De dónde saldrán los recursos
para reactivar el agro, pregunta constante
Legisladores, empresarios y especialistas, escépticos
ante el pacto para el campo
"Es una ironía que se firme un acuerdo
que ya tiene desacuerdos", afirmó Sauri Riancho
ROBERTO GARDUÑO, VICTOR BALLINAS Y DAVID ZUÑIGA
El acuerdo nacional para el campo fue recibido con escepticismo
por legisladores, líderes políticos, empresarios, investigadores
universitarios y hasta por funcionarios del actual régimen, porque
desde su punto de vista se carece de los recursos económicos suficientes
para remediar el rezago y la problemática del sector agropecuario
del país.
Para diputados del Partido de la Revolución Democrática
(PRD) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), se encuentra latente
el riesgo de despertar al México bronco en caso de que no se obtengan
resultados positivos del acuerdo o que se convierta en "un barril sin fondo",
si no se cuenta con las instituciones necesarias y especializadas en administrar
los recursos que se destinarán al campo.
En
tanto, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP)
advirtió que la clave de la "nueva política agropecuaria"
anunciada ayer por el presidente Vicente Fox es la disponibilidad de recursos
para crear infraestructura. Por su parte, la titular de la Oficina de Representación
para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de la Presidencia de
la República, Xóchitl Gálvez, calculó en 30
mil millones de pesos lo que se requiere para llevar servicios básicos
a todas las comunidades de más de 100 habitantes.
A su vez, el investigador de la Unidad de Estudios de
Posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
Enrique Dussel Peters, advirtió que cualquier programa de apoyo
para el campo no tendrá éxito a menos que forme parte de
una política integral con enfoque sectorial y regional. Y la senadora
priísta Dulce María Sauri Riancho sintetizó: "es una
ironía que se firme un acuerdo que ya tiene desacuerdos".
En el Palacio Legislativo, el presidente de la Comisión
de Agricultura de la Cámara de Diputados e integrante del PRD, Oliverio
Elías Cardona, consideró que el problema del campo no se
circunscribe a conceder mayores recursos económicos, "es un conflicto
que se genera por la ausencia de tecnología e estructura para competir
en el ámbito internacional".
Consideró insuficientes los próximos tres
años para solucionar la situación que priva en el campo,
porque "la desatención ocurre desde hace dos décadas, cuando
empezaron a desmantelarse todas las instituciones y empresas que le daban
certidumbre". Habló de Fertimex, Agroacemex, de Banrural, de los
precios de garantía y las tarifas eléctricas. "Aquí
el Presidente de la República tiene la obligación histórica
de empezar a dar solución a este problema", dijo.
El diputado Librado Treviño, integrante del grupo
de legisladores campesinos del PRI, dijo que el acuerdo representa "un
sacrificio" para millones de trabajadores del campo, porque incluye criterios
de un grupo de productores altamente beneficiados por el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte, como el secretario de Agricultura,
Javier Usabiaga, y se contrapone a los pequeños productores, que
son la mayoría en el medio rural.
El presidente de la Comisión Especial de Ganadería,
Arturo de la Garza Tijerina, advirtió que el Presidente de la República
tiene la obligación de "no salirse por la puerta de atrás
y asumir su responsabilidad ante millones de mexicanos que se encuentran
en la indefensión total".
Mientras tanto, en el Senado, la priísta Sauri
Riancho resaltó la importancia de haber alcanzado un conjunto de
medidas para atender la situación de emergencia en el campo, sobre
todo por la concertación entre organizaciones de productores, el
gobierno federal y los estados y llamó a rechazar intereses mezquinos
que saboteen los resultados del acuerdo.
Desde el punto de vista del CEESP, el acuerdo firmado
ayer se convertirá en una presión más para las finanzas
públicas junto con la baja en los precios internacionales del petróleo
y el aumento del subsidio a las tarifas eléctricas.
En un estudio, el organismo se preguntó de dónde
provendrá el dinero que se requiere si el país se encuentra
en un ambiente de bajo crecimiento económico y sin una reforma fiscal
que aumente la recaudación, la cual apenas representa 11 por ciento
del producto interno bruto (PIB).
Y si bien la falta de recursos económicos se plantea
como un problema para alcanzar los objetivos del acuerdo para el campo,
el investigador universitario Dussel Peters consideró que es necesario,
entre otros aspectos, detectar y compensar los factores que afectan a los
sectores agrícola y agroindustrial, desde la falta de infraestructura,
hasta la ausencia financiamiento.
Recordó que en la crisis de 1994-95 el gobierno
federal aceptó utilizar 20 por ciento del PIB para pagar el Fobaproa.
"Y si en esa época se encontrar recursos para rescatar a un grupito
de empresas, ¿por qué no hacerlo ahora para ayudar a 25 por
ciento de la población del país?"
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