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E S P E C T A C U L O S
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México D.F. Viernes 6 de junio de 2003

En su más reciente disco, Enchilao, incluyen una nueva versión del bolero Dos Gardenias

La discriminación de las mujeres en España es terrible: Amparanoia

Con mi música expreso mi profunda creencia en los movimientos sociales, dice Amparo, vocalista del grupo Lamenta que la industria prefiera las canciones que no hablan de nada

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 5 de junio. Amparo Sánchez, alma, voz y guitarra del grupo Amparanoia, reconoce en el sonido de un violín, da lo mismo que sea en los Bálcanes o en la Selva Lacandona de Chiapas, el lamento dolorido del hombre; la desazón y la desesperanza que sólo encuentran como salida la "dignidad como filosofía diaria de vida". Su música y su canto son fiel reflejo de su pensamiento libertario y rebelde que, "pasito a pasito", ha ido confeccionando cual artesana de los sonidos que conspira a diario contra la injusticia, el hambre, las guerras y la mentira.

Porque la música de Amparanoia, grupo musical español que desde su nacimiento, en 1997, hace sonidos y canciones desde las mismas entrañas del mestizaje, también es compromiso, activismo y solidaridad. Sin embargo, en el terreno estrictamente musical nos ofrece un inmenso mosaico de ritmos, tendencias, influencias y aprendizajes; desde el bolero más ortodoxo de Camagüey, las rancheras, el corrido, el soul o el blues hasta la llamada música electrónica, que convierte a su propuesta artística en un reflejo inequívoco de la convivencia incestuosa entre la modernidad y las canciones clásicas o "antiguas", como ella les llama.

En entrevista con La Jornada, esta joven artista nacida en Granada, que siempre lleva a cuestas su guitarra y el recuerdo de las mujeres mexicanas que viven a diario la injusticia y la opresión en la Selva Lacandona, expresó con la misma vehemencia que despliega en sus conciertos los sueños y las utopías por las que trabaja sin descanso, en los que defiende incólume la libertad, la dignidad y la "revolución individual".

El nuevo y cuarto disco de Amparanoia, Enchilao (EMI), sigue por esta misma senda, pero además incorpora un espíritu musical si cabe "más reposado", al convertir la confección artesanal de las 14 canciones que lo componen en un chill out, que suspendieron en el tiempo durante varios meses hasta lograr la armonia dual a la que aspiraban: la placidez del chill out junto al "enchilamiento" que provoca la injusticia, el hambre, las guerras y las mentiras.

Guitarra sobre el hombro

-Hace menos de diez años usted iba por las calles de Madrid cantando sus canciones con una guitarra sobre el hombro y poco más. Ahora su música se escucha y se disfruta en muchos países del mundo (Alemania, Francia, Italia, México, Bélgica, etcétera). ¿Cómo se siente?

-Desde entonces han pasado cuatro discos, pero es verdad que no hace muchos años que estaba cantando en los bares y en las calles con mi guitarra. El cambio viene cuando nace Amparanoia, que da un sentido a mi música y me permite comunicarme y componer, además de que ahora llego a muchas más personas y eso te da una responsabilidad que antes no tenía en absoluto. Amparanoia ha conseguido que crezca como artista y por supuesto también como persona, pero la música en esencia sigo viviéndola con la misma intensidad, si acaso me ha cambiado el concepto que tengo de la industria musical. Quiero decir: está claro que los artistas podemos elegir el camino de no grabar nunca discos, ir con nuestras canciones por el mundo y cantarlas; pero con Amparanoia yo inicié mi carrera discográfica y lo otro ya lo conocía, pues había estado años cantando sin grabar discos. También es cierto que cuando sacamos el primer disco nos dimos cuenta de que la gente comienza a oirte por todo el mundo y empezamos a ir a festivales en donde ha sido muy enriquecedor e interesante haber participado.

''Yo creo que una vez que proyectas en tu mente las cosas que quieres hacer y trabajas con esfuerzo, con constancia y entusiasmo, eso se va cumpliendo; a mi ritmo y dando mis pasitos, pero creo que con Amparonia lo vamos consiguiendo. Ha sido una época de enorme crecimiento que me ha motivado mucho.''

