Francisco Robles Ortega, nuevo arzobispo de Monterrey

Huir de doctrinas perversas, demanda Bertello a obispos

DAVID CARRIZALES Y JOSE ANTONIO ROMAN CORRESPONSAL Y ENVIADO

Monterrey, NL, 28 de abril. Ante la jerarquía católica en pleno, el nuncio apostólico Giuseppe Bertello llamó a los obispos a "huir de las divisiones y de las doctrinas perversas" y dijo que, desde sus albores, la Iglesia católica ha sufrido por la tentación de la discordia de unos grupos que piensan que tienen el monopolio de la verdad y de la auténtica fidelidad a Cristo.

En su homilía durante la toma de posesión de Francisco Robles Ortega como nuevo arzobispo de Monterrey, y previo a la 75 asamblea del Episcopado Mexicano, el nuncio insistió en que una de las tareas principales del obispo es crear la unidad, por lo que él no puede ser pastor de un solo grupo o de un solo sector de la sociedad, sino debe serlo para todos.

La ceremonia se efectuó en el auditorio semidescubierto del Parque Fundidora, donde acudieron unos diez mil feligreses, entre ellos varios políticos y funcionarios públicos. Tras 19 años de estar al frente de la arquidiócesis, el cardenal Adolfo Suárez dejó su cargo al nuevo arzobispo Robles Ortega, quien -se especula- seguramente en un par de años se convertirá en el próximo cardenal mexicano.

De hecho, con esta celebración realizada la tarde-noche de este lunes, también dieron inicio los trabajos de la 75 asamblea plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la cual abordará oficialmente el tema de la pastoral familiar. Sin embargo, se prevé que durante los próximos cuatro días, tiempo en que durará dicha asamblea, se empezará a discutir la sucesión al frente del Episcopado, prevista para octubre, durante la próxima plenaria.

Formalmente, los trabajos de la asamblea -que se prolongará hasta el próximo viernes- se inician este martes en el Seminario Mayor de la arquidiócesis regiomontana, el cual se ubica en el municipio Benito Juárez, a unos 40 kilómetros de la ciudad de Monterrey.

''La tentación de la discordia''

El nuncio, en su homilía, insistió en la unidad que debe prevalecer entre los obispos. Dijo que cada uno de estos jerarcas católicos debe promover entre los sacerdotes la conciencia de que la diócesis es la expresión visible de la comunidad eclesial, en el respeto y en la promoción de la pluralidad y de la diversidad, la cual se forma en torno a la eucaristía y del obispo unido al colegio episcopal y éste bajo la cabeza del Papa.

''La Iglesia, desde sus albores, ha sufrido por la tentación de la discordia por unos grupos que piensan tener el monopolio de la verdad y de la auténtica fidelidad a Cristo, excluyendo en definitiva a los demás; frente a ellos, San Pablo proclama que hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo y un solo Dios'', dijo el nuncio, ante la totalidad de los obispos que asistieron a la misa de toma de posesión.

En este mensaje, Bertello subrayó que el obispo no lo puede ser sólo de un grupo o de un sector de la sociedad, sino que se debe a todo el conjunto de la comunidad de fieles, por lo cual no puede tener favoritismo. ''Sería una grave incongruencia, nos dice el Papa (Juan Pablo II) en su última encíclica (cuyo tema es la eucaristía), que el sacramento de la unidad de la Iglesia fuera celebrado sin una verdadera comunión con el obispo.''

Momentos antes, sobre este mismo tema de la unidad, el propio cardenal Suárez Rivera, en su mensaje de despedida -leído por su obispo auxiliar José Lizares Estrada- pidió a sus hermanos obispos ''no confundirse'', pues no son individualidades, sino colegio episcopal. ''Nuestra unidad es un don trascendente, una nota de nuestra esencia, de nuestro mismo origen y de nuestro destino.''

Suárez, quien fuera presidente del Episcopado Mexicano durante 1988-1994, en que la jerarquía católica negociara los cambios constitucionales en materia religiosa con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, recordó a su sucesor que un obispo nunca sucede otro, sino que todos son enviados de Dios.

Tras la celebración religiosa, que terminó pasadas las 20 horas, Robles Ortega se convirtió a sus 54 años -12 de ellos como obispo de Toluca- en el vigésimo obispo de Monterrey, en los 225 años de haberse creado dicha diócesis. La arquidiócesis de Monterrey nació en 1777, con territorios de los obispados de México, Michoacán y, principalmente, de Guadalajara; comprendía los actuales estados de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas y Texas.

Primero fue llamada diócesis de Linares, después Linares-Monterrey, y finalmente, arquidiócesis de Monterrey, el 9 de junio de 1922.