"Vale la pena hacerlo por única vez", afirma el gobernador del Banco de México

Preciso, sacrificar la meta inflacionaria para efectuar una reforma fiscal: BdeM

Advierte que subinvertir pone al país en el límite del crecimiento económico

VICTOR BALLINAS Y JUAN ANTONIO ZUÑIGA

Por primera vez en los siete años que ha estado al frente del banco central, el gobernador del Banco de México (BdeM), Guillermo Ortiz Martínez, se manifestó en favor de sacrificar por única vez la meta inflacionaria a cambio de una reforma fiscal integral que corrija los problemas estructurales de las finanzas públicas.

Al presentar ante la Comisión de Hacienda del Senado de la República "un estudio comparativo internacional de la recaudación tributaria", el funcionario señaló que ante la insuficiencia de fondos "invertimos menos de lo que deberíamos en capital humano e inversión, es decir, se destinan menos recursos al combate a la pobreza, al desarrollo social, a la salud, a la educación y a la generación de empleos".

Interrogado de manera insistente por los legisladores sobre la conveniencia de flexibilizar la política monetaria para impulsar el crecimiento económico, Ortiz Martínez reconoció que el banco central ha aplicado medidas de endurecimiento, pero opinó que "bien vale la pena un repunte inflacionario por un sola vez si se lleva a cabo una reforma fiscal integral para corregir los problemas estructurales de las finanzas públicas".

Sin embargo, también dijo que la política monetaria del BdeM ha reducido las tasas de interés a niveles tan bajos que no se tuvieron en la época del desarrollo estabilizador, y expresó que "la mejor contribución al crecimiento de la economía es una inflación baja y sobre todo estable".

Sobre las perspectivas económicas del país advirtió que "estamos ante un entorno internacional complicado. Por tercer año consecutivo tanto la economía mundial como la mexicana crecerán por debajo de su potencial".

Apuntó: "en el caso de México, subinvertir pone al país en el límite del crecimiento económico, reduce la generación de riqueza y pone en riesgo la mejoría del bienestar social. Aunado a ello, la situación fiscal adolece de muchas fallas. Tenemos una base fiscal reducida. Esto es, pocos contribuyen con las finanzas públicas y cada rubro de la tributación mexicana adolece de importantes fallas que se advierten cuando se compara la situación mexicana con la de otros países".

Los regímenes especiales provocan pérdidas por 358 mil millones de pesos

Presentado por Manuel Ramos Francia, asesor de la Junta de Gobierno del BdeM, el estudio, realizado a solicitud del Senado de la República, concluyó que "los tratamientos de excepción y regímenes especiales integrados al sistema tributario mexicano, además de restarle neutralidad, equidad y justicia, han propiciado una importante pérdida recaudatoria".

Con base en informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el estudio refiere que esta pérdida de ingresos asciende a unos 358 mil millones de pesos, equivalentes a 5.3 por ciento del producto interno bruto. En términos comparativos esa pérdida es incluso superior al valor total generado en un año por todo el sector agropecuario del país.

A estos "gastos fiscales", precisó, "habría que añadir la pérdida recaudatoria indirecta que deriva tanto de las oportunidades de evasión y elusión que tales tratamientos de excepción y regímenes especiales generan, así como la menor efectividad de la administración tributaria que produce su compleja operación".

Así, apuntó, "las limitaciones que se presentan en el país en materia de ingresos públicos se han traducido en una grave restricción para poder financiar el gasto público y no resulta sorprendente entonces que en el ámbito internacional México trascienda como uno de los países con menos gasto social e inversión del sector público".

En todos los comparativos internacionales presentados ante los senadores, México está en situación desfavorable y se sitúa entre los países con grave insuficiencia recaudatoria. En lo que se refiere a la carga fiscal total, se ubica en 15.2 por ciento como proporción del PIB, cuando el promedio de las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es de 26.8 por ciento.

En materia de impuesto sobre la renta (ISR), en México es de 4.7 por ciento del PIB, cuando en la OCDE el promedio es de 13.6 por ciento; en impuestos indirectos (IVA) la proporción en el país es de 3.5 por ciento y en las naciones europeas de 6.9 por ciento. En resumen, México figura como uno de los países con más baja distribución y más alta concentración del ingreso, incluso frente a naciones de América Latina.