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-Enchilao, su nuevo disco, ¿qué tiene de novedoso en su música?

-Es quizá el disco más electrónico de Amparanoia, entre otras cosas porque lo hemos grabado en casa, con lo cual hemos tenido más tiempo para recrearnos y jugar en cada tema, y porque ha sido una forma diferente de trabajar que en anteriores discos, en las que toda la banda se instalaba en un caserío, mezclábamos, grabábamos y llevábamos un ritmo más frenético. En este caso ha sido un ritmo muy chill out y muy enchilao.

-Más reposado, ¿quizá?

-Creo que sí, pues para hacer el disco hemos buscado un ambiente especial, quizá más reposado, para que alguien se sintiera a gusto dentro del disco y le llegaran todos los sonidos, los mensajes y los pequeños detalles. Pero esos mismos temas llevados al directo son una verdadera fiesta. Pero sí, para el disco hemos querido buscar un ambiente más reposado.

-¿Su forma de entender la música es la mezcla de géneros, sonidos, mensajes, realidades...?

-Sí y eso me incentiva a estar siempre en continuo movimiento. A mi me gusta mucho Enchilao por ser el último y por la manera que lo hemos hecho, pero en el momento en el que sale y la gente ya puede cantarlo, para mi ya ha terminado ese trabajo y en mi cabeza empiezan a hacerse presentes nuevas influencias, canciones, letras y expresiones.

-En este disco, como en los anteriores, se notan las influencas musicales de América Latina.

-Sí, utilizo desde la rumba, el son montuno o música muy variada de México, que encuentro muy interesante. Pero con esto lo que quiero decir es que desde mi forma de entender y sentir la música, creo que hay muchos puntos de unión entre la música española, la de los Balcanes, la cubana, la mexicana o la de algunas zonas de Italia y Francia, y que quiero fusionar para expresar a través de mi música esa unión de instrumentos, lamentos y sonidos que pueden cambiar de forma y de localización geográfica, pero que tienen el mismo sentido en el alma de las personas que los hacen posible. Por ejemplo, en la percusión da igual en que parte del mundo se haga posible, porque los percusionistas están tocando para algo que es similar en la mayoría de los países. Así sucede en la forma de cantar, en la forma de lamentarse, de denunciar, de pedir o de llorar, en los que también existen esos puntos de unión. El dolor de un violín en los Balcanes podría ser similar al sonido de dolor de otro violín en México, por ejemplo en Chiapas, y yo intento buscar esos puntos de unión, presentando también las diferencias.

''Para la industria son peligrosas las manifestaciones artísticas diferentes''

-¿Por qué decide incluir Dos gardenias, un bolero de Antonia Machín, en su nuevo disco?

-Fue por casualidad y también por un especial cariño que siento a esa canción, que ha sido un bolero que me ha acompañado siempre. El año pasado estaban preparando una película sobre Machín, que se llama Machín, toda una vida, y se pusieron en contacto con nosotros para decirme que quedaban tres boleros sin hacer y que querían que participáramos en la película para tocar uno, que era precisamente Dos gardenias. El reto era hacer una canción clásica y antigua para traerla a un terreno más moderno, a un ritmo de samba-reggae, utilizando un poco la influencia de la música brasileña y de voces africanas, sobre todo cantos yoruba. La idea era incorporar una canción tradicional a los ritmos de hoy en día, que la gente pudiera bailarla y cantarla con un sonido muy actual y que a la vez tuviera ese toque añejo que es el bolero, y que entendiera lo que representa la vida de una canción a lo largo de varias épocas.

-Pero tiene además alguna historia personal con la canción.

-Sí, me han pasado varias cosas con ese bolero. Por ejemplo, la primera vez que estuve en Cuba fui a la Casa de la Trova, en Camagüey, donde se reúnen sobre todo los músicos mayores; cuando me presenté y les dije que era una artista de España me invitaron a cantar y me dijeron que tenía cara de interpretar Dos gardenias. Eso me impresionó porque era una canción que me gustaba mucho y ahora me alegra que haya podido hacer mi propia versión de ese bolero.

