Florescano sabe y asume sin reservas que ''la revisión del pasado es un proceso constante y cambiante''. En congruencia con tal premisa, es autor de un conjunto de tesis recientes que implican modificaciones sustanciales al estudio de los pueblos mesoamericanos. La primera de ellas, y punto de partida, es que ''la mítica, la legendaria, la magnífica Tollan'' no es otra que Teotihuacán, ciudad donde tuvo su origen ''la peculiar cosmovisión mesoamericana sobre la creación del mundo'' y es, por lo tanto, cuna de ''la cultura más importante e influyente de toda Mesoamérica''.

Con esta idea, Florescano echa por tierra una anterior, vigente desde 1941, según la cual Tollan era la que hoy se conoce como Tula, en el estado de Hidalgo. El autor de títulos fundamentales en la historiografía mexicana como Memoria mexicana y El mito de Quetzalcóatl, dio a conocer por primera vez su tesis en agosto del año pasado. Ahora se dispone a sustentarla y defenderla en su libro: Quetzalcóatl. Metáforas e imágenes, integrado por diez ensayos que a partir de la próxima semana primero serán publicados por La Jornada en entregas quincenales.

Con tal motivo, el actual coordinador de Proyectos Históricos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes señala en entrevista algunos de los aspectos más relevantes de su tesis.

-ƑCuáles son las principales implicaciones que usted propone?

-Decir que Teotihuacán era la antigua, la magnífica, la bellísima, la civilizada Tollan de la que hablaban los textos, sobre todo los de Sahagún, heredados de los antiguos toltecas y guardados por los sabios aztecas en el Calmécac, significa que la cultura más antigua de México, la cultura náhuatl, es la que se originó en Teotihuacán. Sabemos que a comienzos de la era actual, entre los años 100 y 200, ya era una potencia, lo cual quiere decir que por lo menos 300 o 500 años antes, aunque todavía no sabemos exactamente cuánto, ya estaba habitada, y a partir de entonces viene un desarrollo que dura más de mil 500 años, porque a Teotihuacán le siguen todos los otros reinos que a su vez siguieron hablando el náhuatl: Xochicalco, Tula, Tenochtitlán y Cholula. En el área central mexicana son todos herederos de Teotihuacán y el náhuatl fue la lengua que almacenó, guardó y difundió los conocimientos más importantes de lo que llamamos la cultura mesoamericana, donde además estaban los mayas, los zapotecos, los tarascos o purépechas, y todos los pueblos del norte.

''Dentro de esa diversidad y variedad de pueblos y culturas que hablaban distintos idiomas, la más fuerte política, territorial y culturalmente es la cultura que viene de Teotihuacán. Ahora sabemos no sólo que ese fue el pueblo donde se crearon los calendarios, los principios básicos de la agricultura, de la ingeniería hidráulica, de la escritura, de la astronomía y de todas las ciencias y las artes que tienen tronco común el náhuatl. La otra cosa que también sabemos ahora es que Teotihuacán no sólo fue la cultura más influyente en el centro de México, sino que tuvo una influencia muy fuerte en el área zapoteca, en los valles de Oaxaca y sobre todo en el mundo maya, donde en el año 378 un general teotihuacano derribó al rey de Tikal y puso ahí un gobernante teotihuacano; luego hicieron lo mismo en Copán y en muchas otras ciudades. Pflorescano_02odemos decir, en conclusión, que en la época clásica Teotihuacán fue la cultura más importante de toda mesoamérica. Y su legado religioso, histórico, político, civilizatorio, fue enorme en las cuatro regiones o confines de Mesoamérica.''

Basado en estudios diversos de tipo arqueológico, histórico, lingüístico y mitológico, Florescano sostiene que la legendaria Tollan no puede ser Tula, porque este pueblo se desarrolla entre los años 900 y mil 200 de nuestra era, es decir, casi mil años después que Teo-tihuacán: ''la importancia mayor que va a tener esto es que ahora vamos a reconsiderar toda la historia de Teotihuacán en la época clásica y su papel como la cultura fundadora de los principales valores de la civilización mesoamericana. También dentro de eso se va a revalorar su papel político-militar".

-En sus ensayos pone énfasis en la omnipresencia del maíz en esa cultura.

-La esencia del libro es una revalorización del mito de Quetzalcóatl. Mi tesis es nueva en relación con lo publicado por la mayor parte de los estudiosos que se han ocupado de Quetzalcóatl, que en realidad de quien se han ocupado es del rey gobernante de Tula, de Tolpiceácatl, o Topiltzin Quetzalcóatl. Yo digo que el mito de Quetzalcóatl es originalmente un mito del origen del maíz; que la serpiente emplumada es originalmente una deidad del maíz. Estudio los antecedentes, los orígenes de este dios, fundamentalmente en los olmecas. Y muestro que también está presente entre los mayas, pero ya de otra manera. El propósito de esta serie de ensayos, que contienen las tesis principales del libro que voy a publicar quizá a finales de año, es una revalorización del dios del maíz, de la cultura del maíz, del significado de esos dioses, de esos mitos, de esas creencias en el conjunto de la cultura mesoamericana.

Tollán no es Tula

-ƑCómo han sido recibidas sus tesis en el ámbito académico?

-Anuncié esto en una conferencia de prensa y tuvo mucha repercusión periodística. Creo que algunas tesis, como la revalorización de Teotihuacán, no van a tener dificultad en ser aceptadas, porque los mayistas y los que estudian Monte Albán y los reinos del valle de Oaxaca ya están anunciando parte de esta ideas. Están descubriendo que Teotihuacán fue muy importante en el valle de Oaxaca o en los reinos mayas, pero nadie ha dicho todavía que esa Teotihuacán es la Tollán a la que se refieren los textos. Yo recojo todo esto, las versiones arqueológicas, lingüísticas, y junto eso para hacer una demostración de que Tollán es Teotihuacán y no Tula, Hidalgo.

-Es evidente su entusiasmo y pasión por el tema, Ƒqué significa en lo particular todo esto para usted?

-Yo empecé a estudiar esto simplemente para saber cómo se construye la imagen del pasado de los pueblos antiguos. Me di cuenta de que no entendía nada, porque los mitos, las imágenes, eran como un código secreto para mí: no podía penetrarlos y menos intentar explicarlos. Sólo cuando fui cambiando mis códigos mentales, mis códigos culturales, que son todos occidentales y están basados en el texto y en el libro, comencé a trabajar el mito, la imagen y otros conductores de la memoria indígena para tratar de entender cuáles fueron los sustentos de esa cultura y sobre todo su interpretación del pasado y de la historia. Eso me crea una admiración, una perplejidad constante que me obliga a estar rompiendo mis propias cadenas mentales que ya me habían puesto en la escuela, en la universidad. El problema más importante para mí es romper esos esquemas que ya no funcionan y abrirme a las nuevas rutas. A los nuevos lenguajes que me pueden llevar a explicar estas culturas, y para ello tengo que aprender el lenguaje del mito, de las imágenes, el papel tan central que juega el rito, el ritual, en las antiguas civilizaciones, como integrador social y como gran transmisor de las ideas, de los pensamientos, de las creencias. El ritual es extraordinariamente importante en estas culturas y todavía no tenemos buenos estudios sobre el ritual.

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