Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 28 de marzo de 2003
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Cultura
El poeta chiapaneco recibió anoche, con Hugo Gutiérrez Vega, el premio Villaurrutia

Juan Bañuelos: la libertad es el lenguaje para nombrar al mundo

Transformar el estado de cosas fue lo más importante, desde el inicio, para el autor de A paso de hierba El galardón, ''apoyo ético a mi defensa de la cultura originaria del país'', señala

CESAR GÜEMES

El propósito vital de Juan Bañuelos, quien junto con Hugo Gutiérrez Vega recibió anoche el Premio Xavier Villaurrutia, era amplio: ''Para mí lo más importante fue, desde el inicio, querer cambiar el mundo".

Con el paso del tiempo se percató de la cantidad de mundo que le tocaba modificar y las herramientas con que contaba para ello. Ahora que en virtud de su libro A paso de hierba ha recibido uno de los más importantes galardones literarios en México, expresa que el premio se da en función de ''la metamorfosis que hoy vive el país; por eso lo veo como un reconocimiento a mi independencia intelectual, más allá de ideologías y posiciones partidarias. Y, sobre todo, es un apoyo ético a la posición que he asumido en favor de la cultura de los pueblos originarios del país".

Brega al margen del poder

-Si no es una postura partidaria, sí lo es política.

-Bueno, los escritores que seguimos la tendencia de la renovación buscamos acompañar la realidad en la que se han dado cita, de manera constante, sectores marginados de la población.

Bañuelos se ha distinguido por mantenerse al margen de lo que en décadas pasadas representaron los grupos culturales. Así define esa época: ''En los años 60 había un clima en el que destacaban mucho los escritores favorecidos por el partido en el poder. Hubo buena cantidad de narradores becados en el extranjero que con eso aspiraban a crear una obra. Pocos lo aprovecharon. Había otros escritores que nos formamos de manera independiente a esos grupos. No se trataba de obtener puestos políticos para hacer el propio trabajo. Por eso, a lo largo de 70 años que duró el anterior régimen siempre cabe la pregunta: ¿cómo sobrevivimos quienes no pertenecíamos a las filas allegadas al poder? En mi caso, por ejemplo, nunca dejé de estar en contacto con las comunidades de Chiapas. En mi poesía esa raigambre aparece en ocasiones de manera indirecta, pero siempre con un apunte a los acontecimientos importantes. Esa fue la manera de anclarme y no perder el rumbo".

Adopción de la forma alegórica

-Y esta característica se acerca a lo que sería su estilo.

-Eso pienso. En mí fue muy significativa la manera de hablar en Chiapas, sobre todo cómo se construían las metáforas en torno de la realidad. Comencé a ver, y por eso me marginé de los grupos poderosos, mundos muy interesantes. Redescubrí lo nuestro. Era una forma de vivirlo y encontrarlo al mismo tiempo que busqué hacer una aportación. El mejor camino que había para ello fue el lenguaje.

''Curiosamente, leyendo a los clásicos fue como me acerqué más a la vida de las comunidades de mi estado natal. Los grandes autores de occidente son universales porque no se conformaron sólo con tratar lo que tenían a la mano. Si intento proyectar la experiencia subjetiva en mi poesía será siempre de forma alegórica. Esa actitud observada en los más grandes literatos de siempre me hizo ver que era preciso mantenerse al margen de trabajar, por ejemplo, en la Cámara de Diputados, como en algún momento me ofrecieron. No lo hice así. Pienso en Kadaré, el más reciente premio Nobel, quien dice que un escritor necesita encontrar su espacio de libertad y lo que no debe hacer es justificar su falta de talento por causa del régimen en que vive. Eso es lo mismo que yo trataba de estructurar hace muchos años cuando la vía fácil era pertenecer a un grupo político para conseguir medios de publicación."

-Aunque no se acercó a capillas culturales, sí perteneció a La espiga amotinada.

-Y lo hice con mucho gusto, pero esa reunión de poetas se deshizo enseguida. Para mí el lenguaje era y es la libertad: el libre arbitrio de nombrar el mundo y volver a fundarlo. No concibo una poesía y su escritura al margen de la conciencia de quien la ejerce. Una poesía que obedezca a las convenciones sociales, las becas, las servidumbres comerciales o los asuntos partidarios, cae por su propio peso.

-¿El Premio Xavier Villaurrutia corresponde a sus propósitos?

-Creo que sí. Para mí lo más importante fue, desde el inicio, querer cambiar el mundo. No sabía cómo, por supuesto. Sólo hasta después me di cuenta de que la escritura era la única herramienta para modificar esa porción de mundo que me correspondió.


