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México D.F. Domingo 8 de junio de 2003

RUMBO AL 6 DE JULIO

Antes de "cocinarse" la Ley de Asociaciones Religiosas ya emitían opiniones al respecto

El reconocimiento a iglesias envalentonó a los clérigos para intervenir en política

Rivera Carrera, primero en recibir un extrañamiento de la Secretaría de Gobernación

ALMA E. MUÑOZ

La diferencia en el comportamiento "político" de los ministros de culto durante gobiernos federales priístas y panistas radica en la abierta definición que aquellos hacen actualmente de las características que deben poseer quienes ocupen puestos de elección popular en México, y convertir templos católicos en escenario de plataformas electorales, que resultan una clara violación de la normatividad en la materia.

Con los gobernantes tricolores, los jerarcas católicos externaban opiniones sobre el respeto al voto desde antes de "cocinarse" la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, y en algún momento defendieron los derechos humanos, pero sin acentuar su posición contra el aborto y las uniones entre homosexuales.

La arquidiócesis de Chihuahua, con Adalberto Almeida al frente, fue el punto de partida para la realización de los llamados talleres por la democracia, surgidos luego del controvertido triunfo del priísta Fernando Baeza sobre el candidato de Acción Nacional a la gubernatura, Francisco Barrio Terrazas.

Los cambios constitucionales de 1992, que dieron personalidad jurídica a las iglesias, "envalentonaron" a los sacerdotes y obispos para intervenir más en cuestiones político-electorales. En marzo del siguiente año, el entonces obispo de Hermosillo, Sonora, Carlos Quintero Arce, manifestó que la autoridad moral de los sacerdotes católicos puede "hacer inclinar la balanza" en comicios, pero que ellos "nunca dirán si los fieles deben acercarse a un partido o candidato" porque eso significaría violentar el voto de los ciudadanos.

"Fines y medios diferentes"

Sus dichos fueron apoyados por el arzobispo de Jalapa, Sergio Obeso, quien además reconoció las limitaciones que en la materia les imponen la reforma del artículo 130 y el Código de Derecho Canónico, y también fueron reforzados por el entonces presidente del Episcopado Mexicano, Adolfo Suárez Rivera, quien dijo: "Como pastores consideramos lesivo para la democracia unir el poder económico, social o religioso con el político, porque cada uno de ellos, si bien ha de procurar la democracia y la justicia social, tiene fines y medios diferentes".

Una revisión de las notas periodísticas que sobre el tema se manejaron en este diario arroja que sólo Norberto Rivera Carrera, en su calidad de obispo de la diócesis de Tehuacán, Puebla, en 1992 -después de los comicios para gobernador en esa entidad- aludió directamente a un instituto político: "el PRI era el único partido con posibilidades de obtener un triunfo en las elecciones estatales de Puebla, aunque ello no significa que el proceso haya sido del todo limpio"

En los años subsecuentes, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) insistió en su política de promoción al voto y contra la violencia electoral. En 1997 impulsó un plan pastoral cívico para que en las parroquias de todo el país se estimulara la discusión en favor de una jornada "pacífica, respetuosa y activa". Algunos jerarcas, como Rivera Carrera, desde entonces arzobispo de la ciudad de México, plantearon que había obstáculos al crecimiento democrático.

Por separado, algunos religiosos comenzaron a criticar la actitud de los priístas y se empezaron a ventilar relaciones de ministros de culto con integrantes de Acción Nacional. En 1991, Yucatán se convirtió en ejemplo de ello, cuando la alcaldesa de Mérida, Ana Rosa Payán, con el beneplácito de la Iglesia católica y agrupaciones afines como Pro Vida, emprendió una campaña de "moralización social" para frenar la prostitución y el homosexualismo. Prohibió espectáculos de desnudos y travestis en centros nocturnos, y en la víspera del carnaval que las mujeres usaran trajes provocativos durante el desfile o que los hombres utilizaran atuendos femeninos para disfrazarse.

Sacerdotes como Rafael Pat Braga pronunciaban homilías contra lo que dominó "una dictadura de partido, presidencialista, que en la mayoría de las veces manipula las elecciones de manera fraudulenta".

Antecedente

La única sanción que registra el archivo tiene que ver con un extrañamiento de parte de la Secretaría de Gobernación al arzobispo Norberto Rivera, quien en 1997, a propósito de la realización de comicios en el Distrito Federal, declaró que la Iglesia católica mexicana "puede y debe meterse en la política como lo hizo Jesús".

Hoy, tras el triunfo de Vicente Fox, algunos jerarcas católicos expresan abiertamente las características de los candidatos por quienes su feligresía debe votar o, en caso contrario, incurren en una violación a la ley de Dios. En principio condenan -con el respaldo de prácticamente todo el episcopado- el abstencionismo y votar por proyectos en contra de la familia (uniones entre personas del mismo sexo), en favor de la interrupción del embarazo, la eutanasia, la prolongación de la vida por medios extraordinarios, la destrucción y manipulación del embrión humano, las formas modernas de "esclavitud": alcohol, droga, pornografía, secuestro, prostitución y más.

