Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 13 de abril de 2003
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Capital

Angeles González Gamio

El Divinísimo

"Desde las diez de la mañana del jueves, hasta igual hora del sábado inmediato, no transitarán por la ciudad mas carruajes que el que conduzca el Divinísimo". Esta era una de las disposiciones que emitía el Ayuntamiento, el 10 de abril de 1865, para reglamentar las actividades durante la Semana Santa. Prácticamente toda la población participaba en alguno de los múltiples eventos, que se realizaban para conmemorar los últimos días de la vida de Jesús.

De los acontecimientos que reunían más gente eran las procesiones. La que salía en 1609 de la capilla de San José de los Naturales, adjunta al convento de San Francisco, reunía más de 20 mil indios, y tres mil penitentes. Era también impresionante la que partía del templo de la Santísima que seguramente se cruzaba con la multitudinaria que salía del convento de Santo Domingo a las cuatro de la tarde del Viernes Santo, acompañando la que se conocía como Procesión del Santo Entierro, para llegar al caer la noche, al convento de la Concepción.

A lo largo de la semana en todos los templos se llevaban a cabo ceremonias que recordaban momentos de esos días trágicos. La población de todos los niveles solía estrenar vestuario, ya que toda la ciudad concurría a los actos, que amén de lo religioso tenían mucho de encuentro social

La culminación de este periodo de penitencia y ayuno así como de jolgorio y negocio para muchos, era el Sábado de Gloria, que se festejaba con la "quema de judas" que se llevaba a cabo por toda la ciudad. Los comerciantes más prominentes costeaban la que se realizaba frente a sus establecimientos y colgaban mercancías del muñeco, que caían como fruta de una piñata cuando tronaba el judas elaborado a base de carrillo, cartón y papel de china. Era famosa la que organizaba la panadería La Vasconia, situada en la esquina de Palma y Tacuba. Este negocio aún existe bajo el ojo vigilante de su simpático dueño Benito Esteban, quien cuida que su rico pan conserve la calidad que lo hizo famoso desde el siglo XIX.

Esta añeja costumbre de quemar a Judas, el apóstol traicionero que vendió a Jesús por 30 monedas de plata, se dice que se originó en España durante el tiempo de la dominación árabe, en la que se desarrolló la afición por la pirotecnia. Aquí en México, a la figura del apóstol traidor se añadieron las de personajes públicos malqueridos por el pueblo que generalmente incluía al gobernante en turno. Para evitar ver explotar la caricaturesca representación de su imagen, el presidente Antonio López de Santa Anna emitió un decreto en 1853, prohibiendo que se vendieran y tronaran judas y muñecos representando a figuras públicas. Además de no ser cabalmente respetado, al año siguiente el decreto fue olvidado.

Increíblemente hasta la fecha, en muchos sitios, se siguen llevando a cabo las quemas de judas. En el barrio de la Asunción en Xochimilco, se organiza a partir de las 10 de la mañana del domingo, que es el día que ahora señala la Iglesia, ya que sostienen que es cuando se abre la Gloria con la resurrección del Señor. Iztapalapa también hace su festejo, en el barrio de San José, en el día sábado tradicional, al igual que la que llevan a cabo los hijos y nietos del célebre judero Pedro Linares, a quien se atribuye la invención de los alebrijes, que en realidad fueron idea del pintor José Gómez Rosas, conocido como El Hotentote, quien los diseñaba para las máscaras de los trajes, con los que concursaba en los Bailes de Máscaras que anualmente organizaba la Academia de San Carlos.

Esta quema de judas y personajes públicos se celebra por la tarde en la calle donde viven los Linares y varios otros juderos, atrás del mercado de Sonora. Este año en la Catedral metropolitana, se van a llevar a cabo muchas de las ceremonias antañonas: lavatorio de pies, representación de la Pasión en el atrio, sermón de las siete palabras y šquema de judas!

Como siempre, lo procedente es concluir el paseo o ritual religioso con un buen festín; por aquello de la vigilia, es recomendable ir a un restaurante especializado en pescados y mariscos. ƑQué mejor que el tradicional Danubio, en la calle de Uruguay 3? Para probar varias sabrosuras, le sugiero compartir unas manos de cangrejo de botana, seguidas de una sopa verde de mariscos y cerrar con unos langostinos al mojo de ajo. El amable capitán Julio Velázquez le puede sugerir un buen vinillo blanco. Recuerde que para el postre hay pasteles de la Vasca.

Si su presupuesto es reducido, en la misma calle, casi con Bolívar, hay dos buenas cevicherías, una frente a la otra, que ofrecen pescados y mariscos frescos a muy buen precio. ƑNo se le antoja un chilpachole de jaiba y un pescadito rebozado con una cervecita bien fría?

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