GUERRA CONTRA IRAK

Juan Bañuelos y Hugo Gutiérrez Vega reciben el Premio Xavier Villaurrutia

Demandan poetas al Presidente impulsar una cultura de la paz

Piden al Ejecutivo suspender el incremento de producción de crudo que se vendería a EU

Exigen que la ONU condene la ofensiva militar y anatemice a George W. Bush como criminal

ARTURO JIMENEZ

Al recibir anoche en el palacio de Bellas Artes el Premio Xavier Villaurrutia, los poetas Juan Bañuelos y Hugo Gutiérrez Vega pidieron al presidente Vicente Fox Quesada que dé instrucciones a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que se enseñe a los niños y jóvenes mexicanos una "cultura de la paz y contra la guerra".

Asimismo, solicitaron al Presidente que México suspenda el incremento en la producción de petróleo para venderlo a Estados Unidos, ante la "actitud genocida" del gobierno de este país contra Irak, pues sólo servirá "para dar muerte a más de un millón de niños y jóvenes en Mesopotamia".

Los escritores premiados también pidieron a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que condene la ofensiva militar estadunidense y, en su momento, "anatemice como criminal de guerra" al presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

villaurrutia_premio 1Fue Bañuelos quien primero expuso las anteriores "tres preticiones pertinentes" ante el "momento dramático que está viviendo el mundo y el peligro que corre la especie humana", y además, "para ser congruentes con la posición y aspiración de la nación mexicana y del gobierno por la paz, contra la guerra y por una solución con diálogo".

A esas peticiones se sumó Gutiérrez Vega, quien dedicó sus palabras a sus nietos Bruno Moya y Gabriel Romano, pero también "a los niños que han sido asesinados en esta guerra ilegítima, ilegal, absurda, injusta e inmoral", así como "a todos los niños, a los de Chiapas, a los de México".

En la sala Manuel M. Ponce, antes de hacer su petición para que a los niños y jóvenes mexicanos "se les explique por qué la paz es un proceso en el cual la violencia disminuye y la justicia aumenta", Bañuelos hizo una serie de reflexiones a partir de la figura mítica y real del jaguar, el cual se extingue y es cazado en la selva chiapaneca, dijo, como lo son los ecosistemas de la región y los indígenas que la habitan. Todo, aseveró, como parte del Plan Puebla-Panamá.

Autor de A paso de hierba, poemas sobre Chiapas por los que se le otorgó el Premio Xavier Villaurrutia, Juan Bañuelos agradeció al jurado el respeto a su independencia intelectual y dedicó el galardón a su madre recién fallecida. "Sus años son sólo arena de los ríos", dijo de ella el poeta.

Y también antes de plantear sus tres peticiones, condenó la guerra contra Irak y la reciente contra Afganistán. "Cuando hay guerra los padres entierran a sus hijos, cuando hay paz, son los hijos quienes entierran a sus padres", reflexionó.

Perpleja y asumida marginalidad

Luego habló Gutiérrez Vega, autor de Peregrinaciones, poesía 1965-2001 y de Bazar de asombros, ambas obras motivo del Premio Villaurrutia. "Recibir el premio que lleva el nombre de Xavier Villaurrutia y al lado de mi amigo Juan Bañuelos es algo que me llena de júbilo", manifestó.

Por eso fue que Gutiérrez Vega convirtió su intervención en un homenaje a Villaurrutia, al revisar y recrear la obra de este poeta, miembro fundamental de Los Contemporáneos y autor de Nostalgia de la muerte.

El director de La Jornada Semanal, quien se asumió como "un escritor de antes perpleja y ahora asumida marginalidad", hizo, como planteó Bañuelos, una crítica de "la miseria" de la vida y de las mafias culturales, pero también señaló que esta premiación podría augurar otros tiempos.

Leñero, presidente del jurado del premio y quien no pudo asistir, por lo que su texto fue leído por Alicia Zendejas, se refirió a Bañuelos y Gutiérrez Vega como dos "poetas preclaros". A uno lo emparenta a Villaurrutia su "búsqueda obsesiva", a otro, su amor por la poesía y el teatro.

Villaurrutia, escribió Leñero, "estaría feliz" con la designación de ambos premiados. Era un premio que se les debía a ambos, dijo por su parte Marco Antonio Campos.

Aparte de Leñero, Campos y Zendejas, quien con su esposo Francisco Zendejas instituyó este premio, también intervinieron Jorge Ruiz Dueñas, Jaime Labastida y el director del Instituto Nacional de Bellas Artes, Saúl Juárez, quien anunció durante este año una serie de celebraciones por el centenario del nacimiento de Villaurrutia.

Al final, Bañuelos recibió el diploma del premio, que consta de 100 mil pesos, de manos de Juárez, y Gutiérrez Vega de Alí Chumacero, presidente de la Sociedad Alfonsina Internacional, que otorga el galardón.

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