-Su mensaje rebelde y crítico, ¿qué tan bien encaja con la industria musical? ¿Qué es lo que menos le gusta de su forma de funcionar?

-En realidad hay muy pocas cosas que me gusten, por ejemplo, creo que el precio de los discos es caro, pienso que hay poca diversidad musical; también creo que hay pocos medios de comunicación que realmente se abren a las nuevas tendencias y a las nuevas maneras de entender la música. También creo que no hay ayuda suficiente por parte del Estado a los jóvenes músicos, a quienes se les presenta un mundo de la música en el que sólo caben dos alternativas: o eres muy alternativo y underground o tienen que hacer un estilo musical de programa de televisión-concurso. En general creo que en la industria de la música, al igual que en la política y en un montón de cosas más, se pretende llegar a una especie de pensamiento único, pero por suerte hay gente que está trabajando desde abajo y con otras propuestas y mensajes, que permiten que exista la diversidad. Pero no hay duda de que la gran industria está dominada por este pensamiento único que impulsa como tal el futbol, Eurovisión y el pago de la hipoteca, y todas las manifestaciones artísticas que proponen otra forma de vida resultan muy peligrosas para la industria, por eso las canciones que no hablan de nada son preferibles a las canciones que denuncian lo que se siente y se vive. No es gratuito que los artistas sean siempre los primeros en ser ejecutados, puesto que son nombres visibles que sirven para dar ejemplo al resto de la sociedad. Ahí está el caso de mi paisano Federico García Lorca, fusilado durante la Guerra Civil española (1936-1939) por el ejército fascista.

-En su música hay una clara denuncia de la atrofia que vive la sociedad actual, ¿cuál cree que es el principal reto del hombre moderno ante sus eternos desafios?

-Pienso que un problema básico es la frustración individual y colectiva, que deriva en envidias y ansias de poder, que queda en evidencia en la gente que está gobernando y que deciden el futuro del planeta con sus tratados y sus encuentros, pero si esas personas no están felices con ellos mismos, no miran a su interior y no reflexionan; no creo que puedan hacerle ningún bien a la humanidad. Están intentando escribir la historia y pasar como la persona que hizo tal o cual cosa, pero realmente no están asumiendo los problemas que están latentes y la locura bélica que vivimos en la que son más importantes los fastos de los recursos militares que atender a los millones de niños que mueren a diario de hambre. Eso es incomprensible para una persona que tenga un poco de corazón y que no se sienta frustrada.

-Pero parece que en las sociedades desarrolladas ya no se habla del problema del hambre o similares....

-Así es y eso explica que cuando en las recientes manifestaciones millones de personas gritaron no a la guerra y no al fascismo, por supuesto, creo que no se nos puede olvidar gritar siempre no al hambre, sobre todo con la cantidad de comida que se tira a diario en los países ricos. Creo que el actual modelo de sociedad no asume una idea tan simple como que los países que han avanzado y han alcanzado un buen nivel de bienestar tienen que ayudar a los países que no han avanzado; es algo tan lógico que no entiendo cómo es posible que ni siquiera se cumpla con la mínima petición del 0,7 por ciento del producto interno bruto que se pide para los países pobres, que la mayoría de las naciones ricas no cumplen.

Creencia en los movimientos sociales

-¿Crees que el mensaje político en tu música podría llegar a ser más importante que tu propia música?

-A mi me interesa expresar lo que pienso y más que mensaje político yo creo que expreso mi profunda creencia en los movimientos sociales, como el zapatismo o los fenómenos que han surgido para reclamar los derechos de las personas. Creo que con pequeños triunfos se pueden conseguir cosas, como con el comercio justo y las reivindicaciones de colectivos particulares, pero también creo firmemente en la revolución individual y de ahí que tanto me interese el movimiento zapatista, pues te llama a removerte indivualmente y plantearte qué es lo que puedes hacer en tí día a día para ser más justo. Por eso me interesan las revoluciones y los movimientos que apuestan por esa renovación individual. Y nosotros, como Amparanoia, también estamos participando, pues somos activistas dentro de la música.

