El esquema social cambió en 30 años
lo que no hizo en cinco siglos, aseguran
Las escuelas en México dejaron de transmitir
valores: investigadores
El universitario de hoy se identifica más con
modelos occidentales que con su país, dicen
KARINA AVILES
La estructura de valores del mexicano atraviesa por una
fase de "resquebrajamiento", en la que se evidencia que la fuerza de transmisión
de los valores nacionales en el aparato escolar perdió fuerza, al
grado de que es "difícil para los héroes competir con Supermán".
Esto, advierten los especialistas, conduce a un mexicano "mentalmente trasterrado",
a un ciudadano que se identifica más con los modelos occidentales
de competencia que con los valores históricos y cívicos que
significan a su país.
Expertos en sociología, pedagogía y sicología
social explican el proceso que ha conducido al menoscabo de los valores
nacionales y al fortalecimiento de otros que plantean un punto de quiebre,
un nuevo esquema en la identidad del mexicano.
La doctora en sociología Ana Hirsch Adler, autora
del libro México: valores nacionales, en el que ofrece una
visión sobre las distintas investigaciones realizadas en la materia,
expresa que la transmisión de los valores nacionales en el aparato
escolar perdió fuerza paulatinamente.
Las
razones son múltiples, explica. Por un lado, cambiaron las estructuras
sociales, económicas y políticas del país; por otro,
no era lo mismo difundir estos valores al triunfo de la Revolución
que al paso de los años, cuando el sistema comienza a sufrir desgaste.
Otra de las causas es que la escuela, como otros agentes de socialización,
se encuentra en crisis. Y no se puede dejar de lado la recomposición
vivida en los países en las décadas recientes y la influencia
internacional.
Pero el punto de quiebre "podría estar en la idea
del cambio hacia gobiernos menos políticos, más administradores,
con un concepto macroeconómico". Desde el gobierno de José
López Portillo comenzó a transformarse la visión de
México para reducir el Estado de bienestar.
Desde entonces hasta la actual administración de
Vicente Fox "se han difundido otros mensajes, con otras finalidades", acordes
a lo que les interesa promover. Por ejemplo, en la Guía de padres,
patrocinada por Marta Sahagún de Fox, existe "una introducción
de la vida religiosa y privada en la educación laica", apunta.
Los estudios realizados en las décadas pasadas
dejan constancia de los cambios en los valores. En una encuesta pionera
en México, de finales de los años 60, realizada por el investigador
de El Colegio de México Rafael Segovia y aplicada a niños
de educación básica, se concluye que la escuela mexicana
tuvo éxito en promover valores nacionalistas, principalmente en
escuelas públicas. Después, en una encuesta de 1984 de Carlos
Maya y María Inés Silva, se observa que hay menos información
y respeto de los niños hacia los valores nacionales.
Por ejemplo, los estudiantes seleccionaron héroes
y antihéroes, pero sin fundamento histórico, y no sabían
distinguir entre Independencia y Reforma. En aquella investigación,
ambos autores concluyeron que el Estado ha descuidado la educación
patriótica, refiere el libro México: valores nacionales.
Por ello, añade Hirsch, es necesario revisar la
manera en que se enseña la historia de nuestro país, "pues
es difícil para nuestros héroes competir con Superman, cuando
a los primeros se les ha estereotipado". Sin embargo, expresa, hay factores
internos y externos que tienen que ver con la enseñanza de los valores.
"¿Cómo enseñas democracia cuando las escuelas son
fundamentalmente autoritarias o cuando tienes una organización como
el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación?"
Pero la transformación de los valores o la actual
fase de "conmoción o resquebrajamiento" de ellos, como indica el
sicólogo social Germán Gómez, no puede entenderse
sin revisar el pasado.
Cambios drásticos en la sociedad mexicana
En el periodo comprendido de 1920 a 1970, la familia era
el núcleo articulador, la madre tenía un sentido abnegado,
el padre era el proveedor de recursos, los hijos eran producto de una familia
monogámica, el gobierno era el que mandaba, los preceptos católicos
fungían como organizadores de la ética de la mexicanidad,
y la familia y la escuela eran los proveedores de los valores, apunta.
De los años 70 para acá, continúa,
la situación cambió drásticamente; basta revisar algunos
datos: entre 1970 y 2000, el índice de divorcios aumentó
200 por ciento. En la década de los 70, 98 por ciento de la población
se reconocía como católica; 30 años después,
el porcentaje cayó a 86 por ciento. Es decir, "en 30 años
ocurrió lo que no había pasado en cinco siglos".
En ese mismo periodo, la edad de iniciación sexual
era a los 18 años y hoy es a los 14. Actualmente la duración
promedio de las uniones conyugales es de cinco años, lo que significa
que una persona de 20 años puede sostener en su vida dos o tres
relaciones maritales.
En este contexto es fundamental entender lo que pasó
con el concepto de familia. En todas las investigaciones realizadas sobre
valores aparece en el primer lugar. Pero no es por su importancia en sí
misma, precisa. Una posible explicación consiste en que ese núcleo
ya no proporciona la satisfacción que de él se espera o que
sólo es prominente por significar el soporte económico.
Frente a todo esto, indica Gómez, es necesario
preguntarse cuál es hoy la fuente de satisfacción e información
de los jóvenes. Una probable respuesta es la televisión,
apunta. De acuerdo con uno de sus estudios, aplicado a dos generaciones
estudiantiles, en 1987 los universitarios veían televisión,
en promedio, menos de dos horas. Una década después, el promedio
de horas frente al televisor aumentó a cuatro.
El resultado de ese tiempo frente a la televisión
es el de "una mentalidad aprobatoria de lo gringo", pues hay que
recordar que a finales de los años 80 arreció el "pro yanquismo
televisivo, al aumentar la oferta (de televisión) satelital y de
cable contratada por sectores medios".
El investigador de la Facultad de Estudios Superiores
(FES) Zaragoza, uno de los especialistas que realizara el estudio del perfil
de los valores de los universitarios, afirma que dichos indicadores conducen
"a un mexicano mentalmente trasterrado", que es lo que justamente busca
el neoliberalismo.
El modelo educativo jugará un papel clave
Convencida de que la formación educativa es la
mejor arma para romper la tendencia al auge de los valores individualistas
sobre los nacionales y sociales, la doctora en pedagogía Alma Herrera
plantea generar un modelo educativo de formación en valores colectivos
y de nación. Por ejemplo, un médico no sólo tiene
que saber sobre el funcionamiento del cuerpo humano, debe enseñársele
que la salud tiene determinantes históricos y sociales.
La investigadora de la FES Zaragoza, también coautora
del trabajo sobre valores en los universitarios, advierte que de no anteponer
planes educativos que tengan como eje un proyecto de nación, las
instituciones de enseñanza "seguirán existiendo, pero su
impacto en el futuro será mínimo".
Germán Gómez considera que una alternativa
a dicha crisis es crear conciencia crítica. "Pero eso sí,
lo último que habría que hacer es lo que plantea la Guía
de padres, que lo único que hace es repetir lo que dice la Iglesia:
'muchachos, sean buenos'. Por favor, ni la Iglesia lo es."
Ana Hirsch manifiesta la necesidad de conservar los valores
que forman parte de la identidad nacional, pero a su vez es importante
aminorar los que mantienen el atraso, como el caciquismo, la corrupción,
la miseria, la impunidad y el exceso de religión.
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