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México D.F. Miércoles 14 de mayo de 2003

Kirchner llama a mantener la calma hasta ver una renuncia "ante la justicia"

Menem congela su campaña y arma un escenario en el cual le pedirían quedarse

Desata el ex mandatario rumores sobre un virtual retiro cuando encuestas prevén su derrota

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 13 de mayo. Carlos Menem echó hoy mano de los juegos sucios y golpes bajos, una vez más, al mantener en vilo a los argentinos a sólo cinco días de una segunda vuelta en la cual todas las encuestas le pronostican una amarga derrota.

Durante todo el día movió a la prensa detrás de la confirmación de su renuncia, tras suspender los actos de campaña electoral, desató rumores de todo tipo y esta noche movilizaba autobuses con seguidores para encabezar un acto, que nadie sabe si será para anunciar su retiro o que sigue en campaña, frente al céntrico hotel Presidente donde está instalado con su equipo. Nadie descartaba además que podría intentar forzar escándalos, enfrentamientos o una situación de caos.

El periódico que armó la campaña de Menem, Ambito Financiero, había publicado en la tarde en su versión online una carta de Menem a los argentinos, en la cual el hombre que gobernó durante 10 años (1989-99) que sentaron las bases para el estallido de la crisis de 2001, sostenía que se retiraba para no avalar "esta nueva antinomia nacional convalidando la segunda vuelta de unos comicios", de los que dijo haber superado "todos los obstáculos".

En la noche, uno de los voceros de Menem salió a decir que la carta era falsa, pero nadie le creyó, mientras algunos menemistas, incluyendo los grupos de choque del Mercado Central utilizados bajo la administración menemista para agredir a periodistas, comenzaban a acarrear gente para armar el escenario de un pueblo que le pide que se quede.

Así, unas 200 personas conformaron el coro a las puertas del hotel. A las 21 horas locales, después de estar encerrado en reuniones con sus más cercanos colaboradores, apareció sorpresivamente, vistiendo de manera informal con una camisa entreabierta, en uno de los balcones del hotel saludando con la "V" de la victoria, como si estuviera en los mejores años y ante una movilización popular y no bordeando la mayor derrota política de su vida.

A las 23:10, Menem apareció nuevamente ante sus partidarios: "hermanos y hermanas, tengan la seguridad de que no los voy a defraudar, vayan tranquilos a sus casas, que mañana va a haber novedades", dijo sin dar más detalles.

Con las maniobras de esta jornada, en la que parece buscar ser de nuevo el centro de la atención, hizo movilizarse a Néstor Kirchner, también del Partido Justicialista (peronista) pero del ala renovadora y progresista, quien le lleva una ventaja de 40 puntos, hasta la sede de la gobernación de la provincia de Santa Cruz, para esperar una confirmación o desmentido de la renuncia.

No habrá pasos en falso

Kirchner llamó a mantener la calma y dijo a algunas personas de su entorno que "si a lo largo de toda la campaña no hemos dado un paso en falso no vamos a hacerlo ahora", en referencia a no actuar hasta tener una renuncia leída por Menem o una presentación ante la justicia.

Anteriormente, el presidente Eduardo Duhalde había advertido sobre la "responsabilidad histórica de concluir este proceso con el voto en segunda vuelta".

Pero el juego siguió todo el día, con el virtual congelamiento de la campaña, en una maniobra que también es interpretada como un intento por golpear a su archi rival Duhalde, que apoya a Kirchner, y dejar a este último sin la legitimidad del contundente triunfo pronosticado por todos los sondeos.

Miguel Núñez, vocero de Kirchner, dijomvd81-192251-pih que "es vergonzoso que se haya mantenido a la gente pendiente de esos gestos, es un bochorno. Nuestra posición es mantener la calma", ante lo que calificó de "comedia de enredos".

Aunque desde hace días circulaba la versión de que el ex presidente se "bajaría" de la segunda vuelta, desde las primeras horas de la mañana el rumor se instaló con fuerza. Primero, el equipo de campaña decidió levantar la millonaria publicidad de los medios y cancelar un acto previsto para la tarde en la provincia de Buenos Aires. Luego, en las calles comenzaron a aparecer carteles, pegados sobre la propaganda de Menem, donde se podía leer en rojo vivo un irónico "Fuiste".

La versión de que el ex mandatario había decidido salir por la puerta de atrás de la política ante la evidencia de una humillante derrota, pareció confirmarse especialmente cuando comenzó a llamar a todos sus hombres y a los que integrarían su gabinete si ganaba, a una reunión en el céntrico hotel.

Además, tres diarios locales dieron en su versión Internet la noticia como confirmada, aunque sólo el menemista Ambito Financiero publicó la presunta carta de renuncia.