-Somos viento es quizá el primer disco con el que el mensaje zapatista caló más hondo.

-Sí. Inclusive cuando salió a la venta el disco en las entrevistas y en los conciertos recomendé a toda la gente que lo que tenía que hacer era leer los comunicados y los libros del subcomandante Marcos, en parte porque yo no quiero hablar de lo que hablan los zapatistas sino que lo que quiero es que la gente se informe y se acerque por ella misma para lograr esta revolución individual de la que hablamos.

-En sus conciertos siempre recuerda a las mujeres de la Selva Lacandona, ¿por qué?

-Así es y lo hago porque creo que las mujeres, en cualquier parte del mundo, tenemos un papel muy duro. A pesar de que somos quienes damos la vida y que tenemos una visión diferente del mundo, creo que hemos estado muy maltratadas a lo largo de la historia, y hoy en día las mujeres seguimos estando maltratadas, pero en algunas zonas, como en Chiapas, mucho más. La discriminación de la mujer, que en España sigue siendo un problema terrible, se manifiesta con más severidad en lugares como la Lacandona, donde las mujeres han tenido que decidir recientemente de qué lado estaban: si con el gobierno o si eran rebeldes y se iban con los zapatistas. Ellas han decidido, pero también han impuesto sus demandas y han sido bien escuchadas por los zapatistas. Además, admiro a la mujer mexicana porque tiene mucha fuerza y ha vivido en un país en el que ha habido revoluciones y movimientos muy fuertes en los que siempre ha tenido un papel central, que también ha sido reconocido en México. Eso lo ví, por ejemplo, cuando la comandante Esther leyó sus demandas en el Congreso y llegó hasta lo más profundo de mi corazón, porque me ví reflejada en ella al igual que muchas mujeres del planeta.

-¿Cómo es que se interesa por el zapatismo?

-El primer acercamiento fue al conocer a Manu Chao, cuando me habló de los zapatistas, transmitiéndome su entusiasmo y su ilusión por este movimiento. Ya después escuché a los propios zapatistas y cuando conocí sus demandas quedé completamente conmovida; a partir de ahí les seguí la pista hasta que en 1999 pude viajar a México y conocer a mucha gente de ahí. Poco después organizamos aquí en Madrid el sound system La Realidad, donde hicimos una gira de seis o siete fechas acompañada con una exposición de fotografías de Yuriria Pantoja, de La Jornada, en la que se acercaba la gente a esa realidad de Chiapas. Después fui a la caravana zapatista de marzo y luego regresé en abril para tocar en el Zócalo y grabar el video de Somos viento.

-En la canción Camaleón, del nuevo disco, se escucha la voz en off del subcomandante Marcos.

-Así es y es una frase que hemos sacado de la propia caravana zapatista, en la que al oir la voz de Marcos diciendo 'las tres señales no se han cumplido' y al darme cuenta que varios años después seguían sin cumplirse esas demandas, pensé que era importante incluir esa frase en la canción para que el olvido no nos venza. Hay que saber recordar. Siempre.

El disco Enchilao fue confeccionado por Amparo Sánchez y por otros músicos esenciales para entender el resultado final, como Muñeco Roto, Eldys Isak, responsable del piano, las programaciones y las voces; Frank Padilla, bateria y percusión; Carmen Niño, bajo, contrabajo y voces; Vesco Kountchev, viola; José Alberto Varona, trompeta; y Tomás Tundquist, guitarra.

Con este nuevo disco Amparonoia ha hecho su gira más internacional, al tocar en las principales ciudades de España, Alemania, Bélgica, Holanda, Francia e Italia; tambien pretende visitar en octubre próximo México y Venezuela, si bien todavía están por decidir las fechas y las plazas. La cantante finalizó la entrevista con una denuncia: a pesar de que hace más de un año la compañía de discos para la que trabaja, EMI, tiene editado el disco Somos viento en México, todavía no ha salida a la venta, por lo que espera que en su próxima visita a tierra azteca se puedan escuchar esas canciones y las que forman su nueva entrega, Enchilao, los dos muy influenciados por la realidad y la música mexicana.

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