Su defensa radica en el argumento de que la política busca el bien común y ello no significa, por tanto, adoptar una actitud de abierto proselitismo. Sin embargo, tanto en Gobernación como en la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales se investigan casos relacionados con el hecho, con todo y que determinados jerarcas, como el cardenal Rivera Carrera y el vicepresidente y el secretario general del episcopado, José Martín Rábago y Abelardo Alvarado, respectivamente, consideran injusto aplicarles la "ley mordaza" -como definió el primero-, porque están haciendo uso de la libertad de expresión y por tanto "no nos vamos a quedar callados" e insistirán en llamar al voto, aunque ello implique, como también manifestaron los obispos de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, y de Tepic, Nayarit, Humberto Robles Cota, "que a todos nos encarcelen".

No obstante, el propio Alvarado, en una carta que envió en días pasados al director de Asuntos Religiosos de Gobernación, Alvaro Castro, manifestó la intención del organismo católico de respetar las normas en la materia.


RUMBO AL 6 DE JULIO

"Están llenas de difamaciones", afirma el órgano informativo de arquidiócesis jalisciense

La pobreza política de campañas acentuó el desencanto de la ciudadanía: Semanario

Señala actitudes intolerantes de algunos partidos que no ayudan a construir la democracia

ALMA E. MUÑOZ

En defensa del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, el órgano informativo de la arquidiócesis de Guadalajara, Semanario, lamentó la "pobreza política" que se presenta en esta época electoral y que deriva en acusaciones "bizantinas" de un partido (México Posible) en contra de algunos jerarcas de la Iglesia católica.

Deploró que las campañas políticas, en lugar de ofrecer programas para la solución de problemas sociales, "se llenen vergonzosamente de acusaciones, difamaciones, descalificaciones personales y hasta de trifulcas callejeras con carácter pandilleril". Todo ello acentuando el "desencanto y enfado" de los ciudadanos, precisó, ante lo prometido por el presidente Vicente Fox Quesada en su época de candidato.

Mientras tanto, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, consideró que los partidos políticos son "un campo de batalla hacia dentro y hacia fuera, en vez de una rampa de lanzamiento de las mejores opciones para el país".

En su homilía dominical -que acostumbra adelantar a los medios de comunicación-, el prelado consideró que sin la fuerza del Espíritu Santo "la democracia es un juego de intereses en lugar de una búsqueda del camino más adecuado para el bienestar de la comunidad".

Arizmendi Esquivel pidió a los católicos no avergonzarse de su fe, "no sólo ante personas importantes, sino incluso en la escuela, en la calle y con los amigos". Ejemplo de ello, citó, es que algunos, para ser nominados a un cargo de elección popular, traicionan sus creencias religiosas.

Insistió en que sólo el espíritu divino puede "lavar las inmundicias, curar las heridas, doblegar la soberbia, encender el fuego del amor y enderezar las sendas de la paz, de la democracia y de la justicia".

A la par, criticó que el ejercicio de la autoridad se convierta en una "obsesión por conservar el poder, en lugar de una atención desinteresada al bien común", y que los medios informativos se reduzcan "a un negocio, más que un espacio para servir a la verdad; se difunde lo que se vende, no siempre lo que construye", puntualizó.

Un tono similar utilizó para su edición 331 el Semanario de la arquidiócesis de Guadalajara, el cual criticó que algunos medios de comunicación "atizaran" con sus publicaciones la "bizantina" acusación que presentó México Posible -al que en ningún espacio de su editorial citó por su nombre- contra ministros de culto por supuesto proselitismo político.

Denominado La política del desencanto, el texto deplora que en estos tiempos de transición democrática el cambio no se haya logrado, sobre todo en el rubro de la justicia. En el terreno político se queja de las "actitudes intolerantes" de algunos partidos, que no ayudan a construir una verdadera democracia.

"Ante la falta de buenas propuestas o por lo menos verdaderas campañas para que el pueblo votante las conozca, lo único que ha sido capaz de caldear el ambiente electoral es la discusión entablada por un partido político (que además califica de incipiente) en contra de algunos jerarcas de la Iglesia", reiteró.

Esto, sostiene, "refleja pobreza política" y amenaza con traducirse en "un serio y lamentable abstencionismo (para los comicios del 6 de julio), que sería nefasto para nuestra endeble democracia".

Exhortó a las agrupaciones políticas a tomar en cuenta, en el tiempo que les queda de campaña, las necesidades más urgentes de la sociedad en materia económica, política, cultural y social, bajo el principio del bien común.

El cardenal Juan Sandoval Iñiguez se sumó a la lista de clérigos acusados por realizar proselitismo político contra México Posible, luego de que el 2 de junio, en un texto difundido por el mismo Semanario, exhortó a sus fieles a "ignorar a partidos que tienen en sus programas cosas tan profundamente inmorales como el aborto y las uniones irregulares".

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