En la mañana mucha gente pasaba frente al hotel para gritar "ya se bajó", "traidor", mientras el "queremos que se vaya y que no vuelva nunca más" o "nos robó todo, hasta nos robó la posibilidad de aplastarlo con el voto", eran algunas de las opiniones vertidas en programas radiales, donde se realizaban consultas telefónicas con la gente en la calle.

La mayor parte de los analistas criticó fuertemente la decisión de Menem, quien además intentaría instalar la posibilidad de un gran fraude en su contra, que ninguno de los abogados de su partido pudo comprobar ante la justicia, pese a las denuncias ante la prensa en días recientes.

Otros analistas coincidían en que si el intento de Menem era dejar la imagen de un gobierno débil, por el caudal de votos obtenidos por Kirchner en los fragmentados comicios del 27 de abril pasado (22.45 por ciento), también queda acabada la figura del ex mandatario.

El poco más de 24 por ciento obtenido por Menem era computado como una derrota, ya que 75 por ciento de los votos divididos entre los otros candidatos eran claramente definidos como votos antimenemistas.

La realidad de los sondeos de los últimos días expresaban que el ex presidente no podía remontar su propia meseta de la primera vuelta y que se había creado enorme entusiasmo por ir a derrotarlo a las urnas, tanto dentro del propio Partido Justicialista (PJ-peronista), como en el resto de los partidos.

La soledad de Menem se reflejaba en estos días en su rostro enojado, desencajado, aun cuando quisiera aparecer distendido. Sin embargo, en los últimos días también había aparecido el temor de alguna manera expresado por muchos de los oyentes radiales consultados: "Conocemos lo que es Menem y sus seguidores y sabemos de lo que son capaces", advertía una mujer con tono desesperado. En otro comentario, un hombre llamaba a "estar preparados para resistir cualquier intento violento y todas las maniobras del menemismo derrotado".

Sin embargo, en un contexto donde finalmente estas sospechas parecen hacerse realidad, muy pocos analizan el papel cumplido por Washington. Fue obvio que cuando algunos medios importantes de Estados Unidos hablaron de la gran corrupción (The New York Times y Los Angeles Times, entre otros) de Menem, después que en los años de esa administración corrupta lo apoyaron, el mensaje estaba claro.

Si Menem ya no controlaba el peronismo y había producido la mayor fractura en la historia de ese partido, no podía servir a los intereses estadunidenses para los tiempos que vienen. Necesitaban otra figura con la misma ideología, pero más prolija, como el también neoliberal Ricardo López Murphy, al que lanzaron al ruedo los sectores del establishment con una poderosa campaña en la que el ex ministro de Economía y ex funcionario de la dictadura aparecía como un político recién surgido.

Por otra parte, cabe suponer que la propia embajada estadunidense podría haber murmurado al oído de los menemistas la idea de dejar flotando la sensación de un gobierno débil de Kirchner, que ya ha tomado posiciones distintas, privilegiando al menos en declaraciones el bloque de Mercado Común del Sur (Mercosur) en lugar de las relaciones "carnales" con Washington.

En este caso también está de por medio la gran campaña sucia que iba reptando por debajo sobre temas como la seguridad y la violencia. El temor es que el menemismo, ligado a sectores de la pasada dictadura que tienen un aparato montado, lleve a cabo maniobras desestabilizadoras y violentas, infiltrando a grupos sensibles a ser utilizados.

En lo económico ya se produjeron algunas jugarretas como las oscilaciones de la bolsa inmediatamente después del 27 de abril, o la caída de las acciones líderes esta tarde, como lo reconocieron los voceros del intangible "mercado", y la super oferta de dólares en el mercado cambiario, un tema que el gobierno de Eduardo Duhalde ha debido enfrentar para mantener baja esa divisa.

Un nuevo proceso político

Para el sociólogo Julio Godio hay un nuevo proceso político que se ha iniciado con la primera vuelta el 27 de abril pasado, el de la "reconstrucción de la relación entre la política y la sociedad", pues en esa fecha quedó demostrada la constitución de un amplio frente electoral antimenemista de centro-izquierda con un programa neodesarrollista, hegemonizado por el peronismo de Duhalde y Kirchner.

"Ante ese panorama el menemismo se vio desorientado, debatiendo incluso en su interior si no resultaría más conveniente optar por una estrategia de deslegitimación del actual proceso electoral, retirándose de la segunda vuelta y apostando a un nuevo colapso institucional en el corto plazo", advierte.

Godio además sostiene que "sería un grave error desvincular el resultado electoral de las líneas de fuerza que se abrieron en la política argentina con la caída, en diciembre de 2001, del gobierno de la Alianza, y que determinan también el escenario electoral. El 19 y 20 de diciembre de 2001 estalló en este país una crisis global (económica, social y política). Esa crisis podría haber desembocado en una guerra civil. Si ello no sucedió fue porque el núcleo movilizador de la sociedad no fue el cuestionamiento a la democracia política, sino la voluntad de preservarla reformando las instituciones públicas para reconstruir la nación".

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