Confusión de funcionaria del IFE impedía acudir a las urnas al secretario de Defensa

Baja afluencia de votantes en las casillas "especiales" para el Ejército

La Ley de Armas de Fuego y Explosivos, tema pendiente del Congreso con los militares

JESUS ARANDA

Incrédulo, el secretario de la Defensa Nacional, general Ricardo Clemente Vega García, escuchaba a la funcionaria del Instituto Federal Electoral (IFE) que le impedía votar ayer en la casilla 5082 del décimo distrito electoral: "Ustedes tienen casillas especiales", decía. La confusión duró unos momentos, el tiempo que le llevó a uno de los ayudantes del general explicar a la empleada electoral que la ley sólo impide votar a quienes portan armas, mas no a los uniformados.

Sin perder la compostura, Vega García seguía atento las explicaciones del joven vestido de civil y con corte de cabello castrense que le decía a Bertha Martínez, capacitadora del IFE, que el mando militar ya había votado en anteriores ocasiones en esa misma casilla.

Para terminar la discusión, la convenció de revisar la lista nominal de electores en la que verificaron que, efectivamente, el nombre del titular de la Defensa Nacional sí aparecía. La funcionaria se convenció de que no había impedimento legal para que votara -iba uniformado con el traje color azul zeta reglamentario pero no portaba armas-, y procedieron a entregarle las papeletas.

Posteriormente, en breve entrevista aclaró que el código electoral prevé que se niegue el acceso a las casillas a personas en estado de ebriedad, privadas de sus facultades mentales, con el rostro cubierto y armadas. "Los funcionarios de la casilla quizá asumieron que iba armado, por eso pidieron mi intervención", dijo.

Vega García había llegado a las 9:05 de la mañana a la casilla situada en las calles Presa Valsequillo y Presa Salinas, a unas cuadras de la Quinta Galeana, que es el domicilio oficial del secretario de la Defensa en turno y se ubica a un costado del Hospital Central Militar.

"Cuestión de que se organicen las cosas"

Después del breve contratiempo, el militar lucía tranquilo y de buen humor.

-Por poco y no vota.

-No... Es cuestión de que se organicen las cosas, pero siempre he venido a votar aquí, uniformado.

-ƑLe han pedido algún apoyo en algún estado o en la ciudad de México?

-No, desde las 5 de la mañana estoy en mi oficina y todo ha estado tranquilo, no hay nada de que inquietarse. El personal no está acuartelado como en otras ocasiones. Nada más hay personal de emergencia. El personal administrativo que no tiene nada que hacer está franco, tiene que cumplir con su obligación, nada más.

-ƑAlguna instrucción especial para que voten los soldados?

-Nada, que hagan uso del derecho ciudadano que tienen. Ir a votar, nada más. Eso se les comunicó a todos los comandantes de región y de zona, y pues tienen que ir a cumplir.

-ƑEn cuanto a San Salvador Atenco?

-No, yo no tengo injerencia allí. Me imagino que serán otras las autoridades, pero no tenemos nada en especial allá.

-ƑQué espera el Ejército de la próxima Cámara de Diputados?

-Es una parte importante de nuestra vida republicana. Tiene un papel importante que desempeñar y, bueno, su función es legislar. En cuanto a nosotros, está pendiente la Ley de Disciplina; la Ley de Armas de Fuego y Explosivos, en la que hay aspectos de pirotecnia que hay que clarificar, y el Reglamento General de Deberes Militares que pensamos presentar vía Presidencia para que llegue a la cámara, entre otros proyectos legales que nos interesan.

Votación escasa, pese a la amenaza de arresto

Entre tanto, pese al llamado del alto mando para que los elementos del Ejército acudieran a las urnas, y a la amenaza de arresto por 15 días en caso de que no demuestren -con el dedo pulgar entintado- que ejercieron su deber ciudadano, en la jornada electoral de ayer no se vieron grandes filas en las casillas "especiales" para soldados que se ubicaron en los alrededores del Campo Militar Número Uno.

En algunas de estas casillas, como la ubicada en el Deportivo Israelita y en instalaciones de la Comisión Nacional del Agua, la mayoría de los funcionarios de casilla eran soldados. Aunque el flujo de votantes era continuo, no se llegaron a formar filas de espera de más de cinco personas en las primeras horas de la jornada electoral.

Pese a las declaraciones del alto mando de la Defensa Nacional de que los militares no estuvieron acuartelados ayer, varios confiaron que al menos los que están adscritos al Campo Militar Número Uno recibieron la orden de presentarse en su unidad desde la noche del sábado, permanecer acuartelados todo el día -con un lapso para ir a votar y regresar a su unidad-, para salir el lunes al mediodía.

-ƑQué pasa si no regresan por la tarde con el dedo tinto?

-Nos arrestan por 15 días -dijo convencido un soldado de baja estatura y tez morena, quien formuló su comentario sin queja o molestia.

"Hoy en la mañana pasamos lista temprano, nos checaron para ver que no hubiéramos tomado o para evitar que alguien fuera a votar en estado inconveniente", añadió.

A diferencia del caso del general Ricardo Clemente Vega García, quien se presentó uniformado a votar, la inmensa mayoría de los soldados que acudieron a las casillas "especiales" -que se ubicaron principalmente en escuelas, dependencias oficiales y en un acceso del Deportivo Israelita- se presentó sin uniforme.

Uno que otro oficial llevaba el pantalón azul zeta reglamentario, pero se cubría el uniforme con un suéter o chamarra. Según comentaron algunos entrevistados, no había instrucción respecto a ir uniformado o no, pero sí en cuanto a no llevar armas.

El único problema que se presentó en las casillas 5093, 5094, 5095 y 5096 fue que algunos soldados necesitaban permiso especial del comandante de su unidad para dejarlos salir por la tarde a llevar la paquetería electoral a la cabecera distrital.